Consultoría estratégica: qué es, cómo funciona y cómo puede ayudar a una empresa

Confianza y Credibilidad, son los dos valores que sostienen la reputación de una empresa ante sus clientes, en una realidad cada vez más competitiva. Las expectativas de los clientes, sean estos reales o potenciales, han cambiado y cada vez más empresas necesitan recurrir a profesionales que generen y gestionen correctamente su comunicación e imagen.

¿Qué es la Consultoría estratégica?

La Consultoría estratégica se ocupa de realizar un diagnóstico exhaustivo, diseñar, planificar, ejecutar y supervisar las acciones de comunicación y relaciones públicas que favorezcan la inclusión, visibilidad y posicionamiento de marca de la empresa.

¿Por qué hacer un diagnóstico de comunicación?

Es el primer paso a llevar a cabo, es evaluar la situación de comunicación en la que se encuentra la empresa. ¿Ha comunicado últimamente? ¿De qué manera? ¿Ha sido positiva la comunicación? Mediante diferentes análisis, se tendrá un panorama total del posicionamiento de la marca y la empresa en sus públicos de interés. El motivo de que sea un paso fundamental es que determinará las necesidades comunicacionales de la empresa. En base a su resultado, se podrá determinar cuáles serán las acciones a seguir, estableciendo los objetivos a cumplir.

Dentro del diagnóstico debe tenerse en cuenta el entorno que rodea a la empresa, es decir la realidad de la totalidad de los públicos, además de conocer cuáles son los temas de interés que se están tratando.

¿Qué es la planificación estratégica?

Dentro de la planificación estratégica aparecen todas las acciones de comunicación y relaciones públicas, tiempos de ejecución y objetivos a corto, mediano y largo plazo que deben llevarse a cabo en la empresa. Una consultoría estratégica de negocios bien realizada debe tener en cuenta todas las variables que pueden rodear el proceso de comunicación, es por eso que se establecerán los mensajes clave, que serán emitidos en sincronía desde todas las áreas de la empresa.

La Planificación estratégica debe ser dinámica, es decir, puede ir modificándose de acuerdo a distintas circunstancias (pongamos de ejemplo una situación de pandemia, como la actual, no se podrá seguir comunicando lo que estaba planificado), además abarca un sinfín de actividades, desde el relacionamiento con los medios, hasta los contenidos digitales o la organización de eventos.  Tampoco en la planificación debemos dejar al margen al entorno y a la competencia de la empresa, ambos determinantes a la hora de comunicar.

Por supuesto deberán estar incluidos en la planificación, los recursos que se utilizarán, los presupuestos de cada acción y los tiempos de ejecución.

¿Cómo identificar los objetivos?

En primera medida se debe determinar qué clase de objetivos son los que se quieren alcanzar; ¿Son puramente económicos? ¿Son de posicionamiento ante la competencia? ¿Son para dar visibilidad a la marca? ¿Para convertirse en referentes de un determinado mercado?

Estos son algunas de las variables con las que se trabaja al momento de determinar qué objetivos se quieren lograr. En base a eso, se elaborará una lista de objetivos que deben cumplirse de acuerdo a las necesidades específicas de la empresa. También, al igual que la planificación de la que son parte, los objetivos pueden cambiar, según cómo se vaya desenvolviendo la hoja de ruta. También debe incluir de qué manera se supervisará cada acción (métricas, coberturas, etc), para su posterior evaluación.

Los profesionales de relaciones públicas que realicen la consultoría estratégica deben contar con un absoluto conocimiento del lugar en el que la empresa debe comunicar. Por ejemplo, si se trata de realizar una consultoría estratégica en LatAm, se debe conocer ampliamente la región, la realidad de cada país que la integra, la agenda mediática que ocupa a los periodistas, y las costumbres de consumo de información por parte del público.

¿Cómo puede ayudar la Consultoría estratégica a una empresa?

La Consultoría estratégica brinda todas las herramientas necesarias para garantizar que la empresa comunique correctamente, obteniendo un rédito de ello, sea económico o no. La empresa contará con profesionales especializados que evitarán que se cometan errores (futuras crisis comunicacionales), potenciando la imagen de la marca ante sus públicos.