Partido Comunista logró acuerdo con ocupantes ilegales de terreno en El Arrayán
El acuerdo establece que la parte demandada deberá hacer abandono del inmueble a más tardar el día 31 de marzo del año 2020, y entregarlo libre de todo ocupante.
El Tercer Juzgado Civil de Santiago aprobó la conciliación alcanzada entre el Partido Comunista (PC) y el ocupante de un terreno de propiedad de la colectividad política, ubicado en el sector de El Arrayán, en la comuna de Lo Barnechea.
En la resolución, el juez Claudio Alvarado Aguirre aprobó el acuerdo arribado entre las partes que pone como fecha tope el 31 de marzo de 2020, para que la demandada haga abandono del inmueble con todos los servicios básicos al día.
El acuerdo establece que la parte demandada deberá hacer abandono del inmueble a más tardar el día 31 de marzo del año 2020, y entregarlo libre de todo ocupante.
Además, la parte demandada deberá al momento de la entrega del inmueble, estar con los servicios básicos al día, esto es, sin deuda alguna, acreditándolo con los comprobantes respectivos. El incumplimiento de lo anterior dará derecho a la parte demandante a ejercer las acciones que en derecho correspondan.
El caso se remonta al 31 de agosto de 2017, cuando el abogado Manuel Luna, en representación del PC, presentó una demanda en el Tercer Juzgado Civil de Santiago contra quienes ocupaban este terreno junto al río Mapocho.
Se trata de un predio de 5.000 metros cuadrados que fue comprado en 2011 por el partido en $40 millones a Marta Godoy Henríquez, quien fue militante por más de 50 años del partido y amiga de Gladys Marín.
De acuerdo a la acciómn judicial del PC, desde fines de 2015 ocupaba dicho inmueble, sin tener título alguno para aquello y por mera tolerancia del dueño, la demandada Eliana Poblete junto a otras personas.
Por lo mismo, el abogado del PC pidió la restitución del terreno “bajo apercibimiento de lanzarle con la fuerza pública, y lanzar así a todos los demás ocupantes que hubiere”, medida que no se concretará gracias al acuerdo alcanzado entre las partes.
Los ocupantes del terreno llegaron al lugar hace más de tres décadas, por una oferta de trabajo de cuidador y administrador del predio aparecida en El Siglo. Las familias se dedican a la venta de abono y leña y reciben ayuda de la municipalidad.
