Javier García Choque, alcalde de Colchane: “Esto no es migración, es literalmente una invasión”
Eso sostiene el menudo edil de esta comuna con paso fronterizo incluida, que ha estado en el epicentro del fenómeno migratorio desde 2020. Dice que votará por Kast, igual que casi todos sus vecinos, aimaras, en su mayoría, agotados con el flujo de venezolanos que no para. Sentado a la cabecera de la enorme mesa de su también enorme oficina municipal, no teme decir lo que piensa aunque suene políticamente muy incorrecto.
Estamos a 3.600 metros de altura, tras bajar de los 4.200 que alcanza en su cota más alta el camino internacional que conduce a Bolivia, en el corazón de Colchane, el otrora apacible pueblo de 300 habitantes permanentes que se ha visto desbordado por el masivo fenómeno migratorio desde 2020 y que ha alcanzado momentos críticos este año. Como cuando llegaron mil extranjeros, fundamentalmente venezolanos, en un solo día.
Sin quitarse el sombrero de paja blanca encintado con los colores de la bandera de los pueblos originarios y con su nombre bordado, el abogado Javier García Choque, alcalde de Colchane desde 2016, comuna limítrofe con Bolivia que alberga a poco más de 1.500 almas, responde plácido pero rotundo. Orgulloso de su abuelo José García Amaro, que fue juez de menor cuantía, en una época donde se designaba al vecino más preparado para el cargo, aunque no fuera letrado, y de su padre Javier García, juez de distrito en Isluga y concejal decé en 1992. “Por el lado materno, soy Choque Mamani, apellidos típicamente aimaras, muy comunes en Tarapacá. Mis abuelos eran agricultores y tenían sus animales y se dedicaban al intercambio de productos altiplánicos. Nuestra cultura se ha visto modificada en algunos aspectos, pero mantiene las mismas costumbres”.
La historia oficial dice que nació en 1975, que tendría 46 años y cumpliría años en julio, pero es una fecha y una edad estimativa. Probablemente sea menor, porque en esos años en que nació, las familias debían bajar a Iquique para inscribir a los niños en el Registro Civil. Nadie lo hacía de inmediato; entonces no había carretera y el recorrido tomaba unas ocho horas. “En esos años, caía mucho más nieve que ahora, el invierno era inclemente y el camino se cortaba. Además había que tener dos testigos para dar cuenta del nacimiento. Lo más probable es que su mamá haya dado una fecha aproximada y le haya agregado un par de años al alumbramiento”, nos comentan en la alcaldía en son de infidencia.
Hoy, subir a Colchane desde Iquique tarda unas 3 horas –son 235 kilómetros–, con algunas paradas para aclimatarse a la altura y no ser víctima de la famosa puna. El alcalde, que es el quinto de seis hermanos, bajó a estudiar en Iquique y Arica, y terminó la carrera de Derecho en la Academia de Humanismo Cristiano, de donde egresó como alumno destacado. Alentado por Lily Pérez, entró a la actividad política. Postuló a alcalde de Colchane como independiente con el apoyo del Partido Regionalista y perdió. Eso fue en 2012. Luego se presentó por Amplitud, que hoy no existe, y resultó electo con 816 votos, un 39,17%. Y, debido al desborde migratorio de ese paso fronterizo, se ha hecho conocido a nivel nacional como rostro de una noticia recurrente desde 2020 y con cada vez mayor impacto. Dice:
-Siempre he tenido una mirada muy holística de lo que significa el fenómeno migratorio, pero jamás imaginé que esto se extendiera tanto en el tiempo, con tres olas migratorias venezolanas absolutamente diferenciadas, donde yo distingo una primera, formada por profesionales y técnicos muy capacitados; una segunda, de personas sin formación académica pero que llegaban decididos a contribuir con Chile; y una tercera, la actual, caracterizada por mucha gente con comportamientos antisociales, que han ingresado a las casas ajenas, haciendo exigencias, vociferando y asustando a nuestra comunidad. En la cultura aimara no se usan los cierres perimetrales ni las llaves ni los candados, las casas quedan cerradas a lo más con un alambrito, y estas personas las han visto así y se han colado en ellas, llevándose lo que han encontrado. El 98 por ciento de las casas del pueblo ha sufrido algún robo este año. Esto ha causado mucho temor y distanciamiento en la población local, que en un comienzo fue acogedora y solidaria con los migrantes. Hoy eso ha cambiado y no es por una actitud xenófoba, sino por las experiencias traumáticas vividas por la población.
