Enrique Paris Horvitz y Convención: “Me carga el proceso y me carga el texto resultante”
Aunque así responde el jefe de gabinete del ex presidente Lagos y uno de sus colaboradores más cercanos cuando le preguntamos por el trabajo de la Convención Constituyente, cree que votará Apruebo. El hijo mayor del siquiatra desaparecido el 13 de septiembre de 1973, Enrique Paris Roa, dice que uno se debe a sus circunstancias. Aquí explica sus porqués y, en parte, los de Lagos.
“Me pareció oportuno enviar un documento escrito junto a Enrique Paris Horvitz que explicara las complejas realidades en las que asumimos como gobierno el año 2000 y cuáles fueron los avances y los logros con los que se terminó el periodo en 2006. Digamos solo que la desigualdad disminuyó y el ingreso por habitante nunca ha aumentado tanto como entre 1990 y 2010”.
Este es uno de los párrafos de la comentada carta con que el ex presidente Ricardo Lagos rechazó la reticente invitación que ni siquiera alcanzaron a extenderle para la ceremonia de entrega oficial del texto de nueva constitución este próximo 4 de septiembre.
Dígase lo que se diga, una falta de educación y de civilidad sin precedentes de los responsables de la Convención Constituyente, que fue respondida al estilo Lagos. Respuesta donde cita a su ex jefe de gabinete, el economista Enrique Paris Horvitz (62), actual decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Santo Tomás.
Este Enrique Paris no tiene nada que ver con el último ministro de Salud del gobierno de Sebastián Piñera, salvo el alcance nombre y apellido paterno, que “al inicio de su gestión provocó que me llegaran mensajes a mi mail con mensajes para él”, como nos cuenta, risueño. Comunista desde su más tierna infancia, desafiliado en 1990, exiliado en Francia siendo niño, junto con su madre y hermanos, retornado para estudiar en su país, es un hombre contenido y serio, que acompañó fielmente a Ricardo Lagos durante su gobierno y sigue siendo uno de sus asesores más cercanos.
–Hace como un mes, Lagos me llamó, como suele hacerlo con sus ex colaboradores, porque estaba especialmente preocupado del modo en que la Convención había hablado, sobre todo al inicio, de los últimos 30 años de democracia en Chile, exponiendo que el retraso económico y social daba cuenta de una época más bien miserable. Que todo el periodo había sido casi una extensión administrativa de la dictadura. Como era algo tan injusto y alejado de la realidad, me propuso escribir un documento breve para repasar avances y logros –explica el ex jefe de gabinete de Lagos.
Cuenta que redactó varios borradores para finalmente consensuar un documento de ocho páginas, que enviaron a Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez, presidenta y vicepresidente de la Convención, como una contribución “al histórico y productivo debate” de los constituyentes, con la sugerencia de que se pudiera hacer llegar a todos sus miembros.
El texto se filtró a la prensa y se hizo conocido de inmediato.
¿Apruebo o Rechazo?
Ese “oficio” contiene párrafos como: “Después de 32 años de democracia, Chile está en la gran mayoría de los indicadores de bienestar social a la cabeza de América Latina y se ha transformado a nivel mundial en uno de los países que ha tenido un ritmo de avance más rápido de desarrollo socioeconómico, disminuyendo la pobreza a una octava parte de lo que era en 1990, con un crecimiento económico un punto porcentual superior en promedio anual al de la economía mundial y un ingreso real per cápita creciendo tres veces más rápido que la media de los países de Latinoamérica”.
“En 2020, la pobreza de ingresos, de acuerdo a la encuesta CASEN había retrocedido radicalmente, afectaba a algo menos del 11% de los hogares chilenos, nivel que recoge el daño causado por la pandemia, pues en 2017 la pobreza era más baja y tocaba al 8,7% de los hogares, resultados que junto a los de Uruguay siguen siendo los mejores de América Latina”.
El ágil repaso al desarrollo económico y social del país no contiene sólo logros; entre las sombras que reconoce, consigna: “Los buenos indicadores socioeconómicos esconden, sin embargo, una realidad que remece las conciencias y constriñe nuestras aspiraciones de alcanzar el desarrollo, porque en Chile la mayoría de estos avances no se distribuyen con justicia”.
