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7 de Abril de 2020

No eres tú, soy yo: la inestable relación de los políticos con los resultados de las encuestas

Transversales han sido los cambios de opinión de la clase política respecto a validar los resultados de las encuestas cuando benefician o perjudican a su propio sector político, tanto en la oposición como en el oficialismo.

Por Hernán Claro
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La última edición de la encuesta Plaza Pública de la consultora Cadem reveló que la aprobación del Presidente Sebastián Piñera bajó dos puntos en una semana, llegando al 19%. Una pequeña caída respecto a la medición anterior cuando el mandatario logró un 21% de aprobación, en la que fue su tercera semana consecutiva de alzas en las encuestas.

Resultado que fue ampliamente comentado en redes sociales, especialmente por políticos dejando al descubierto la relación de amor y odio con las encuestas: renegar de ellas cuando les va mal y validarlas cuando les va bien.

El académico y director del Observatorio de Política y Redes Sociales de la Universidad Central, Nicolás Freire, explicó a EL DÍNAMO que utilizar las encuestas según sea más conveniente “no es algo nuevo de esta oposición, sino que de todas las oposiciones”.

“Generalmente cuando las encuestas son favorables al discurso que quieren plantear lo utilizan y cuando el dato no es favorable a su narrativa los dejan de utilizar y los critican. Es normal, y no sólo en este contexto, incluso se puede extrapolar a otros gobiernos de países extranjeros”, afirmó.

Las contradicciones del Frente Amplio con la CEP

Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en el Frente Amplio, cuando tras la publicación de la Encuesta CEP del 16 de enero -que arrojó sólo un 6% de aprobación al Gobierno de Sebastián Piñera-, algunos de sus rostros más importantes cuestionaron la continuidad del mandatario en el poder valiéndose de la medición.

A principios de año, el alcalde de Valparaíso y miembro del Frente Amplio, Jorge Sharp, aseguró que “hoy el Gobierno carece de legitimidad para liderar el proceso constituyente y tiene mucha dificultad para impulsar la agenda social”.

La diputada Natalia Castillo de Revolución Democrática, por su parte, siguió el mismo camino y afirmó que “tenemos un instrumento que tiene una validación necesaria para entender que estamos en una crisis  institucional”.

Un Presidente con tan baja aprobación es realmente preocupante, más aún cuando la baja aprobación se debe a las políticas implementadas por el Gobierno”, agregó en enero de este año.

Sin embargo, la vocera del Frente Amplio y ex candidata presidencial, Beatriz Sánchez, cuestionó que los resultados de la CEP sean representativos cuando la medición proyectaba un mal resultado de su conglomerado en las elecciones del 2017.

Tras obtener el 20,3% de las preferencias en las pasadas elecciones presidenciales, afirmó: “Quiero mandar un mensaje bien clarito a todas las encuestas que dijeron que nosotros no existíamos. Todo ese oráculo que es la CEP, borrándonos del mapa”.

“Si esas encuestas hubieran dicho la verdad, quizás estaríamos en segunda vuelta. Entonces yo mañana quiero una explicación de esos que se sintieron los dueños de Chile, diciendo que nosotros estábamos fuera (…) Mañana quiero una explicación en todos los diarios”, cuestionó en 2017.

Amor y odio

Pese a que el reciente cambio de opinión viene desde la oposición, algunos rostros del actual Gobierno y del oficialismo han incurrido en la misma conducta de amor y odio con las encuestas.

El ejemplo más claro es el propio Presidente Sebastian Piñera. El mandatario comentó con duras palabras en agosto del 2017 la baja aprobación alcanzada por Michelle Bachelet en la CEP (20%).

La verdadera solución no es un cambio de gabinete, es un cambio de Gobierno, que ponga prioridades de la gente en el corazón de su gestión”, dijo en un video.

De todas formas, el año pasado cuando desde la oposición pidieron su salida por los malos resultados alcanzados en la CEP, aseguró que “fui elegido democráticamente por una enorme mayoría de chilenos y tengo un deber y compromiso con esos que me eligieron y con todos los chilenos”.

Otro caso conocido al interior del oficialismo fue el que protagonizó el senador Andrés Allamand (RN), quien defendió al Presidente Piñera de quienes pedían su salida del Gobierno.

“La extrema izquierda que apoya el Apruebo, la misma que avala la violencia, que acusó constitucionalmente al presidente Piñera, ahora busca inhabilitarlo”, clamó desde su cuenta en Twitter.

Sin embargo, en un viejo tuit del 2016 pidió la salida de la ex Presidenta Michelle Bachelet por los resultados de la encuesta CEP. “Bachelet no termina su mandato. Tiene 70% de rechazo”, escribió.

Otro ejemplo viene del actual ministro del Interior, Gonzalo Blumel, quien durante el Gobierno de Bachelet comentó en su Twitter los resultados alcanzados por la ex Presidenta en la encuesta Cadem.

“(Jorge) Burgos salió del gobierno y subió automáticamente siete puntos en Cadem”, dijo en junio del 2016.

Pese a ello, una vez en su rol como jefe de Interior, dijo en Radio Duna que las encuestas muestran que “nadie puede sacar cuentas alegres en la crisis social más profunda del país al menos desde el retorno de la democracia (…) es una crisis de confianza y legitimidad muy profunda”.

Nicolás Freire, analista político, recordó que “cualquier encuesta por sí sola no es válida, porque son fotografías de un determinado momento”.

Eso sí, luego destacó que “lo positivo que tienen es que permiten tener alguna noción de ciertos sucesos a nivel país, los cuales deben ser validados por más mediciones y estudios complementarios”.

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