Los beneficios y repercusiones de una industria del juego regulada en Chile
La realidad es que Chile cuenta con un enorme potencial en este mercado. De acuerdo con el sitio Casino Alto, hay más de 900 páginas web y plataformas que permiten desarrollar apuestas en línea en el país, con sedes en el extranjero y con un mercado de aproximadamente 150 millones de dólares.
Chile está cada vez más cerca de un paso histórico en lo que al mundo del juego se refiere. El pasado 7 de marzo, el gobierno presentó su proyecto de ley para regularizar a la industria de apuestas deportivas y casino online, con lo que se busca ofrecer más y mejores garantías tanto para los proveedores de servicios como a los propios usuarios, que son el motor de dicho sector.
Todo esto se viene a raíz de importantes movimientos que se han dado, como el debut de sitios web de esta índole en los clubes de fútbol: por ejemplo, la Universidad de Chile firmó con la casa de apuestas Betano para convertirla en su principal sponsor en un período de vigencia por tres años; Colo Colo y la empresa Betsson también unieron fuerzas, mientras que la marca Betway ahora aparece en poleras de clubes como Everton de Viña del Mar, La Calera, Coquimbo Unidos, Ñublense y Audax Italiano.
Y la realidad es que Chile cuenta con un enorme potencial en este mercado. De acuerdo con el sitio Casino Alto, hay más de 900 páginas web y plataformas que permiten desarrollar apuestas en línea en el país, con sedes en el extranjero y con un mercado de aproximadamente 150 millones de dólares.
Son miles de personas las que están interesadas en buscar entretenimiento en internet y los casinos en línea y las casas de apuestas están ganándose la confianza de estos usuarios, al ofrecer entretenimiento a través de juegos populares (desde los juegos de cartas como póker, blackjack y baccarat, además de otros igualmente conocidos como las ruletas y las máquinas tragamonedas), así como las apuestas en deportes de alta audiencia como fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, por mencionar algunos ejemplos.
De autorizarse el proyecto de ley, la industria de casas de apuestas que operan en el país será más grande de lo que ya es, ya que esto permitirá que más marcas incursionen en el mercado, todas ellas bajo el margen de la regularidad, además de brindarle todas las garantías necesarias a los usuarios de que se trabaja con altos estándares de seguridad.
El panorama actual
La situación del juego en Chile es un poco compleja. En estos momentos, la normativa señala que cualquier apuesta física es ilegal, a menos que el Estado la autorice a través del organismo correspondiente. Las autoridades locales solo han dado luz verde a la Polla Chilena de Beneficencia, a la Lotería de Concepción, a los hipódromos y a los 21 casinos en funcionamiento en el país.
Por supuesto, en lo que al plano digital se refiere, la situación es distinta: existen las plataformas internacionales que operan en el país a través de licencias expedidas en otros países, siendo las de la Autoridad del Juego de Malta, la de Curazao y la de Reino Unido las más comunes. Es a través de estos permisos que aseguran que su servicio es completamente legal y no hay nada de qué preocuparse a la hora de comenzar a jugar.
La idea del Estado es ampliar el listado y que su proyecto regule la iniciativa en todo el país, todo para que crezca la oferta. Por supuesto que el proceso tomará tiempo, incluso se tenían anunciadas las intenciones desde el año pasado, pero será este 2022 cuando se vea más claridad sobre el asunto.
Alejandro Weber, quien fungía como subsecretario de Hacienda hasta el pasado 11 de marzo, dijo que espera que el proyecto ayude a definir todo el reglamento para una industria que ha pedido ser regularizada desde hace tiempo. “De esta manera, protegeremos a los usuarios y reglamentaremos a los operadores, que ahora deberán pagar un impuesto específico, que permitirá recaudar al fisco unos US$ 55 millones anuales”, fueron las palabras del directivo.
