Coronavirus en Chile: un mes bajo amenaza
Un nuevo caso de la enfermedad se confirmaba al día siguiente del "paciente cero". Y luego otro. Así fueron pasando los días hasta que, a la primera semana de llegado el Covid-19 a Chile se contabilizaban 13 personas con el virus.
Treinta y un días, más de 3 mil contagiados y 18 muertos. Fue el 3 de marzo cuando se confirmó el primer caso de coronavirus en Chile. Detectado en el Hospital de Talca, se trató de una persona de 33 años, con antecedente de viaje durante un mes por distintos países del sudeste asiático, particularmente en Singapur. Un mes más tarde, el país se encuentra con zona en cuarentena, cordones sanitarios y preparándose para un escenario complejo.
Solo horas antes, ese 3 de marzo, el Presidente Sebastián Piñera había afirmado que el coronavirus “va a llegar en cualquier momento”. De a poco comenzó a conocerse información del primer caso: era un médico que viajó desde Santiago a San Javier, en la región del Maule, en un bus interurbano. Se prendían las alarmas: había que contactar a todos los pasajeros ante un posible contagio.
Lo inevitable ocurrió al día siguiente. Un nuevo caso de la enfermedad se confirmaba. Y luego otro. Así fueron pasando los días hasta que, a la primera semana de llegado el Covid-19 a Chile se contabilizaban 13 personas con el virus.
El 9 de marzo, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, reconoció que Chile prontamente pasaría a la fase 3 de la emergencia, es decir, aplicar cuarentenas a zonas determinadas con el fin de que el virus no se siga expandiendo. Cuatro días más tarde se anunciaría la primera cuarentena en un recinto educacional.
Alcaldes vs. expertos
Conforme pasaban los días, seguían aumentando los casos. En las semanas venideras los casos triplicarían a un ritmo de cada cuatro días, algo que incluso fue alertado por la autoridad sanitaria. Pero el Ministerio de Salud debió enfrentar otra crisis, esta vez con los alcaldes quienes criticaron el actuar de la secretaría de Estado y comenzaron a aplicar medidas de forma autónoma.
El 15 de marzo, ante las preocupaciones por los contagios de coronavirus , diversos municipios han decidido suspender las clases como medida de prevención. Una de las primeras en adoptar la medida fue la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei. La edil decidió aplazar las clases presenciales por un mes en la comuna y aplicar una modalidad online. Y pese a que el Minsal había desestimado la medida, la autoridad sanitaria finalmente cedió.
Esa mañana, el mismo ministro de Salud, Jaime Mañalich, había criticado la medida en redes sociales: “¿Realmente se cree que cerrar los centros de educación que dan comida, protección, seguridad a la mayoría de los niños y enviarlos solos sus hogares es una medida razonable?”, dijo.
La negativa del Gobierno por suspender las clases se basó, en parte, en las recomendaciones realizadas por el Comité Asesor Presidencial por el coronavirus. Cerca de las 13:00 horas de este domingo fue la doctora María Teresa Valenzuela, quien aseguró que no era necesario adoptar esta medida: “La recomendación que hicimos al Presidente es que al día de hoy no es recomendable, no es una medida que corresponda“.
Pero una hora más tarde de la reunión, Sebastián Piñera salió a dar una conferencia de prensa para comunicar las nuevas medidas adoptadas para controlar el coronavirus. Entre ellas, suspender las clases para todos los jardines infantiles, colegios municipales y subvencionados por dos semanas.
Luego, el 17 de marzo, nuevamente Evelyn Matthei se enfrentó a la autoridad al anunciar el cierre del Mall Costanera Center. Según contó desde sus redes sociales, la decisión fue tomada por el Concejo Municipal de Providencia.
La decisión contrastó con las recomendaciones del ministro de Economía, Lucas Palacios. Según dijo en una conferencia de prensa el secretario de Estado, “el único que tiene la autoridad para poder bloquear o cerrar un establecimiento comercial es el Presidente, a través de una potestad delegada al director del ISP. No son los alcaldes”.
El paciente 31
El 16 de marzo, la región de La Araucanía, en ese entonces libre de coronavirus, comenzó el operativo de salud. Un joven de 29 años había dado positivo de Covid-19 en Santiago. Sin embargo, pese a tener que estar en cuarentena, viajó a Temuco.
Veintisiete pasajeros que se transportaron en el mismo vuelo comercial que el infectado, fueron considerados como “contactos de alto riesgo”.
Pero en la región los contagios aumentaron significativamente en sólo un par de días. Al 19 de marzo, 20 pacientes fueron diagnosticados con la enfermedad. Al día siguiente la cifra se disparó a 70, todos ellos miembros de un culto religioso.
Fase, Estado de Catástrofe y primer fallecido
El 16 de marzo, Chile entró a la Fase 4 de expansión del coronavirus en nuestro país. Desde La Moneda y acompañado únicamente por el ministro de Salud, Jaime Mañalich, Sebastián Piñera actualizó la cifra de pacientes detectados como portadores de COVID-19, en ese entonces 155 casos positivos y decretó el cierre de todas las fronteras terrestres, marítimas y aéreas para el tránsito de personas extranjeras, medida que regiría a partir del miércoles 18 de marzo.
Ese mismo miércoles, el Mandatario se veía en la obligación de decretar Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe. Al día siguiente, cerca de las 14 horas, se anunció un paquete de medidas económicas para enfrentar la crisis, iniciativa que implicará el uso del 2% constitucional para inyectar más de US$ 11 mil millones a la economía.
Pero la noticia más relevante llegó ese fin de semana. El 21 de marzo, a través de su cuenta de Twitter, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, confirmó al primer fallecido por coronavirus en nuestro país a casi tres semanas en que se detectara el primer caso. Al día siguiente se decretó toque de queda nacional y las primeras cuarentenas comunales.
Hacia una muerte digna
La última semana del primer mes de la pandemia se ha enfocado en la disponibilidad de ventiladores mecánicos en el sistema de salud.
Jaime Mañalich aseguró que “la capacidad actual de ventiladores mecánicos públicos y privados es de 1.229, de estos hay 220 que no se están usando y que están dispuestos para usarse en caso que se necesite“. En esa línea, Mañalich aseguró que “estamos convirtiendo 200 respiradores pediátricos y se están reclutando 589 respiradores más comprados durante estos meses”.
“Se están convirtiendo 500 máquinas de anestesia en respiradores”, agregó el ministro, afirmando que “tenemos 3.315 ventiladores disponibles y pueden ser más“.
Sin embargo, el sistema de salud se prepara para lo peor. Un protocolo ético destaca que “es importante el concepto de ‘cuidar’ antes y por sobre la finalidad de ‘curar’”.
Según el documento, el tratamiento médico debe ser “proporcionado a la condición del paciente“, y se deben tomar en cuenta las condiciones de base previas (enfermedades crónicas, factores de riesgo y otros) para valorar las posibilidades de recuperación.
Agrega que “en los casos de los pacientes con severas condiciones y enfermedades de base y en pacientes terminales, indicaciones tales como medidas paliativas, el acompañamiento psicológico y espiritual son aspectos claves dentro de la evolución hacia una muerte digna y en compañía de sus familiares y seres queridos”.