Felipe Muñoz, alcalde de Estación Central: “Un sector importante de la comuna es una auténtica zona de sacrificio urbano”
Anticuchos de carne con chip de perro, peleas a palos entre manifestantes y ambulantes, robos de automóviles, son algunos de los muchos problemas del barrio-puerta de entrada a la capital a través de los rodoviarios y del terminal de trenes, todo literalmente ensombrecido por los mal llamados guetos verticales. ¿Cómo batalla la autoridad local con todo esto?
María Rozas Velásquez 65.
Esa es la dirección de un problema inminente para Felipe Muñoz Vallejos (40), el alcalde de Estación Central, quien asumió a fines de junio de 2021. Sociólogo de la Universidad Católica, dos veces concejal de la comuna, independiente en un cupo del Frente Amplio, nacido y criado en el barrio, describe parte de lo que vio en la visita a ese lugar del viejo Chuchunco santiaguino y la conversación que tuvo con miembros de su comité administrativo. Y la conclusión que nos queda es que se nos viene una suerte de futuro distópico, de nuevo tipo de explosión social puertas adentro.
-A mí no me gusta hablar de los guetos verticales, prefiero referirme a mega edificios, pero creo que María Rozas Velásquez 65 va camino de convertirse en un guetto si se extreman las condiciones socioeconómicas y de otro tipo que comenta el arquitecto Sebastián Gray. Se trata de un edificio de 38 pisos, con mil ochocientos departamentos en total, de dieciséis metros cuadrados muchos de ellos. Imagínense: espacios de cuatro por cuatro metros, diseñados para una o máximo dos personas, donde viven hasta ocho. El 70 por ciento de sus habitantes son arrendatarios, que permanecen en ellos un promedio de ocho meses, una muy rápida rotación, por lo que no tienen ningún arraigo con la comuna –explica el alcalde.
Lo hace en una conversación a cuatro bandas para comentar el estado actual de Estación Central, comuna de Santiago, creada en 1985 y que en los últimos años y sobre todo en los últimos meses aparece día por medio en los noticieros centrales por temas de inseguridad, comercio ambulante y problemas urbanísticos, cuyo ícono son los mal llamados guetos verticales.
Edificios monstruosos denunciados en su minuto por el actual gobernador de Santiago, Claudio Orrego, entonces –año 2017–, intendente de la Región Metropolitana, al que por su valentía de denunciar el lucro inmobiliario, hoy celebran el alcalde Muñoz, el arquitecto Sebastián Gray y el trabajador social, experto en personas en situación de calle, director de la mayor Hospedería de Santiago y vecino de Estación Central, Alex Valenzuela en esta conversación organizada por el Hogar de Cristo.
Comenta Felipe Muñoz:
-A estas alturas, hay varias tesis doctorales sobre cómo una comuna cambió tanto en un periodo tan corto de tiempo. El gran problema de Estación Central es que con la proliferación de edificios de gran altura, varios de ellos ilegales, llegaron a nuestra comuna cerca de 85 mil personas. Pasamos de ser una comuna de 110 mil habitantes a una de 215 mil. No están del todo claras las cifras, pero sin duda ha sido mucho más de la proyección censal, sin contar con la gran cantidad de personas que en los últimos años han llegado de manera irregular al país, la región y la comuna.
-¿En qué se traduce ese incremento tan masivo de habitantes?
-El gran problema es que no hay equipamiento para recibir a los vecinos nuevos y eso trae consecuencias para los que somos vecinos antiguos. Nos faltan cerca de 180 carabineros en la comuna. Estamos con una oferta de jardines infantiles de 2 mil 500 vacantes, cuando se requiere de 5 mil para satisfacer la demanda de educación inicial. En general, los consultorios están diseñados para 20 mil personas, pero estamos en Chile y acá se aguanta con 30 mil por consultorio. En nuestra comuna nos faltarían tres consultorios y medio, dada la población que tenemos, sin mencionar la necesidad de equipamiento comunal: camionetas disponibles, inspectores… Hoy existen sectores donde se salen las aguas servidas con fecas y corren como ríos por las calles, se pierde la señal de celular, no existen espacios para estacionarse, lo que ha aumentado los robos de vehículos. Esto último se debe a que los megaedificios tienen sólo un 20 por ciento de estacionamientos para la cantidad de personas que habitan en ellos, entonces la gente estaciona en la calle y proliferan los robos.
Niños en situación de calle
El alcalde Muñoz se crió en la comuna y hoy vive en ella con su mujer y sus dos hijos pequeños. Conoce las calles, los barrios, los vecinos y, por eso, le teme a la estigmatización y a la discriminación. “De ahí que no me guste hablar de guetos”, repite. Hace notar algo que ya señalaba el gran cronista de Chile, Joaquín Edwards Bello, a comienzos del siglo XX en su novela “El Roto”, ambientada en el sector que está detrás de la terminal de ferrocarriles, que Estación Central es un barrio de migrantes, de personas de paso, de pensiones y viajante, los que, sin duda, han cambiado mucho en las décadas recientes.