¿No comprenden ni empatizan con las víctimas de una verdadera tragedia humanitaria, como es la que vive el pueblo venezolano?
-Sí, todos vemos que llegan niños, mujeres embarazadas, con bebes, adultos mayores, enfermos crónicos, incluso familias con sus mascotas. Son personas que vienen con afecciones psicológicas, que han padecido abusos, aprovechamiento y que están en una situación de profunda vulnerabilidad, pero ahora el fenómeno está marcado por la llegada de grupos muy violentos, que han alterado nuestra comunidad en todo orden de cosas. Hasta 2019, la comuna de Colchane tenía 1.728 habitantes y en el último Censo el número bajó a 1.588. Hay una disminución de la población. La gente que vivía aquí tranquila se está yendo, sobre todo las personas mayores. En el pueblo de Colchane vivían 300; pienso que hoy eso número ha bajado a la mitad.
El alcalde sostiene que el actual fenómeno migratorio se caracteriza porque es de tránsito, a diferencia de lo que pasaba históricamente con pastores y campesinos bolivianos, que muchas veces se radicaban acá. “Esa migración siempre ha sido común. Es más: nosotros tenemos 40 chicos de Pisiga, el pueblo fronterizo Boliviano, que estudian en el Liceo de Colchane. Pero la actual ola de migrantes es muchísimo más compleja y requiere un trabajo estatal a la altura, no medidas aisladas, superficiales, improvisadas. Se debe involucrar a todas las instituciones que tienen competencia en el tema y hacer un trabajo serio y coordinado. Para eso debe haber voluntad política. Querer realmente solucionar esta situación.
¿El gobierno de Sebastián Piñera no ha tenido esa voluntad?
-Yo creo que este gobierno ha faltado a la verdad. Que ha entregado información adversa a la solución del tema; asegurando que el fenómeno está controlado, que con la militarización de la frontera se logra frenar el flujo irregular, que se están tomando medidas de asistencia humanitaria que harán disminuir los ingresos, cuando la realidad es que siguen llegando masivamente los migrantes sin control. No hay acciones eficientes para impedir o controlar la migración, que es lo que se necesita.
¿Impedir el acceso de personas desesperadas que han caminado durante meses, atravesando el continente es lo que se necesita?
-Lograr un método de verificación de antecedentes de quienes ingresan al país y establecer un mecanismo eficiente para impedir el ingreso ilegal por pasos no habilitados.
Dada la vastedad de este territorio, la altura, las características del territorio, ¿cree que sea posible vigilar la totalidad de la frontera e impedir el paso ilegal?
-Se ha hecho. En un momento dado, el Ejército chileno no dejó entrar a 600 personas que pretendían hacerlo, luego llegó una orden superior y pasaron, porque contener el fenómeno no es el espíritu. Pero nosotros los que vivimos en la frontera, no podemos permitir el acceso irregular de personas que no sabemos quiénes son y somos quienes pagamos las consecuencias. Hay que poner todas las barreras posibles para que los que entren lo hagan legal y responsablemente. Al resto, hay que deportarlos.
¿Qué es la Calapurca?
Todo Chile sabe que en Colchane, igual que en Alto Hospicio, y en la ciudad de Antofagasta, el triunfador indiscutible en la primera vuelta presidencial, fue el candidato ausente, el deudor de alimentos, Franco Parisi. Y que en el plebiscito constitucional la opción Rechazo alcanzó un 74%, porcentaje mayor al obtenido en Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. Entre Kast y Boric, nadie duda que el primero arrasará en la comuna y el alcalde nuevamente no oculta su preferencia por el candidato de la derecha. Así lo explica:
-José Antonio Kast se dio el tiempo de venir para acá y ver en terreno lo que está pasando en Colchane, que es un problema país, un problema de Estado. No se puede hablar de un tema, sin conocer el territorio y él ha estado aquí tres veces. Sólo conociendo la realidad es posible construir propuestas acertadas y adecuadas que consideren a las comunidades locales. Además, los principios que el candidato Kast propicia, que son el resguardo de la libertad económica y de la propiedad privada, son aquellos en los que se basa la prosperidad de Colchane, que ha permitido a los aimara salir de la extrema pobreza. Ya dije que el 98 por ciento de las casas del pueblo han sido ocupadas, asaltadas por migrantes, y eso produce miedo y razonable molestia. Los gobiernos de derecha son los que mayor votación consiguen en Colchane, porque resguardan la propiedad privada.
Pero acá en Colchane Parisi le ganó a Kast, que es populista, no derechista. ¿Qué piensas de él?
