Reforestación de los alrededores del Lago Lleu Lleu: la iniciativa que congrega a comunidades mapuche de Tirúa
Para desarrollar este proyecto, se conformaron 19 viveros comunitarios, donde ya se están produciendo las especies nativas que luego serán plantadas en la zona, con miras a cubrir aproximadamente 340 hectáreas.
En torno al Lago Lleu Lleu, -cuyas aguas son consideradas entre las más limpias de Sudamérica, según la Dirección General de Aguas (DGA)-, se está llevando a cabo una ambiciosa iniciativa de reforestación, en la cual se encuentran trabajando miembros de las comunidades mapuche de la zona.
El desafío, que apunta a restaurar cerca de 340 hectáreas de la comuna de Tirúa, en la Provincia de Arauco, Región del Biobío, partió con la creación de 19 viveros comunitarios, en donde ya se están produciendo las especies nativas que posteriormente repoblarán los alrededores del lago.
La iniciativa se enmarca en un proyecto de valor compartido de CMPC, el que además contempla acciones asociadas a otras áreas, tales como educación, infraestructura y turismo.
“Con estas 14 comunidades del sector de Lleu Lleu, en la comuna de Tirúa, tenemos el compromiso de generar restauración y hacer programas que signifiquen desarrollo para la comunidad. Entonces, ese proyecto de valor compartido lo que se busca es generar oportunidades a partir de la incorporación de las comunidades mapuche a la cadena de valor forestal”, explicó Augusto Robert, gerente de Asuntos Corporativos zona sur de CMPC, a EL DÍNAMO.
Círculo virtuoso
Para hacer realidad el proyecto de reforestación, se levantaron estos 19 viveros que son gestionados por empresas conformadas por miembros de dichas comunidades mapuche, quienes a su vez contrataron a trabajadores que también pertenecen a éstas, gracias a los aportes que les entrega CMPC.
De esta manera, no sólo se contribuirá a la restauración de la zona cercana al Lleu Lleu con la producción y plantación de especies como raulí, roble, quillay, arrayán y coihue, sino también a la empleabilidad local.
De hecho, en estos viveros, que comenzaron a operar a mediados de 2019 y que han mantenido su producción pese a la pandemia, trabajan actualmente de forma directa un total 150 personas, de las cuales un 95% son mujeres, muchas de ellas jefas de hogar. Además, se generan otros 35 empleos a partir de servicios indirectos, relacionados -por ejemplo- a alimentación y transporte, a los que posteriormente se sumarán quienes irán a plantar estas especies nativas, que serán cerca de 50 personas.
Por otro lado, y con el fin de entregarle a los trabajadores de estos viveros las herramientas necesarias para abordar este desafío, en conjunto con la Corporación Industrial para el Desarrollo Regional del Biobío (CIDERE) y la Universidad del Desarrollo (UDD), se construyeron planes de negocios en torno a la producción y comercialización, considerando que la idea también es contribuir con la realización de proyectos de otra índole, más allá de la reforestación.
De esta manera, la apuesta es poder “diversificar y optimizar la producción con nuevas especies que sean más funcionales a otro tipo de proyectos, como los agrícolas”, detalló Augusto Robert.
Pero no sólo eso, pues tras la implementación de los viveros y la construcción de 20 pozos profundos para el riego de las especies que se producen en aquellos, también surgió la opción de apoyar a la comunidad, en un futuro, con agua destinada a diversos usos.
“A partir de esos pozos, podríamos delinear algunas soluciones no únicamente para el riego de los viveros, sino para el riego de otro tipo de cultivos, como pueden ser las hortalizas, que en el contexto de la pandemia están escasas y tienen un precio más elevado, y así contribuir a generar cierta autonomía en la producción alimentaria de las comunidades. Y esos mismos pozos podrían, a su vez, ayudar a solucionar la falta de agua para consumo humano en las comunidades rurales”, afirmó el gerente de Asuntos Corporativos zona sur de CMPC.