Finalmente, la idea de que las nuevas generaciones asumieran que este nuevo ciclo no puede negar los logros del pasado, se diluyó y el documento quedó como el testimonio de colaboración que cita el ex presidente Lagos en su carta de rechazo a la invitación.
–¿Refleja la actitud de la Convención el espíritu del gobierno de Boric? ¿Cómo ves a la actual administración en lo económico social?
–Tengo una visión escéptica del gobierno. Creo que el candidato de la segunda vuelta a veces está presente, pero en otras ocasiones aparece el de la primera vuelta. De repente, se impone una mirada y, al rato, la otra. Uno ve a Boric en su gira internacional como un joven jefe de Estado que tiene recursos para relacionarse con el mundo, pero también tremendas dificultades internas para cumplir lo que dice. En Canadá se reunió con empresarios norteamericanos y aseguró que las AFP no tienen nada que hacer en el nuevo modelo, cuando la propiedad de Provida es estadounidense. Y ahí tiene que salir el ministro de Hacienda a enmendar lo dicho. Boric está aprendiendo y una lección clave es que cuando se hacen muchas promesas, se levantan muchas más expectativas y eso, en tiempo de restricciones objetivas, es muy complejo.
Y se remonta a lo qué hizo Lagos, cuando asumió en 2000 con Chile y el mundo golpeados por la crisis asiática. “El Banco Central no nos había hecho la pega fácil y teníamos las lucas muy acotadas. El presidente debió remodelar sus prioridades. No abandonarlas, pero ordenar la carga de otra manera y tener claro que ciertas demandas no iban a poder ser atendidas”.
Paris destaca que el gobierno de Boric parte con alta inflación (“En parte provocada por varios de sus representantes con los retiros de las AFP”), con bajo crecimiento y con una enormidad de promesas. La pregunta es en qué momento se adaptará a las nuevas condiciones políticas y económicas sin renunciar a lo que representa. “Mi gran duda es si Boric tendrá la fuerza para liderar esa adaptación sin que ella provoque frustración y resentimiento entre los miembros más fundamentalistas y radicalizados de una coalición tan heterogénea y dividida en dos. Así, cuesta mucho dirigir un gobierno. Fíjate nada más lo que pasó con la declaración del estado de excepción en La Araucanía y Biobío”.
–Otra gran duda es la de los que ven ausentes planes de inversión y crecimiento. Hay más tendencia a cerrar proyectos, a parar iniciativas, a dar subsidios, a entregar bonos, que a generar trabajo e inversión. ¿Compartes esta visión?
-El gobierno no ha encontrado la mezcla virtuosa entre crecimiento y sus promesas sociales. El caso reciente de la refinería de Ventanas es elocuente. No va más Ventanas, pero no va más, sin un plan concordado, bien pensado, de cómo se sigue refinando sin Ventanas. Es medio angelical, naive, suponer que una buena decisión, inspirada en criterios medioambientales y de salud, no va a tener costos de los cuales hay que hacerse cargo. Ahora se le pasó el cacho a Codelco. Es muy importante comunicarle a la ciudadanía que nada es gratis, por bonito que suene, que todo tiene costo, dolor, sacrificio. Parte central de construir soluciones es asumir costos.
–Insisto: ¿qué pasa con la inversión?
-Hay ahora mismo un conjunto de proyectos de inversión que deben ser resueltos por el Comité de Ministros. Cómo dará cuenta el gobierno de su compromiso con el crecimiento cuando empiece a dejar fuera proyectos es todo un tema. Si se rechaza Dominga, si se rechaza Los Bronces, por mencionar iniciativas colosales de inversión, es muy difícil que pueda sostener que su apuesta es por el crecimiento. Cuando los inversionistas vean que ningún plan importante es aprobado, qué va a pasar.
–Vamos con la pregunta del millón: ¿Apruebo o rechazo?
–Me carga el proceso, me carga el texto.
–Entonces, ¿rechazarás?
