Aleatorio y sin los municipios: la propuesta matemática para los cabildos
David Bravo asegura que un sistema al azar en los cabildos permite mayor representatividad y diálogo que los procesos autoconvocados.
David Bravo, economista que presidió la Comisión Asesora Presidencial sobre Pensiones en la segunda administración de Michelle Bachelet, participó de los cabildos impulsados por el Gobierno anterior cuando se discutía una nueva Constitución. Hoy, con esa perspectiva, tiene una propuesta para los diálogos ciudadanos que iniciará La Moneda, limitando las autoconvocatorias sociales y eliminando los municipios de los cabildos.
A través de una columna de opinión en El Mercurio, Bravo explicó que lo ideal sería tener un sistema de elección aleatoria para encuentros masivos. Según él, esto garantizaría representatividad y diversidad en el proceso. “Este mecanismo permite dar igual probabilidad de participar a todas las personas y generar un diálogo mezclado”, explica el académico de la Universidad Católica a EL DÍNAMO.
Si bien David Bravo dice no terminar con los cabildos autoconvocados, sí cree que no es bueno que sean considerados en el proceso de discusión. “Si a mí me dicen que organice un encuentro en mi casa con 10 personas, voy a invitar a amigos y gente como yo, no va a ver un verdadero ejercicio de democracia, con personas distintas en un plano de igualdad para evaluar y respetar sus diferencias”, indica. Agrega también que también hay grupos de poder que participan más en estas instancias. Por eso, propone que las personas que participen en los encuentros sean elegidas al azar.
Serían 150 mil personas, aproximadamente el 1% de los mayores de 18 de la población chilena, los seleccionados a ir a estas reuniones. “Si las personas participan, van a representar a otros. Por eso es muy importante que nadie se reste”, explica el investigador.
De esta forma, un organismo autónomo como el Servel podría hacer un sorteo neutro y científico para definir los miembros de los cabildos. “Es una metodología objetiva y neutra”, dice. En tanto, la representatividad se daría por el volumen de la muestra. “Por el tamaño del grupo, como consecuencia, en ese grupo van a estar representadas todas nuestras realidades. No es necesario hacer un sorteo especial”, indica Bravo.
La segunda propuesta es sacar los diálogos desde los municipios, con el fin de que las personas puedan dialogar con personas de otras comunas. “Lo que necesitamos es un diálogo transversal y no segregado, ya que Chile ya está segregado”, explica el académico.
En términos prácticos, Bravo ejemplifica que “se podrían hacer 300 encuentros con 500 personas en lugares como la Estación Mapocho. Esos grupos se podrían dividir en pequeños sección de 25 personas, todas diferentes, para que expongan sus ideas”. Ellos, agrega, serían coordinados por facilitadores que darían un tiempo de exposición igualitario a cada uno de los participantes.
“Los facilitadores son muy importantes para que en un grupo, cada uno pueda tener un espacio de participación seguro e inclusivo. Hay personas que por su naturaleza llegan a un lugar y abarcan la conversación. La idea es que todas las personas, más allá de sus características, puedan entregar sus visiones”, indica.
Si bien esta propuesta no se ha presentado de manera formal, el investigador espera que se pueda evaluar por las autoridades al momento de iniciar los cabildos. “Este es un momento histórico y los mecanismos de diálogo tienen que estar a la altura”, concluye David Bravo.