“Se identificaron diez personas infectadas”: matrimonio de chilenos en cuarentena en crucero por pasajero con coronavirus
“Esta persona tuvo contacto con los comedores y casinos, donde nosotros frecuentemente pasamos parte del día”, relató el chileno.
Un susto de esos que no dan gusto fue el que pasó Ximena Paredes y José Luis Muñoz, un matrimonio chileno que podría estar hasta 14 días al interior de un crucero en el que se detectó un pasajero con coronavirus, por lo que se mantiene en cuarentena.
De acuerdo a lo señalado por la pareja, aún se encuentran en playas japonesas, debido a la emergencia de salud en el crucero.
En conversación con el programa Contigo en la Mañana, Muñoz contó que “el crucero ha sido de ensueño, es un crucero donde somos 3.700 personas, aproximademente. La travesía ha sido todo un éxito, el problema radica en que en Tokio, donde nosotros hicimos un tour, se subió esta persona que está infectada. Se detectó el problema en Hong Kong y a esta persona la bajaron del crucero”.
“Esta persona tuvo contacto con los comedores y casinos, donde nosotros frecuentemente pasamos parte del día”, agregó el chileno.
En ese sentido, Ximena Paredes indicó que “el mismo pasajero no lo sabía y se bajó en Hong Kong. El crucero siguió sin problemas. Al pasar lo días, a esta persona se le detectó el coronavirus en este país y nosotros seguimos en el crucero absolutamente normal”.
El matrimonio destacó que tras el primer caso, se detectaron cerca de 10 casos, pero esas personas ya fueron sacadas del barco. “En este minuto, no creo que haya gente circulando con el coronavirus”, explicó.
“Al buque lo mantienen alejado del puerto por razones de seguridad. Esto significó que hicieran un examen a las personas. Se identificaron diez personas infectadas. Llegaron las ambulancias y se las llevaron. Por parlantes, nos indicaron que debíamos permanecer en nuestras cabinas”, argumentó.
Finalmente, José Luis Muñoz indicó que desde que se activó el protocolo, los tripulantes se acercan y les llevan sus alimentos a las respectivas cabinas. Eso sí, les cuesta comunicarse debido al idioma. “Para nosotros ha sido un tremendo problema estar descifrando (lo que dicen), porque no nos manejamos en el inglés”, concluyó.
