Ruinas de Huanchaca: la historia del vandalizado monumento histórico que recibió a la Convención
En sus inicios, la fábrica pertenecía a Bolivia y quedó en tierras chilenas tras la Guerra del Pacífico.
Previo a la presentación del borrador de la nueva Constitución por parte de la Convención Constitucional, un lamentable acto vandálico se produjo en las Ruinas de Huanchaca, en la ciudad de Antofagasta.
Desconocidos realizaron un rayado que decía “Convención culiá” en los vestigios de la antigua fundición de metales de Huanchaca, lugar que además es monumento histórico nacional.
Por ello, detectives de la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural de la Policía de Investigaciones se encuentran investigando el daño realizado para individualizar a él o los autores de este hecho, el que está penado por la legislación vigente.
En conversación con EL DÍNAMO, el doctor en Historia y académico de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica del Norte, José Antonio González, lamentó la vandalización del lugar. “Es un acto de barbarie, más aún cuando se sabe que es monumento nacional. Es reprobable tal daño, no solo en este monumento sino en toda señal arquitectónica que representa un patrimonio urbano”, aseguró.
Asimismo, el doctor en Arqueología y académico del Laboratorio de Arqueología y Paleoambiente de la Universidad de Tarapacá, Calogero M. Santoro, indicó a EL DÍNAMO “que todo vandalismo de espacios públicos es reprochable. Romper testimonios históricos como las de Huanchaca es un despropósito mayor, puesto que se atenta contra uno de los pocos espacios histórico-culturales con que cuenta la ciudad”.
“Puente de las penas”
Ubicada casi al extremo sur de la ciudad de Antofagasta, se encuentra una de las postales más emblemáticas de la comuna: las Ruinas de Huanchaca, cuyo nombre en quechua significa “Puente de las penas”.
En sus inicios, su nombre fue Establecimiento Industrial Playa Blanca y pertenecía a la compañía Huanchaca, originaria de Bolivia, quedando en tierras chilenas tras la Guerra del Pacífico.
Se trata de una construcción de piedra correspondiente a los vestigios de una fábrica dedicada a la fundición de plata, construida entre 1888 y 1892.
“Constituye un monumento nacional histórico, de rasgos industriales, que, en su momento, fue el complejo metalúrgico más grande de Chile y de América del Sur. Fue el área habitacional más relevante de Antofagasta hacia su sector meridional a fines del siglo XIX”, indicó el académico de la Universidad Católica del Norte, José Antonio González.
Por su parte, Santoro apuntó que la existencia de las Ruinas de Huachanca “es un hito del desarrollo minero-industrial del siglo XIX, es como tener un libro abierto que invita a reflexionar, disfrutar e imaginar cómo pudo haber sido la vida humana en esa época. Analizar qué pasó con ese proceso industrial que quedó interrumpido en el tiempo, ¿pasará lo mismo con los gloriosos procesos industriales de la región de Antofagasta que sostiene en gran parte nuestra economía?”.
Monumento Histórico Nacional
En 1974, las Ruinas de Huachanca fueron declaradas monumento histórico nacional debido a su importancia histórica y patrimonial.
La empresa de metalurgia logró emplear a más de 1.000 personas para su funcionamiento, en un tiempo donde la población de Antofagasta no superaba los 10 mil habitantes.
Junto a ello, recibió hasta 200 toneladas diarias de material y produjo 3,8 toneladas de plata al mes. Sin embargo, pese al desarrollo laboral que ejercía en la zona, no era rentable debido a la inestabilidad en el valor de la plata dentro del mercado mundial, así como también su proceso tecnológico quedó obsoleto. Finalmente, cesó sus operaciones en el año 1902.
“Yo nací y crecí en la ciudad de Antofagasta, por lo tanto, siempre tuve como referente físico y misterioso las escalonadas y macizas paredes de Huanchaca. Caminamos varias veces y me costaba imaginar las actividades humanas que allí pudieron haber ocurrido, los más sabios de la familia, comentaban sobre su función como fundición de mineral de plata, y mostraban en terreno las funciones específicas de algunas de las instalaciones, lo que no me convencía mucho”, recuerda Santoro.
En tanto, González expresó que las Ruinas de Huanchaca “yo las conozco bastante bien, pues postulamos con el equipo de Arquitectura al concurso patrimonial que se organizó para su preservación, por lo que tuvimos que recorrerlo muchas veces. Las ruinas de Huanchaca constituye un sitio o área que engloba al Museo de la Fundación Huanchaca, donde la Universidad Católica del Norte es socia relevante y, a su vez, constituye el escenario natural para las celebraciones corales en el mes de diciembre del Coro Jadran. Es en tal sentido, que los antofagastinos, en general, observan con respeto, admiración y conservan en su generalidad sus ruinas”.