Presidente del PH: “Si la Comisión de Ética sanciona a Pamela Jiles, se burlaría de los derechos humanos”

“Terroristas con aguinaldo“. Ese fue uno de los duros comentarios realizados por el diputado UDI Ignacio Urrutia en medio de una sesión que analizaba un proyecto reparatorio para víctimas de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. El discurso del legislador gremialista generó molestia en toda la oposición y parte del oficialismo, lo que provocó que varios lo increparan directamente. Una de ellas fue Pamela Jiles.

La diputada del Partido Humanista se acercó a su escaño a cuestionarlo por sus dichos, lo que derivó en gritos y la salida de la Sala de las bancadas opositoras. Si bien la Comisión de Ética castigó a Urrutia por sus dichos y su comportamiento con $637.000 de multa, la misma instancia podría aplicar una sanción similar a la diputada Jiles por supuestas agresiones.

“Estoy extremadamente adolorido de un brazo por el golpe que recibí de la diputada Jiles (…). Estoy sumamente complicado con la agresión”, dijo Urrutia tras el episodio, lo que derivó en que la comisión podría derivarla por conducta impropia. Antes esto, la instancia podría reunirse este miércoles a analizar el episodio.

“La derecha ha buscado empatar la agresión y brutalidad de este señor con la valentía de Pamela. Nunca se imaginaron que ella cruzaría toda la cámara para encarar a este diputado”, critica el presidente del Partido Humanista, Octavio González, quien afirma que desde el Frente Amplio estarán “observantes” de la postura de la ex Nueva Mayoría “en vistas a los procesos de acuerdos que se avecinan en el bloque”.

-¿Cómo evalúa esta situación?

-Lo que hizo nuestra diputada fue defender los derechos humanos, porque somos muchos los que nos sentimos representados por ella. Ese día recibí muchas llamadas y mensajes de apoyo, muchas personas de otros partidos me hicieron sentir que les hubiese gustado que sus parlamentarios hubieran hecho lo mismo que Pamela, a lo menos acompañarla a encarar a Urrutia, y es por eso que una posible sanción, cualquiera que fuera, sería una barbaridad. Si la Comisión de Ética sanciona a Pamela Jiles, se burlaría de los derechos humanos. La comisión no puede, no debe, dar una señal tan miserable y con tanta falta de honestidad.

-¿Cómo cree que debería actuar el Frente Amplio y la ex Nueva Mayoría si eso ocurre?

-Estoy absolutamente optimista. Espero que los diputados de la ex Nueva Mayoría hagan lo correcto y no hagan un acuerdito político con la derecha. No me imagino que pudieran fijar alguna sanción, por más mínima que sea, en contra de Pamela Jiles. Aquí el tema no es el tamaño de la sanción, aquí lo que importa es que no se pretenda empatar la actitud aberrante de Urrutia con la justa, digna y valiente de ella. Si esto ocurriera, sería una bofetada a todas y todos los que nos sentimos agredidos y violentados por los dichos de Urrutia. Sería un nuevo agravio para los torturados y asesinados en dictadura y sus familiares.

-A propósito de lo que ocurrió con Alejandro Goic por la figura de Patricia Maldonado, ¿cómo observa que personajes ligados a la dictadura tengan cargos o estén en televisión?

-No es raro que en televisión veamos personajes que se maquillan muy bien, que se visten con ropas ajenas, que disfrazan de personajes graciosos y simpáticos, pero a la hora de hablar con cierta profundidad y de ciertos temas, muestran una pobreza humana gigante. El problema no es que Maldonado haya sido defensora de Pinochet, puedo atribuirla a su ignorancia del momento; el problema es que después de que ha quedado todo demostrado, torturas, asesinatos, y todo tipo de actos horrorosos, sigue defendiendo a Pinochet y justificándolo. Ella representa esa televisión fútil, inerte, sin sentido. Hace una gran dupla con Raquel Argandoña, por eso hacen espectáculo juntas, pues en Chile opera el morbo y ellas lo producen al por mayor.

-¿Cómo califica la decisión de la Corte Suprema al liberar a violadores de derechos humanos?

-Vivimos en Chile durante mucho tiempo la impunidad absoluta para quienes violaron los derechos humanos. Si bien se logró encarcelar a algunos, otros siguen protegidos en los libros ocultos de regimientos militares. Hay un pequeñísimo, pero influyente y poderoso sector del país, que quiere borrar lo sucedido en dictadura, quieren que un país entero se resetee, que la historia se escriba a partir del plebiscito del “Sí” y el “No”.

-También se hablaba una posible liberación a Miguel Krassnoff…

-Debemos tener la capacidad como sociedad, como país, de enfrentar la no impunidad, el nunca más en Chile. Esto debe ser honesto y sincero, no podemos permitir que los tribunales de justicia, ni menos la Corte Suprema escriban parte de nuestra historia de forma tan absurda, al conceder libertad condicional a estos criminales que no han mostrado ni el más mínimo arrepentimiento, que no han querido entregar información sobre el destino de nuestros hermanos detenidos y desaparecidos. La señal que le están dando a los jóvenes y a las próximas generaciones es que en nuestro país a la gente por pensar distinto, la pueden matar y luego de un tiempo en prisión te darán la libertad.

¿Qué opina de las políticas de reparación a las víctimas de la dictadura?

-Cuando se empezó a reconstruir lo sucedido en dictadura, me quedó la sensación que se lograría avanzar con mucha fuerza en castigar a los torturadores, cuidar la memoria de aquellos que fueron asesinados y desaparecidos y reparar verdaderamente con estándares internacionales a las víctimas de prisión política y torturas. Pero eso no ha ocurrido. Muy por el contrario, hace poco tiempo este gobierno retiró un proyecto de ley que buscaba reparar con una cifra ínfima a las víctimas. Muchos nos ilusionamos con ver a Pinochet preso junto a todos sus cómplices, pero solo nos tuvimos que conformar con un juicio en Inglaterra. La verdadera reparación histórica de derechos humanos es escribir la historia correctamente, escribirla como fue, sin maquillaje ni enmendaduras. Mientras esto no ocurra, los tribunales seguirán actuando obsecuentemente ante los poderes fácticos. Mientras no se escriba la historia correcta y honestamente, deberemos seguir siendo un país de “en la medida de lo posible” que cada cierto tiempo seguirá escuchando a personajes tan brutales como los ultraderechistas e incitadores del odio, como Ignacio Urrutia y José Antonio Kast.