Ana María Gazmuri renunció a Revolución Democrática
“La exigencia que el actual escenario plantea en defensa de la salud, la dignidad y la seguridad de miles de pacientes, no me permite seguir destinando energías en un escenario partidario plagado de traiciones y manipulaciones, medias verdades y ambiciones personales”.
Ana María Gazmuri anunció su renuncia del partido Revolución Democrática, de la cual era consejera nacional, en medio de las disputas internas respecto al proyecto de “cultivo seguro” de cannabis.
En una carta enviada a RD, Gazmuri declaró que “quiero contarles que he decidido renunciar tanto a mi rol como consejera política nacional como a mi militancia a Revolución Democrática”.
“La exigencia que el actual escenario plantea en defensa de la salud, la dignidad y la seguridad de miles de pacientes, no me permite seguir destinando energías en un escenario partidario plagado de traiciones y manipulaciones, medias verdades y ambiciones personales”, consigna en la misiva dada a conocer por La Tercera.
Y es que en Revolución Democrática existe división respecto al proyecto que busca modificar el Código Sanitario para que la receta médica sea un instrumento válido para la plantación y cultivo de cannabis con fines paliativos.
Esto, ya que mientras Ana María Gazmuri es la principal promotora de la propuesta, Cristóbal Cuadrado, asesor del Colegio Médico y también militante de RD, es uno de los contrarios a la iniciativa.
A esto se suma que un sector de la colectividad existe preocupación por un eventual conflicto de interés de la actriz, ya que además es fundadora y directora ejecutiva de Fundación Daya, cuestión rechazada por Gazmuri.
“Les libero de entender que hay cambios que se vienen que no solo tienen que ver con el uso medicinal de una planta milenaria, sino que se trata de un cambio de paradigmas que afectará a la sociedad”, agregó Gazmuri, quien hizo efectiva su renuncia a RD ante el Servicio Electoral.
Un camino similar siguió el escritor Pablo Padilla, quien renunció a seis años de militancia, asegurando también en una carta que “las disputas internas han terminado por consumir más energía que ninguna otra cosa”.