Leemos en “El Roto”: “La mole gris de la Estación Central, grande y férrea estructura, es el astro alrededor del cual ha crecido y se desarrolla esa rumorosa barriada”. Una rumorosa barriada de migrantes. Chilenos que venían desde el campo, desde la provincia, a fines de los años 40, cuando Alberto Hurtado recibió un terreno, una chacra en Chuchunco, para construir una casa para los pobres, el Hogar de Cristo, y que hoy acoge a venezolanos, peruanos, colombianos, haitianos.
-Nuestra comuna siempre ha sido acogedora e integradora con los migrantes. De las 85 mil personas nuevas, al menos la mitad son extranjeros. Estación Central tiene la colonia más grande de venezolanos de toda la región Metropolitana, la tercera colonia de haitianos, sólo superada por Quilicura y Santiago. Y una segunda, de peruanos, pero eso desde hace mucho tiempo. Hay mucho dominicano, mucho boliviano. En general, se trata de gente que llega, se integra, logra trabajar. Pero hay también un alto porcentaje que ha entrado de manera irregular y, lamentablemente, se tienen que dedicar a actividades que son informales. De ellos se nutre el comercio ambulante. Yo distingo el de los carritos y el manejado por las mafias. Hoy están dadas las condiciones para que personas que tienen la urgente necesidad de llevar el sustento a los suyos, sean presa fácil de estas bandas de mafiosos, que les pasan la mercadería, el toldo, les dicen dónde colocarse, les cobran igual cuando Carabineros les requisa la mercadería… Es lamentable. El fenómeno de los carritos, manejado por un pequeño emprendedor, también genera un gran problema en la vía pública, es visible cómo ensucian y lanzan el aceite a la calle –describe el alcalde y vecino, que tiene la gracia de ejemplificar sus afirmaciones con cosas simples y cotidianas.
Afirma sobre la vida en los megaedificios: “Yo me imagino en lo concreto y muy práctico cómo resulta vivir en un lugar donde basta que frías un huevo para que quede la ventana empañada de aceite. Me imagino cosas tan simples como tomarse una cerveza y ver una serie en la televisión cuando todo tu espacio son 16 metros cuadrados y lo compartes con otros siete seres humanos. En ese caso, la vida se hace afuera, consumiendo alcohol, escuchando música, lo que tiene una tremenda complejidad, porque genera problemas graves de convivencia. Yo te digo: hay una manzana, solo una manzana, en nuestra comuna, donde vive el cinco por ciento del total de la población de Estación Central. Nosotros nos atrevemos a decir que parte de nuestra comuna o un sector importante de ella se transformó en una auténtica zona de sacrificio urbano”.
-¿Y cómo se aborda y se recupera esa zona?
-El gobernador regional está súper al tanto del tema. Tiene plena conciencia de lo que pasa en nuestra comuna. Es más: fue él quien visibilizó el tema de los megaedificios. Y sé que las nuevas autoridades reconocen que el de Estación Central es un caso muy particular. Por estos días, todos los alcaldes del país están yéndoles a contar las particularidades de sus comunas, a llorarles, pero, de verdad, ninguna comuna está como Estación Central. Ninguna creció de manera tan explosiva, quizás Santiago en los años de Ravinet, no sé, quizás Sebastián Gray lo sepa. A esto suma el fenómeno migratorio.
Hablamos justo cuando cayó la esperada primera lluvia de la temporada sobre Santiago y se anuncian temperaturas bajo cero en la ciudad para los próximos días. En ese contexto, el alcalde comenta: “Nos aflige el tema de niños migrantes que están durmiendo en carpas con sus familias en las calles. Este es un fenómeno muy distinto al que veíamos antes. Son familias en calles que están allí con niños que están siendo vulnerados en sus derechos. Vemos niños defecando en la calle, lavándose en las calles. Es una cuestión espantosa”.
-Te vimos hablando sobre el tema en un reportaje en Tele13 –le decimos e interviene el trabajador social de Hogar de Cristo y vecino de Estación Central, Alex Valenzuela, diciendo: “Un arriendo que antes costaba 60 mil pesos en Estación Central, hoy supera los 150 mil pesos y un padre de familia migrante no puede solventarlo. Detrás de la Parroquia Santa Cruz hay un alero que alberga a familias migrantes en situación de calle. Hoy caminas por el callejón Amengual de la comuna y es un sector de personas en situación de calle, muchos extranjeros. En los años noventa, cuando vivimos una masiva migración peruana, se trataba de hombres, padres de familia que venían en busca de oportunidades y una vez que se instalaban, traían a sus familias. Ahora la familia llega junta y directo a vivir en la calle. Es muy duro”.
