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Actualizado el 19 de Octubre de 2020

Volvió el vandalismo: dos iglesias quemadas, saqueos y barricadas

En uno de los siniestros intencionales, fue detenido un funcionario de la Armada.

Por Hugo Infante
iglesias quemadas
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Desde las 10 de la mañana, centenares de personas comenzaron a congregarse en Plaza Italia para conmemorar un año del estallido social del 18 de octubre de 2019.

Los manifestantes comenzaron a congregarse alrededor de la estatua del general Manuel Baquedano, el cual era custodiado por un un grupo de carabineros, que al verse sobrepasado, tuvieron que dejar la zona.

El monumento, nuevamente fue pintado de rojo.

A medida que se repletaba el lugar -se calcula que llegaron 30 mil personas- el tránsito comenzó a ser interrumpido y varias estaciones de Metro fueron cerradas por incidentes en el exterior.

Agresión a Jadue

Pero la primera señal de violencia más grave vino cuando el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), fue reconocido por varios manifestantes, quienes intentaron agredirlo. El edil –que ha apoyado la protesta y el derecho de la gente a defenderse de las fuerzas de orden– tuvo que huir junto a un grupo personas que lo acompañaban. Jadue tuvo que escapar por Pío Nono a medida que sumaban más exaltados para agredirlos. Horas después, explicaría en su cuenta de Twitter que se encontraban bien. “Trataron de agredirnos, pero no caímos en la provocación. Estamos bien y firmes por el Apruebo y la Convención Constitucional”, afirmó el edil.

La nula presencia policial en la “zona cero” llamó la atención e incluso algunos se aventuraron a afirmar que sin carabineros en medio de la manifestación todo transitaría de forma pacífica. La hipótesis se cayó rápidamente, luego de las barras bravas -presentes desde octubre de 2019 en la manifestaciones- comenzaran a pelearse entre ellas.

La estúpida rivalidad que sostienen desde sus orígenes había estado suspendida durante meses, en una cohesión inédita, blanqueando su prontuario policial al unirse a un movimiento social.

La “milagrosa” tregua, celebrada con lienzos que se arrepentían de haber peleado tanto tiempo, llegó hasta tener eco en el Congreso, con el diputado Giorgio Jackson (RD) anonadado con la unión. “Podrá parecer frívolo, pero este video de hinchas de Los de Abajo y de la Garra Blanca unidos es, para quienes hemos ido a clásicos en el Nacional y en Pedreros, una muestra de lo transversal que es la protesta“, comentó Jackson el 23 de octubre.

Pero ayer, la “paz de octubre” se quebró y durante horas, los más selectos miembros de las barras bravas comenzaron una pelea interminable por las calles aledañas a Plaza Italia, reviviendo las viejas pugnas que han manchado al fútbol chileno. Se volvieron a repetir los saqueos y las barricadas como en meses anteriores.

Saqueo e iglesias quemadas

Un saqueo e incendio en la Iglesia de Carabineros dio la primera señal de lo que vendría horas después.

A medida que avanzaba la tarde, el Transantiago anunciaba que prestaría servicios hasta las 20 horas.En una reacción en cadena, varias estaciones de Metro decidieron cerrar los accesos.

El fuego -que muchos chilenos observaron horrorizados el año pasado- nuevamente fue el protagonista. Decenas de vándalos ingresaron hasta la Iglesia San Francisco de Borja -templo religioso utilizado por carabineros- para quemarla.

El nulo resguardo en el sector permitió que el lugar fuera saqueado y los implementos del interior fueran utilizados como barricadas.

El incendio comenzó rápidamente. “La única iglesia que ilumina es la que arde”, posteó en Instagram una joven identificada como @peppadelkaos desde el interior de la iglesia.

Al llegar la policía, cinco personas fueron detenidas y para sorpresa de todos, un cabo de la Armada. La institución naval condenó el hecho y anunció una investigación.

A las 19 horas, en la Parroquia de la Asunción, en Vicuña Mackenna con Pierre de Coubertin, comenzaron a congregarse encapuchados, quienes según relatan testigos, ingresaron por la fuerza al templo católico y le prendieron fuego.

Las llamas avanzaron rápidamente en el edificio construido en 1876. Las imágenes del campanario en llamas y posterior derrumbe generaron estupor entre los residentes del sector y provocaron la reacción del gobierno, que por la noche salió a condenar los hechos de violencia.

También desde la DC y el Frente Amplio hubo condenas por los incendios.

Pero el diputado Jackson fue más cauto, destacando que las manifestaciones habían sido pacíficas y diversas en todo el país, además de asegurar que los medios van a hablar sólo de la violencia y “del delictual incendio a una iglesia realizado por un grupito”.

Por la noche, en Puente Alto, la Vigésima Comisaría fue nuevamente atacada por unas 300 personas, hechos que se repitieron en Melipilla y Padre Hurtado. Las barricadas nuevamente iluminaron las calles de Santiago y el saqueo a locales comerciales volvía sin gloria.

“Venceremos y será hermoso”, tuiteó antes de la medianoche la diputada Pamela Jiles, recordando con un video la conmemoración de hoy.

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