Los efectos de las manifestaciones en la propagación del coronavirus
La masiva concentración en Plaza Baquedano generó polémica por su eventual influencia en un rebrote del virus. Las experiencias internacionales y la visión de expertos dan algunas luces de sus consecuencias.
Este domingo se cumplió un año del estallido social en Chile, el que se conmemoró con diversas manifestaciones en todo el país y en una masiva concentración en Plaza Baquedano, la que rompió con la “nueva normalidad” establecida para intentar controlar la pandemia del coronavirus.
La presencia de miles de personas en el epicentro de las protestas generó la molestia del ministro de Salud, Enrique Paris, quien responsabilizó a los convocantes y a otras figuras de la oposición, como el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, por el eventual rebrote que se generaría en un par de semanas.
Aunque muchos de los manifestantes asistieron con mascarilla, algunos no las portaron correctamente. Tampoco hubo mucho distanciamiento social y la limpieza de manos quedaba bajo la responsabilidad de los asistentes.
La experiencia internacional y los estudios sobre la poca circulación del virus al aire libre muestran que estas instancias no implicarían un riesgo adicional a otro tipo de actividades, siempre y cuando se cumplan todas las medidas preventivas.
La experiencia internacional
La primera gran manifestación global del año ocurrió en Estados Unidos, el país más afectado con la pandemia del coronavirus con 8 millones de casos y 220 mil muertos.
El 25 de mayo, el ciudadano afroamericano George Floyd murió luego de ser sometido por la policía de Minneapolis, en el estado de Minnesota. Aquella ciudad fue el centro de fuertes y violentas protestas, las que se extendieron por todo el país.
Las masivas convocatorias contra el racismo fueron protagonizadas por jóvenes, quienes en su mayoría salieron a la calle con mascarilla y otros elementos para evitar los problemas con los gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de la Guardia Nacional.
Algunos científicos alertaron que era “inevitable” que la congregación de personas tuviera efectos en la cantidad de contagios en las ciudades más afectadas con las protestas, pero un mes después de las marchas aparecieron algunos estudios que aterrizaron los efectos de estas acciones en la pandemia.
Investigadores de la Universidad de San Diego publicaron un paper en National Bureau of Economic Research con los resultados preliminares de su estudio sobre el desarrollo del movimiento Black Lives Matter en tiempos de COVID-19.
Usando datos de rastreo de teléfonos celulares anónimos de SafeGraph, Inc., los expertos afirmaron que “las ciudades que tuvieron protestas experimentaron en simultáneo un aumento en el aislamiento social de los población general en comparación con las ciudades que no tuvieron marchas”.
Una explicación para aquello es que muchos habitantes de Minneapolis se quedaron en sus casas ante el temor frente a los actos vandálicos. La mayoría de quienes salieron a las protestas fueron jóvenes, que usaron cubrebocas y que no eran parte de la población de riesgo del SARS-CoV-2, por lo que no se detectó un aumento de hospitalizaciones tras las protesta.
El hecho más importante es que todas las convocatorias se hicieron al aire libre, lo que redujo la capacidad de extensión del COVID-19. Los recientes estudios sobre la propagación del virus han señalado que los riesgos de transmisión aumentan de forma importante en sitios cerrados y con poca ventilación.
El cuidado ante el virus
Ignacio Silva, infectólogo y académico de Dirección de Postgrados de la Universidad de Santiago (Usach) analizó lo ocurrido en las manifestaciones por el aniversario del estallido social y señaló que es complejo pensar que lo ocurrido en Plaza Baquedano va a provocar un rebrote importante del coronavirus en la Región Metropolitana, donde se ha logrado controlar la circulación del virus con una positividad del 3%.
“Creo que sin dudas en los lugares donde se producen aglomeraciones de personas hay un mayor riesgo de contagio, pero de ahí a que haya un rebrote es difícil, porque la gente que se reunió no fue significativa. En Fiestas Patrias tuvimos un aumento en la actividad en la región y no tuvo mayores efectos”, expresó el médico a EL DÍNAMO.
Silva señaló que lo ocurrido en Santiago “sin dudas va a generar contagios”, considerando que en muchas imágenes se vieron a personas sin mantener la distancia física recomendada y con las mascarillas mal puestas, pero aquello no incidiría fuertemente en la situación epidemiológica que se vive en la capital considerando el factor del aire libre.
“Es súper importante entender que sí existe riesgo. En las manifestaciones no existe distanciamiento y hay poca mascarilla. Pero en un lugar cerrado, como en una discoteque o en un bar, ese riesgo crece exponencialmente”, añadió.
Sobre las acciones del Gobierno ante estas convocatorias, el infectólogo afirmó que “no deberíamos necesitar episodios como las protestas para reforzar la trazabilidad, que obviamente debería ser algo que tendría que estar funcionando desde inicios de la pandemia, y que además tendría que abarcar el cuidado de otras actividades como los malls, el trasporte y otras áreas”.
El experto también comentó los rebrotes que están en curso en nuestro país, los que afectan principalmente a las regiones del sur, señalando que en estos casos existen “múltiples factores” como la mutación del virus o las falencias en la trazabilidad, aunque uno de los principales sería justamente los encuentros familiares.
“En el ambiente familiar se pierde la percepción de riesgo, las personas se sacan las mascarillas y se dan abrazos, todo en lugares cerrados”, señaló el especialista.