El escenario judicial de Martín Pradenas tras nueva denuncia de abuso sexual
El hombre de 28 años arriesga penas que podrían llegar a los 15 años de presidio, considerando la reiteración de los delitos y la afectación de las víctimas.
Noventa días más deberá pasar en prisión preventiva Martín Pradenas, luego de que se sumara una nueva denuncia de abuso sexual en su contra, la que podría volver aún más complejo el escenario judicial en el que se encuentra.
El joven de 28 años está siendo indagado como autor de la violación que motivó el suicidio de Antonia Barra en octubre de 2019, cuyo caso dio lugar a que se conociera la existencia de ahora cinco mujeres jóvenes que aseguran ser víctimas de abusos sexuales por parte de Pradenas.
Este nuevo caso está siendo investigado desde julio pasado, ya que la denuncia se estampó días antes de la primera formalización de Pradenas. Tras los primeros peritajes, se logró establecer la veracidad del relato dela joven, que al momento de sufrir el ataque sexual tenía 16 años y el acusado, 20.
El Ministerio Público aseguró que los antecedentes coinciden y refuerzan la hipótesis que indica que el hombre escogía a sus víctimas considerando su estado de vulnerabilidad, con el fin de aprovecharse de eso y cometer los ilícitos.
En todos los casos que se le imputan las víctimas tienen como factor común alguna característica que las volvía más indefensas, ya sea por el consumo de alcohol o por estar en una etapa adolescente, en la que no supieron cómo reaccionar ante la traumática situación.
El fiscal a cargo de la investigación, Miguel Rojas, explicó que en este caso existía una incapacidad para oponerse de la víctima y el uso de la fuerza por parte de Pradenas, quien la llevó a un lugar apartado de una vivienda en la que se celebraba un cumpleaños, la besó en contra de su voluntad; le tomó con fuerza la polera y sostén para bajárselos y tocar sus senos.
En la audiencia, el persecutor reveló parte de las declaraciones de la joven afectada emitidas el 27 de julio ante la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI, en las que relata el inesperado ataque sexual y los daños psicológicos derivados de éste.
“Él se abalanzó sobre mí, comenzó a darme besos a la fuerza en el cuello; me bajó la polera y el sostén; me apretó el pecho izquierdo y pasó su lengua sobre ella (…) Nunca pensé que iba a hacer eso, razón por la cual quedé en estado de shock y a lo único que atiné fue a tirarme al piso, quedando en cuclillas para así poder cubrir mi seno que estaba completamente al descubierto. Martín solo me miró y se marchó”, contó la joven identificada como T.V.B.R.
“El episodio con Martín en un inicio me afectó mucho, ya que además de haber sido la primera vez que alguien había tocado mis partes íntimas, fue también la primera vez que alguien me toca sin mi consentimiento. Cuando sucedió esto yo era muy chica sentía -en ese momento y hasta ahora- distintas emociones como vergüenza o rabia. Pienso una y otra vez qué pude haber hecho para haber evitado esta situación, pero no sabía cómo reaccionar”, agrega.
El persecutor argumentó que la joven actualmente evita utilizar prendas ajustadas o que dejen más al descubierto su cuerpo, recalcando que en su testimonio aseguró que “no me gusta que la gente me vea, específicamente hombres. Trato de no maquillarme, para no llamar la atención”.
Reiterados delitos contenidos en una pena
Este tipo de sensaciones y consecuencias psicológicas se repite en las denunciantes, y lamentablemente se vuelve aún más grave en el caso de Antonia, quien sucumbió ante el trauma de la violación y decidió quitarse la vida.
Pese al grado de afectación que sufre la víctima, la ley no considera dichas situaciones como agravantes, aunque sí pueden ser tomadas en cuenta por el tribunal, pero no necesariamente son consideradas como un motivo para aumentar la condena.
El abogado Roberto Celedón, que representa a la familia de Antonia Barra, explicó a EL DÍNAMO que en la figura penal está el agravante del uso de la fuerza, la intimidación y la vulnerabilidad e incapacidad de defensa por parte de las afectadas, sin embargo -por ahora- queda a libertad del magistrado tomar en cuenta estas afectaciones.
En concreto, el defensor sostiene que los jueces al momento de decidir la sentencia tienen una “banda” de posibilidades, dependiendo del tipo de delito y las sentencias atribuibles a ellos. En el caso de Pradenas, Celedón indica que arriesga una pena de presidio mayor en su grado máximo, es decir, de 10 años y un día hasta 15 años de cárcel.
“Hay una banda en que el magistrado puede recorrer. Entonces en esta parte debiese considerar el mal causado, ya que tiene esas facultades en la actual legislación, pero no existe el concepto específico de suicidio”, argumenta Celedón.
No obstante, el abogado indica que el escenario judicial de Martín Pradenas sigue siendo complejo, debido a que se le acusa de delitos reiterados y de “una misma especie” se agrupan las causas y se le emite una condena tomando en cuenta todos los casos, no una por una las denuncias.
“En este tipo de casos, la ley aplica la sanción mayor aumentada en uno o dos grados. Acá el delito que tiene mayor penalidad es la violación propiamente tal, no el abuso. Entonces se le aplicaría una sola pena, no una suma de condenas”, complementa Celedón.
La familia de Antonia Barra, junto a un grupo de parlamentarios, ha impulsado un proyecto de ley que busca que se incluyan las mencionadas consecuencias en la legislación.
El Juzgado de Garantía de Temuco determinó que desde el 21 de noviembre comenzarán a regir los próximos tres meses que Martín Pradenas deberá mantenerse en prisión preventiva para ser indagado por esta nueva denuncia.