Felipe Muñoz coincide: “Es cierto. Nuestra comuna históricamente está marcada por la presencia del Hogar de Cristo, que acoge a la gente en calle, y por los terminales y la Estación. Nosotros tenemos un equipo, no sólo en esta administración, sino desde siempre, que cuenta con una larga experiencia y conocimiento de la realidad de las personas en situación de calle. Los lidera Gladys Muñoz, a quien reconozco aquí en esta entrevista. Hoy el fenómeno migratorio ha transformado esta realidad, tensionando a la institucionalidad y obligándonos a gastar mucho recurso municipal. Anteayer estuvimos hasta muy tarde conversando con la gente del Ministerio de Desarrollo Social porque no había disponibilidad de albergues en el peor día del año para acoger a las familias, sobre todo a los con niños que están viviendo en carpas. Buscamos una solución para la emergencia, pero esto requiere de un programa a nivel nacional porque se trata de una nueva realidad país. Es urgente elaborar una política pública a nivel nacional, donde municipios como el nuestro tenemos mucho que decir.
Los problemas de Jadue son de Jadue
Vecinos antiguos versus vecinos nuevos, chilenos versus migrantes, propietarios versus arrendatarios. La realidad de Estación Central con los problemas expuestos es un ejemplo de la tensión que ha generado la especulación y el lucro inmobiliario, la explosión migratoria y la falta de un plan regulador serio. Pero no todo está perdido, creen los contertulios, en especial al alcalde.
Hace 77 años, en el viejo Chuchunco, se inauguró la actual población Alessandri, que es todo un ejemplo de cohesión social y fue concebida por el activista social Alberto Hurtado. Él concibió un conjunto de 300 casas para obreros, que hoy lucen enfloradas, ampliadas y para el trabajador social y vecino de la comuna, Alex Valenzuela, siempre han sido “un espacio envidiable” para los habitantes de las poblaciones que la rodean. No es, sin embargo, el único lugar ejemplar en Estación Central. El alcalde nos conduce hasta él. Lo hace así: “Hay muchas cosas que tienen que pasar en nuestra comuna para restablecer una mejor forma de vivir, para recuperar la vida de barrio. Eso no es tarea de este alcalde; es tarea de todos. El tema de los microbasurales, yo lo planteo siempre. ¿Cómo generamos menos basura, cuidamos nuestro entorno, desarrollamos espacios comunes, nuevas plazas? Para ello se requiere de un alto compromiso de la comunidad. Yo siento que mis vecinas y mis vecinos entienden que, aunque estamos en un tiempo muy difícil, podemos sacar la tarea adelante trabajando en conjunto. El ejemplo de la cohesión social de la antigua villa Alessandri es semejante a uno mucho más nuevo: el barrio Maestranza, construido por el grupo de pobladores Ukamau”.
-¿Qué relación tienes con el movimiento Ukamau?
-En paralelo a la construcción de los megaedificios, estaba trabajando Ukamau, demostrando que a partir de la movilización ciudadana se puede hacer un conjunto habitacional, digno, con espacios amplios, bien pensados, con la participación de sus habitantes. Ambas construcciones, pasaron simultáneamente en la misma comuna. En un caso, el resultado fue una atrocidad, y, en el otro, un barrio ejemplar, colosal. Majestuoso, diría. Un lugar que contrasta absolutamente con los condominios con departamentos de 16 metros cuadrados, que son el anti lugar para la convivencia social, donde lo único que hay es lucro, maximalización de los recursos, desprecio por la condición humana, por el derecho a la intimidad personal y familiar. Respecto de la pregunta, tengo una muy buena relación con Ukamau, desde siempre. Admiro su capacidad de resiliencia y su lucha constante por lo que consideran justo. Actualmente, el estándar de vivienda social en nuestra comuna, muchas veces es mejor que el que se ofrece, por ejemplo, en los megaedificios. Y eso se lo debemos al esfuerzo constante de personas y agrupaciones como Ukamau.
Ukamau es un movimiento “social y popular”, así se define, cuya bandera de lucha es el derecho a la vivienda, que aspira a convertirse en partido político. Y que, aunque inicialmente en la última elección presidencial, apoyó al actual alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, luego le entregó su respaldo a Gabriel Boric.
-Políticamente, ¿dónde te sitúas?
-La izquierda está en un proceso de redefinición respecto de lo que ha sido tradicionalmente en nuestro país. Mi vida política la hice la mayor parte de los años en el Partido Socialista, del cual ya no formo parte; no me sentía cómodo con sus mecanismos de democracia interna. En la actualidad y como independiente, formo parte del Frente Amplio, espacio en el que estamos trabajando para recuperar la confianza de la ciudadanía y fortalecer la democracia. Más que ideologizar, lo que estamos tratando de hacer es trabajar muy fuertemente para resolver los problemas y temas que la ciudadanía nos mandata: seguridad, salud, educación, pensiones dignas. Desde la alcaldía de Estación Central lo que me toca es administrar y mejorar una realidad muy difícil, lo que implica, mucho trabajo y grandes desafíos.
-A propósito de Daniel Jadue, ¿qué opinas de sus dichos en Venezuela sobre el gobierno de Boric?
-Mira, tengo tantos problemas en Estación Central, que no estoy preocupado de los problemas de los alcaldes de otras comunas y menos de lo que dicen en otros países.