-Principalmente, lo que gustó de él fue su perfil de economista y que sus propuestas le cayeron bien a las jóvenes, que acá en Colchane creen en el emprendimiento personal. Muchos tienen iniciativas ligadas a la industria minera, el transporte y el comercio. Y está el desencanto con los partidos. Acá en la segunda vuelta ganará Kast, sin duda. A nivel nacional, la cosa está muy incierta. No sé qué vaya a pasar, pero sé que si resulta electo Boric será malo para Colchane. Mermar la propiedad privada nos afectaría mucho y que el presidente esté vinculado al Partido Comunista genera gran temor e incertidumbre. Los adultos mayores tienen muy malos recuerdos de la atroz experiencia de la Unidad Popular, en que vieron en peligro las producciones de quinoa.
¿Por qué crees que Kast tendría una mejor solución a la crisis migratoria? ¿Y cuál sería tu solución al tema?
-Kast impediría el acceso sin control. Creo que todos los países del continente tienen el deber moral de asistir y apoyar a los migrantes venezolanos, pero en una medida convenida entre todos y dentro de las posibilidades de cada nación. No se puede dejar de favorecer a los chilenos que viven en vulnerabilidad, sin acceso a vivienda, empleo, salud y oportunidades; esa debe ser la prioridad.
¿Cómo evalúas el rol que recientemente están tomando organizaciones humanitarias, como Unicef, Acnur, Hogar de Cristo, en particular con los niños que llegan?
-Quienes han aportado de manera constante en esta emergencia han sido la Municipalidad, los Carabineros, el Ejército y los propios pobladores de la región, sin perjuicio de que los organismos que prestan apoyo humanitario han venido en el último tiempo. Igualmente, todo resulta insuficiente por la cantidad y por lo prolongado del flujo, que no para. Ha habido más comunicación de la ayuda humanitaria más que real ayuda humanitaria, porque todo lo que se hace proporcionalmente es nada frente a la cantidad de gente que está llegando y cada vez en peores condiciones. Es fácil hablar de ayuda humanitaria desde Santiago sin conocer las dimensiones del fenómeno.
Agrega un dato insólito: “En Colchane ya no sabemos qué hacer con los perros. La cultura aimara tiene especial cuidado por los animales, por eso acá no existen los perros callejeros. El que ve uno vagando, se lo lleva para su casa, lo adopta. Es más; teníamos censadas 650 mascotas, con chip de localización incluido, pero ahora está lleno de animales –gatos y perros– que los migrantes han abandonado en la frontera. Y son un riesgo, porque en esa condición se vuelven salvajes”.
Y continúa con la lista de males que ha traído el fenómeno migratorio: “Hemos visto aumentar nuestro presupuesto de salud. Este año hemos gastado mucho más de lo presupuestado. Hemos requerido más médicos, más auxiliares de enfermería, porque se debe atender las personas que llegan en muy malas condiciones. A algunas hay que trasladarlas de urgencia a Iquique, y ese es otro costo. Todo eso genera un tremendo estrés. El turismo ha desaparecido de Colchane, que tiene maravillas naturales: lagunas, salar, termas, géiseres, construcciones precolombinas, bosques de cactus. En 2019 llegaron 520 visitantes extranjeros, la mitad de ellos europeos. Yo creo que el turismo es un eje de desarrollo clave, pero ahora cómo lo hacemos”.
Padre de tres hijos, casado con una profesora que trabaja en Iquique, el alcalde se multiplica. Aunque recién lograron contar con energía eléctrica las 24 horas y sólo una compañía de telecomunicaciones permite el uso de datos web, es un hombre conectado. Pendiente de su teléfono móvil. Hoy, la muerte de una mujer migrante, al parecer por hipotermia al cruzar a pie por la zona de los bofedales próxima al Complejo Fronterizo, lo ha tenido respondiendo a radios y canales de televisión. Nos despedimos a la rápida porque debe salir al aire por radio Agricultura. Habla sereno y largo, cruzando de lado a lado la plaza del poblado para agarrar mejor señal. Le decimos chao con la mano. Quedará para una próxima oportunidad probar su plato favorito: la calapurca o qala phurk’a en aimara, que quiere decir “guiso preparado con piedras ardientes”, una preparación de origen precolombino, típica del área cultural andina. Es una suerte de cazuela que hoy se cocina en olla y lleva “carne de llamo, papa, maíz pelado, aunque hoy hasta le ponen carne pollo”, nos explicó el edil antes de seguir hablando en vivo de su tema inevitable: la migración.