El impacto de la constante sensación de inseguridad en la salud mental
A pesar de la importante disminución de los delitos violentos, el temor constante a ser víctima y la desconfianza hacia las instituciones mantiene en la cuerda floja la salud mental de los chilenos.
La inseguridad y temor que provoca el ser víctimas de situaciones como las ocurridas en Peñalolén, donde una mujer de 53 años murió tras ser atacada por delincuentes que querían robar su vehículo, y los hechos de violencia que se han generado a raíz del estallido social, podrían provocar daños permanentes a la salud mental de los chilenos.
La dramática situación se ve reflejada en las cifras obtenidas por la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC), la que expuso que el 82% de las personas cree que la delincuencia aumentó en el país durante 2019. Un aumento importante, considerando que el año anterior se llegó a un 76%.
En concreto, 692.177 personas comenzaron a creer que la delincuencia aumentó en el país respecto del año 2018. Incluso, el 37% de los encuestados indicó como una posibilidad no lejana, el ser víctima de un delito durante el 2020.
Sin embargo, y según información de Carabineros, las cifras relacionadas a los delitos violentos y de alta connotación social han experimentado importantes bajas durante los últimos meses.
Según los datos de la institución uniformada, en 2019 se registraron 150.152 delitos tales como robos con intimidación, robos con violencia, violaciones, homicidios, portonazos, encerronas y lesiones. Mientras que en lo que va del año 2020, lejos de aumentar, han disminuido la comisión de dichos ilícitos, llegando a los 120.000. Es decir, un 20% menos.
Asimismo, en el registro general de delitos violentos y no violentos también se registró una disminución en las cifras, pasando de 425.211 en 2019 a 297.514 en lo que va del 2020, lo que corresponde a un 30% menos de ilícitos cometidos a nivel nacional.
¿Por qué sentimos inseguridad si han bajado los delitos?
Para Emanuel Rechter, psicólogo y director de la carrera de Psicología de la Universidad Andrés Bello, hay dos situaciones que estarían provocando la creciente percepción de inseguridad en los chilenos, las que tendrían relación con los medios de comunicación y las instituciones encargadas de la seguridad ciudadana.
El experto sostiene que existe una “realidad paralela” a las cifras que tiene que ver con la cobertura que le da la prensa a ciertos delitos de mayor connotación social.
“Todos los medios lo hacen. Además vivimos en una sociedad donde los medios de comunicación están omnipresentes, porque no solo se trata de la prensa en un sentido tradicional, sino que también se trata de las redes sociales y el acceso que la gente tiene a la información a través de distintos dispositivos”, explica Rechter.
En ese contexto, el psicólogo agrega que “esa realidad que presentan los medios desmiente o da una idea muy distinta de lo que entregan las cifras. O sea, a través de los medios la gente tiene la sensación, bastante real desde el punto de vista de la información que circula, que la violencia está desatada; que la violencia es cotidiana, transversal y el foco de la noticia”.
Según lo expuesto por la ENUSC, al consultar a las personas cuáles son las fuentes de información respecto de la percepción de la evolución de la delincuencia en el país, un 41,1% afirmó que las noticias en televisión siguen siendo mucho más importantes que la información de otras personas (16,4%) como amigos, vecinos o conocidos, o que la experiencia personal (13,3%).
Ante estos antecedentes, el experto señala que es muy difícil que las personas moderen su opinión a partir de las cifras, “más bien se queda con lo que ve en los medios (…) a mí me parece que en ese sentido es importante hacer una reflexión crítica respecto al mensaje que los medios están entregando, y el efecto de alarma y de angustia que están generando en la población”.
Principios de certidumbre
En relación a los daños que esto podría provocar en la percepción de inseguridad en la salud mental, el director de la carrera de Psicología de la UNAB indica que como ser humanos necesitamos “principios de certidumbre” para poder mantener la calma y desarrollar nuestras vida de forma relativamente tranquila.
Estos principios estarían ligados al ambiente en el que estamos inmersos, por lo que para mantenernos estables es necesario que dicho ambiente nos ofrezca aunque sea un mínimo de seguridad.
“Uno cuando sale a la calle espera contar con la seguridad para poder desplazarse (…) y considerando la situación en la que está el país y el modo en que los medios la tratan, está en tela de juicio el ambiente como un lugar seguro”, sostiene.
Rechter aclara que depende de cada persona, pero que en general puede desencadenar ciertos niveles de intranquilidad, que podrían dar lugar a trastornos patológicos de ansiedad y angustia.
El psicólogo señala que otro factor que incide en nuestra salud mental respecto a esta sensación de inseguridad, y que era una de las certidumbre con la que “solíamos contar”, es que existen instituciones estatales cuyo deber es resguardar a la población, pero actualmente las entidades que están a cargo del orden público y seguridad, principalmente Carabineros, también están en tela de juicio.
Esta situación también se ve reflejada en las cifras. De acuerdo al estudio ICREO, que mide la confianza en las organizaciones, la institución uniformada tuvo una caída casi al vacío, ya que en 2016 era la tercera institución que inspiraba más confianza, pero este año se sitúa en el puesto 159.
Lo que se repitió con la Policía de Investigaciones (PDI), que descendió de la posición 25 a la 112, la Armada (de 47 a 188), el Ejército (de 36 a 195), y la Fuerza Aérea (de 41 a 179).
“En conclusión, tenemos por un lado la exacerbación de la inseguridad social, que es consecuencia del tratamiento que hacen los medios, en conjunto con una deslegitimación de las instituciones que garantizan la seguridad”, cerró Rechter.