Geriatra Eduardo Valenzuela ante la contingencia sanitaria: “Los municipios deberían copiar el Programa de Atención Domiciliaria del Hogar de Cristo”
El médico y académico de la Universidad Católica afirma que, junto a los municipios, se podría "llegar muy a tiempo a dar respuesta a las necesidades que enfrentarán las personas más pobres y frágiles en los meses que vienen".
Ante la rápida prograpagación del coronavirus (COVID-19), una enfermedad cuya población de riesgo son los adultos mayores y las personas con comorbilidades, Eduardo Valenzuela, médico del programa de Geriatría y Gerontología de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, se reunió con la jefa técnica nacional Adulto Mayor del Hogar de Cristo, Doris García, con quien trabaja estrechamente como habitual colaborador de la fundación, para coordinar y tomar medidas apropiadas a la contingencia producida por el coronavirus.
Y es que, en el Hogar de Cristo, “se atiende permanentemente a personas frágiles y vulnerables, y lógicamente que en casos como la actual situación sanitaria asociada al coronavirus, debemos extremar todas las medidas de cuidado que habitualmente están e incorporar aquellas que se están emitiendo desde el Ministerio de Salud, del Senama y las que el propio Hogar de Cristo genera para poder cuidar mejor a los adultos mayores. Sabemos que este grupo es uno de los más vulnerables porque tiene la mayor mortalidad ante la infección, sobre todo los mayores de 80 años con muchas enfermedades asociadas”, explicó Eduardo Valenzuela.
Adultos mayores y el riesgo permanente
El doctor Valenzuela se declara “relativamente optimista” y señala que, por ejemplo, en el Hogar de Cristo están bien preparados para batallar frente al coronavirus. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la población adulta mayor vulnerable que no está en la institución.
“En relación al resto de la población se han visto situaciones que son difíciles de controlar. Este brote epidémico apareció en el curso de días y va aumentando, por lo que hay poco espacio de tiempo”,
Para él, haya o no una pandemia como el coronavirus, los adultos mayores son una población de riesgo siempre, en especial los que tienen pluripatología, es decir, muchas enfermedades. “Por algo hay un calendario de vacunación anual para el virus influenza. Año a año las personas mayores deben vacunarse porque son uno de los grupos de riesgo definidos y años atrás se incorporó la vacunación antineumocócica, por la misma razón. Ante este coronavirus o cualquier otro, siempre van a estar expuestos a más complicaciones y a más mortalidad”, advierte.
Pese a ello, el profesional de la salud destacó que “nuestro país tiene experiencia en catástrofes, si revisamos nuestra historia hemos estado sometidos muchas veces a emergencias sanitarias y sociales. Y ahora yo creo que hemos ido respondiendo bien, tal vez algunas medidas han resultado un poco tímidas, debieron ser más radicales, pero ahora claramente se está haciendo todo lo necesario para ponerle freno a esto”.
“Mi impresión, sobre todo recordando lo del cólera, es que cuando la población se alineó con toda la información que dio la autoridad sanitaria, el cólera en Chile prácticamente causó un impacto mínimo comparado con otros países. Cuando nos ponemos las pilas somos capaces de enfrentar situaciones muy adversas y ponernos de pie. Yo tengo mucha confianza, veo que eso es lo que está pasando. Y en términos de organización y tomas de decisiones se están haciendo las cosas correctamente”, agregó.
Iniciativas a replicar para enfrentar el coronavirus
Con el fin de sumar soluciones al desafío de enfrentar esta pandemia, Valenzuela recomendó “copiar el modelo que el Hogar de Cristo ha utilizado por décadas para identificar y vincular a los adultos mayores con las redes locales, PADAM. Esto es el Programa de Atención Domiciliaria Adulto Mayor, una de las iniciativas más exitosas que ha tenido la fundación en las últimas décadas. Justamente por esa capacidad de identificar a las personas más frágiles y vincularlas con las redes sociales de asistencia sanitaria y protegerlas. Muchos de ellos habrían muerto solos en sus casas si no existiera este programa”.
Pero, ¿cómo se podría aplicar este modalidad a nivel general? “Yo creo que en este modelo de atención tienen un rol muy importante los gobiernos locales, es decir, los municipios. Ellos pueden generar recursos locales y estrategias de organización que pueden partir desde las unidades vecinales, identificando quiénes son esas personas más vulnerables que ante la situación que estamos enfrentando se pueden ver más complicadas aún”, planteó el geriatra.
“Desde los municipios hay una gran alternativa más que a nivel nacional, que es más lento. A través de los municipios, con el apoyo de las unidades vecinales y organizaciones sociales, podríamos llegar muy a tiempo para dar respuesta a las necesidades que enfrentarán las personas más pobres y frágiles en los meses que vienen. Los PADAM son una tremenda riqueza que hay que explotarla a fondo”, finalizó Valenzuela.