Detectan altas concentraciones de metales pesados en agua y sedimentos de Cachagua
Estudios realizados en las localidades de la bahía de Quintero y Cachagua arrojaron altos valores de cobre y arsénico, por encima de las normas internacionales.
Un grupo de investigadores de la Universidad Andrés Bello detectó altas concentraciones de metales pesados en el agua y sedimentos marinos de la bahía de Quintero, en la Región de Valparaíso, zona que ha vivido diversos episodios de contaminación por su alta actividad industrial.
Un estudio, que fue publicado en la revista científica Plos One, evaluó el estado de las poblaciones de huiro negro (Lessonia spicata) y halló altas concentraciones de cobre y arsénico tanto en el agua como en los sedimentos marinos en las localidades Ventanas, Horcón y Cachagua, por encima de las normas internacionales.
Lo que más llamó la atención de este análisis fue que Cachagua, el lugar más lejano al parque industrial y que se consideraba no contaminado, registró la mayor presencia de estos metales.
Loretto Contreras, académica del Departamento de Ecología y Biodiversidad de la Universidad Andrés Bello, señaló que la cantidad de cobre en el agua fue de entre 20 y 900 microgramos de cobre por litro, y sobre los 50.000 microgramos por kilo en el sedimento marino. “Sin embargo, uno de los resultados que nos llamó mucho más la atención es que encontramos también en la zona de Cachagua altas concentraciones de cobre y arsénico, este último en el rango sobre los 20 mil microgramos por kilogramo de sedimento”, detalló.
La evaluación de las poblaciones de huiro negro, en el caso de Ventanas, no solo se demostró que el tamaño de individuos en esa localidad es significativamente menor, sino que además se encontraron únicamente algas juveniles. De acuerdo al estudio, la ausencia de individuos adultos prevé un problema a nivel poblacional que afectaría la reproducción y sobrevivencia de esta especie a corto plazo.
“Esta especie es muy importante, tanto a nivel comercial como ecológico. Se trata de un alga estructuradora de comunidades, es decir, que alberga y permite el crecimiento de un sinfín de especies animales y otras algas”, agregó Contreras.
La investigadora advirtió que el hallazgo más grave de este trabajo es “el desplazamiento de la contaminación por metales hacia el norte, a Cachagua, porque las masas de agua van en esa dirección. Lo más probable es que estemos frente a una expansión que ahora debemos evidenciar a través de un monitoreo más acotado, analizar la presencia y descargas por parte de empresas u otras fuentes, para tener el panorama completo”.
Frente a este problema, la especialista pidió “con urgencia” generar una normativa específica que regule las emisiones contaminantes de la industria al mar, para así evitar nuevos episodios de intoxicación en la zona.