Alta concentración de arsénico: agua embotellada chilena no cumpliría normas para el consumo
Según un estudio realizado por académicos chilenos, el agua que se vende embotellada no cumpliría con normas internacionales por sus altas concentraciones de arsénico y nitrato. Sin embargo, sí cumplen con la normativa chilena.
Cuatro académicos de la Universidad de Chile publicaron un estudio en que determinan que el agua embotellada que se consume en Chile supera los niveles de arsénico permitidos por las regulaciones chilenas de agua potable, la Organización Mundial de la Salud y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
La investigación, que será publicada en la edición de noviembre de este año de la revista Science of the Total Environment, detalla que se analizó la calidad del agua de diez marcas de agua embotellada disponibles para la venta en Santiago.
En ellas, se analizaron 32 elementos químicos, incluidos oligoelementos, cuyos datos se evaluaron con respecto a los límites establecidos por los organismos reguladores chilenos e internacionales.
Así, se concluyó que la calidad del agua analizada cumple en general con la ley chilena para el agua embotellada.
Sin embargo, el 30% de las muestras analizadas exceden los valores de arsénico, mientras que en el 40% de las muestras, el contenido de nitrato (NO3) es más alto que los valores de agua subterránea, lo que sugiere que la fuente de agua embotellada es superficial.
Se señala además que las marcas de agua embotellada purificada contienen cantidades mínimas de elementos disueltos, pero no cumplen con todos los parámetros (por ejemplo, el pH) establecidos por las regulaciones chilenas de agua potable.
A esto se suma que, por ley, no se exige que el producto esté etiquetado con su composición química, “evitando así que los consumidores tomen decisiones informadas”, se lee en el resumen del estudio.
En nuestro país, el consumo de agua embotellada (conocida también como agua mineral) ha venido subiendo sostenidamente desde el año 2000, superando los 500 millones de litros vendidos en 2015.
En la investigación se indica además que los consumidores tienden a asociar el consumo de este tipo de agua con un estilo de vida saludable.
“Nuestro estudio destaca que existe una inconsistencia entre las normas chilenas que regulan el agua embotellada y las que regulan el agua potable. Algunas de las aguas embotelladas analizadas no cumplen con las regulaciones de agua potable y, paradójicamente, estas marcas no deben ser consumidas por los seres humanos. Sin embargo, los cálculos de la evaluación de riesgos para el consumo muestran que el consumo de 1L/día de agua embotellada no representa un riesgo para la salud humana”, concluyen los académicos.