La experiencia internacional en la instalación de restaurantes en la calle
La fase de preparación del desconfinamiento permitirá que siete comunas de Chile puedan abrir sus locales, siempre y cuando atiendan al aire libre.
El Ministerio de Salud anunció el ingreso de siete comunas del país a la fase 3 de preparación del plan de desconfinamiento Paso a Paso, la que implicará la reapertura de los restaurantes, los que deberán funcionar en la calle.
Esta medida, que no era parte del plan originalmente presentado por el Gobierno, surgió para apoyar al sector gastronómico, que era uno de los más afectados con la cuarentena debido a la prohibición del funcionamiento.
La gran condición que tienen los locatarios para retormar sus actividades es trasladar sus mesas y sillas a terrazas o lugares al aire libre, debido a que varios estudios han apuntado a que la propagación del COVID-19 (especialmente por la vía aérea) se da con mayor frecuencia en lugares cerrados y con una gran cantidad de personas en su interior.
Con esto en mente, las autoridades de las comunas de Los Andes, San Felipe, Vitacura, Las Condes, Providencia, Ñuñoa y San José de Maipo deberán ponerse de acuerdo con los empresarios dueños de los locales, quienes deberían instalarse en paseos peatonales improvisados, siguiendo así algunas experiencias internacionales como la de Nueva York, que también sacó todo a la calle para seguir funcionando.
La propuesta neoyorkina
Nueva York fue la primera ciudad de Estados Unidos en recibir el gran golpe de la pandemia, sufriendo tanto en el aspecto sanitario como en el económico.
Una vez controlado el colapso del sistema hospitaliario, las autoridades locales evaluaron la forma de que algunos negocios retornar a sus actividades sin poner en riesgo la salud de las personas con un eventual rebote. En medio de ese debate, surgió la idea de instalar las mesas de los restaurantes en la calle.
El alcalde neoyorkino Bill de Blasio planteó en julio que 22 calles peatonales se dedicarían exclusivamente al funcionamiento de los locales de comida, para así ofrecer alternativas a los visitantes y revivir la alicaída actividad gastronómica.
“Algunos de los restaurantes estarán en calles abiertas existentes, algunos serán en nuevas (calles), pero será increíble porque va a ser clave en algunos de los lugares de la ciudad donde tenemos restaurantes extraordinarios concentrados en un solo lugar. A la gente le encanta ir allí en cualquier momento, pero ahora imagina poder disfrutarlo todo al aire libre”, expresó la autoridad.
En ese momento, se observó cómo la apertura interior de los bares y locales de diversión nocturna habían impactado en la propagación de la enfermedad. Por lo mismo, se decidió permitir el funcionamiento pero solo al exterior, manteniendo la distancia física y el uso de mascarilla cuando no se estuviera comiendo.
La idea de Nueva York fue observada con detalle por Milán, una de las ciudades más perjudicadas con la propagación del SARS-CoV-2 en Italia. La zona está implementando un plan para favorecer el uso de las calles peatonales, lo que también implicará el arribo de los servicios al aire libre.
“Tenemos que crear buenas condiciones para vivir esta nueva normalidad para todos. Creo que el próximo mes en Milán, en Italia y en Europa decidiremos parte de nuestro futuro para la próxima década. Antes, estábamos haciendo planes para 2030; ahora la nueva fase, la llamamos 2020. En lugar de pensar en el futuro, tenemos que pensar en el presente”, expresó Pierfrancesco Maran, concejal del Ayuntamiento de Milán, en declaraciones consignadas por El Confidencial.
Por el momento, la experiencia de Nueva York ha sido exitosa, ya que no se han identificado brotes relacionados a los locales callejeros. Un análisis del Institute Of Culinary Education planteó que también se ha evaluado positivamente el establecimiento de medidas sanitarias más rígidas, las que incluso podrían quedarse después de la pandemia.