Coronavirus: la “guerra de los insumos” que motiva el secretismo sobre llegada de respiradores
La polémica protagonizada por el ministro de Salud y el embajador chino por la entrega de ventiladores mecánicos dejó en evidencia la estrategia del Gobierno y de otras instituciones para la movilización de elementos para combatir el COVID-19.
La denominada “guerra de los insumos” por los diversos implementos médicos utilizados para tratar la pandemia del coronavirus es una realidad en varios países del mundo, y ha llevado a las autoridades e instituciones chilenas a movilizar todas las donaciones con la mayor reserva posible, en una medida que genera cierta controversia por el secretismo con el que se estaría actuando.
La polémica del ministro de Salud, Jaime Mañalich, con el embajador chino Xu Bu, quien terminó desconociendo el aporte de 500 ventiladores mecánicos, abrió una serie de cuestionamientos sobre el origen de los elementos, especialmente luego que el secretario de Estado precisara que la donación provenía desde la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC).
El subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, fue consultado sobre el tema y evitó dar mayores detalles, hablando de una “estrategia” que existe en la materia. “Estamos en conversaciones constantes con la CPC, con distintas embajadas y distintos proveedores, más detalles acerca de esto no vamos a entregar”, expresó esta mañana.
Más allá de las controversias, el temor de los gobiernos y las instituciones de “perder” sus insumos en medio de los viajes es real, ya que durante los últimos semanas se han vivido inquietantes episodios de retención de cargamento, los que generaron complejos desencuentros diplomáticos.
La “piratería moderna” entre los países
Desde marzo hasta la fecha varios de los países que están enfrentando el coronavirus han vivido diversos incidentes con los insumos médicos, especialmente los enviados desde China.
Uno de los que llamó más la atención fue el ocurrido el 3 de abril, cuando España (el segundo país con más contagiados con COVID-19 en el mundo), no pudo recibir un cargamento de respiradores debido a que fueron retenidos por Turquía.
Los aparatos, de fabricación turca, habían sido encargados por los españoles para tratar a los enfermos más graves. Aquello chocó con las medidas establecidas por las autoridades de Ankara, las que habían prohibido toda exportación de insumos médicos.
Finalmente, y luego de un tenso diálogo entre los países, se logró destrabar el conflicto. “Gracias a una diplomacia discreta, pero sobre todo a la consideración de las autoridades turcas, que entienden que España hoy necesita más estos respiradores y, en un gesto de generosidad, de socio y amigo, decide que puedan viajar”, señaló la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya.
A esto se sumó otro incidente protagonizado por Estados Unidos, el país que actualmente lidera el número de muertos y contagiados por COVID-19. En este caso el enfrentamiento surgió con el gobierno alemán, que lo acusó de “confiscar” y desviar un cargamento de mascarillas desde Tailandia.
El ministro del Interior germano, Andreas Geisel, fue directo en contra de la administración de Donald Trump y la acusó de ejercer “piratería moderna” con la acción. Los norteamericanos, en tanto, descartaron estar involucrados en la maniobra.
La ruta de los insumos
Estos hechos motivaron a que se tomaran inéditas rutas en el traslado de insumos como las mascarillas, las que son vitales para los equipos de salud que enfrentan el coronavirus. Por ejemplo, la Fundación Luksic importó y donó un millón de tapabocas especiales desde China.
El Boeing 787 de Latam voló 12 horas desde Shanghái hasta Auckland, en Nueva Zelanda. Desde allí se emprendió viaje a Santiago por 11 horas más. Esta planificación fue paralela a la realizada por Aerolíneas Argentinas, que también optó por este camino para recortar tiempo y cantidad de escalas.
La aparición del cargamento se fue difundiendo durante el sábado en las redes sociales, pero se confirmó durante las siguientes horas.