“En Chile, las apuestas en línea están totalmente prohibidas y fuera del marco regulatorio, y son una competencia ilegal y desleal”, aseguró Mariana Soto, quien funge como presidenta de la Asociación Chilena de Casinos de Juego. Es muy necesario el conseguir un progreso, porque esto también implicará un aporte tributario que sirva para el gobierno y sea utilizado en el presupuesto público. Por ejemplo, en 2021, la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) reportó que los casinos físicos autorizados aportaron 111.4 millones de dólares. En estos momentos, las salas en línea están en margen, pero se busca que esto cambie pronto con el proyecto de ley.
Tal y como lo explicamos anteriormente, las plataformas en línea tienen contratos con 11 de 16 equipos de la Primera División de Chile y esto ayudó a sus números. Por ejemplo: Betsson pasó de 8.5 millones de dólares de ventas en la región durante el primer trimestre de 2020 a poco más de 27 millones de dólares en el último trimestre de 2021.
La iniciativa que presentará el Gobierno de Chile tiene el objetivo de subsanar todas las aprensiones antes descritas, lo que le dará vía a diversas sociedades a conseguir alguna de las dos opciones: una licencia general de una duración de cinco años, que será completamente renovable, o si así lo prefieren, una licencia temporal por seis meses, no renovable.
Las dos licencias permitirán explotar la modalidad online tanto en apuestas deportivas como en juegos de azar, salvo aquellas que son loterías ni aquellas que contengan o transmitan gráficos, mensajes o sonidos “que atenten contra el orden público, la seguridad nacional, la honra de las personas, ni que sean dirigidos hacia un público menor de edad”.
De hecho, una de las prioridades siempre ha sido alejar al público no mayor de edad de este tipo de actividades, por lo que el que tenga una cuenta de usuario, en la que siempre se exigirá comprobar la mayoría de edad y proporcionar el Rol Único Tributario para poder registrar una cuenta activa y poder divertirse en estas plataformas.
En lo que a temas de tributación se refiere, toda fiscalización va a estar bajo el cargo de la SCJ, que pasará a llamarse Superintendencia de Casinos, Apuestas y Juegos de Azar. Todas las empresas que operen juegos en línea deberán de pagar un impuesto específico, que será sustitutivo del IVA y con un valor del 20 por ciento de los ingresos brutos; también un pago de licencia de 1,000 Unidades tributarias mensuales (UTM) al año para los de la licencia con vigencia de cinco años, mientras que el pago establecido por la licencia temporal quedó determinado en 100 UTM.
En el caso de las plataformas con intenciones de desarrollar apuestas deportivas, deberán entregar un 2 por ciento de sus ingresos brutos anuales a la Federación Nacional del deporte objeto de la apuesta; asimismo, las sociedades operadoras tendrán que gastar al menos un 1 por ciento de sus ingresos brutos anuales en acciones destinadas a la promoción del desarrollo de juego responsable, una de las políticas con mayor importancia, al querer fomentar una cultura mediante la cual se prevenga ludopatía e invitar a todos a tener conciencia de que este tipo de actividades debe hacerse siempre conociendo límites de tiempo e inversión.
Por supuesto que los usuarios también se verán afectos a un impuesto: como parte de los acuerdos en el proyecto de ley, todos los clientes deberán dar el 15 por ciento de sus ingresos obtenidos mientras apuestan en casas de apuestas deportivas o en casinos online; dicho dinero será cobrado al momento de retirar ganancias desde su cuenta de usuario a su cuenta personal.
El proyecto ha sido presentado, y si bien todavía faltará tiempo para que se autorice, ya nos podemos dar una idea de todo lo que se vendrá una vez que sea aprobado. En países como México se cuenta con el permiso expedido por la Secretaría de Gobernación (SEGOB); en España trabajan bajo el rigor de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ); y recientemente Buenos Aires (Argentina) dio un paso importante cuando se autorizó la modalidad online a través de la Lotería de la Ciudad de Buenos Aires.
Todas estas entidades ayudan a que la actividad sea completamente legal y ayudan a su mismo desarrollo, por lo que Chile quiere seguir sus pasos y aprovechar al máximo todos los beneficios que se pueden conseguir al regularizar esta actividad y, en su defecto, tener un mayor ingreso tributario y brindar seguridad a los usuarios para divertirse en plataformas y aspirar a premios interesantes en el proceso.