–Las personas somos prisioneros de nuestra propia historia, de nuestro propio proceso. Es posible que termine votando Apruebo…
Entierro, desentierro y entierro
Este Enrique Paris me recuerda el estremecedor documental llamado “Fernando ha vuelto”, de Silvio Caiozzi. Para quienes no lo han visto, narra cómo dos mujeres doctoras del Instituto Médico Legal de Santiago, logran determinar la identidad de cuerpos correspondientes a prisioneros detenidos desaparecidos durante la dictadura militar. Son los restos de un hombre que fueron encontrados, junto a muchos otros en el Patio 29 del Cementerio General en 1991. ¿Su nombre? Fernando Olivares Mori, un chileno de 27 años de edad, funcionario las Naciones Unidas, desaparecido desde el 5 de Octubre de 1973. Las doctoras, después de cuatro años de trabajo logran establecer fehacientemente su identidad y presentar los restos a su viuda. Tiempo después se comprobaría que la identificación fue errada.
Son las mismas circunstancias y procesos de Enrique París Horvitz: la revictimización como deudo de un detenido desaparecido de la dictadura en estos casos fue triple y mucho más extensa en el tiempo: desaparición, reconocimiento, equivocación.
“El Poli Paris”, como lo conocen familiares y amigos, es el hijo mayor del siquiatra y académico de la Universidad de Chile, Enrique Paris Roa, miembro del Comité Central del Partido Comunista, asesor en temas de Educación de Salvador Allende e íntimo amigo de Ricardo Lagos Escobar.
Paris Roa fue detenido en La Moneda el 11 de septiembre, conducido la tarde de ese día al Regimiento Tacna y trasladado el 13 de septiembre al campo de entrenamiento de Peldehue, al norte de Santiago, desde donde desapareció. Tenía 40 años y tres hijos con la historiadora María Eugenia Horvitz.
–Yo tenía 12 años el 11 de septiembre de 1973, iba a cumplir 13 pronto. El día del Golpe mi papá estaba en la Moneda, supimos que en la tarde lo trasladaron al Regimiento Tacna y de ahí en adelante no hubo más noticias. Quizás lo más truculento de su historia sea que en los años 90, a comienzos del gobierno de Frei, se nos informó a mi madre, a mí y a mis hermanos que se habían identificado con certeza sus restos. Que era uno de los NN del Patio 29 del Cementerio General y estaba metido en un ataúd junto a los restos de un adolescente. En 1994, enterramos a mi papá. Fue una ceremonia muy concurrida, donde familia y amigos lo lloramos todo, pero años después se confirmó que esos restos no eran de él, como en varios otros casos. Que se habían equivocado.
–Tremendo, ¿cómo reaccionaste?
–Hubo familias que reaccionaron súper mal, que se fueron contra el Servicio Médico Legal. Nosotros no; a mí me consta que trabajaron seriamente y que era una tarea muy compleja. En 2005, creo, se aclaró que los restos de mi viejo estaban en Peldehue. Yo me opuse a hacer una nueva ceremonia, pero tuvimos que ir a sustituir la urna por esta nueva, que era muy pequeña, porque lo que se rescató e identificó fueron pedazos. Ahí se aclaró que fue fusilado con otros detenidos en La Moneda y que luego dinamitaron la fosa donde los habían enterrado. Después vino la operación conocida como “retiro de televisores”, ¿recuerdas? Dada las presiones internacionales, Manuel Contreras ordenó rescatar esos restos de Peldehue y arrojarlos al mar, por eso lo que se encontró fue muy poco: osamentas de falanges, cosas así.
Los Paris junto a su madre vivieron su infancia en París. “No fue fácil, sobre todo los primeros años, pero me siento cómodo cuando voy a Francia”, dice. Su hermano, en cambio, hizo su vida allá. El Poli, su hermana y su mamá volvieron. Él se matriculó en Economía en la Universidad Católica.
“Aunque me leyeron la cartilla al entrar por ser hijo de quien era, fui dirigente universitario por el PC sin problemas. Curiosamente, en los años 80, las Juventudes Comunistas éramos la organización más grande después de la DC en la Católica”.
Dejó el Partido Comunista a comienzos de los 90. Y militó durante un tiempo en el PPD. Hoy dice que “al PC le queda muy poco del partido al que admiré. Es mucho más radical y no se atreve a expresar hacia dónde va su revolución. Está dedicado a representar a grupos identitarios mucho más centrados en el conflicto que en el acuerdo”.
–Ya dijiste que aunque el proceso y el texto constitucional te cargan, votarás apruebo por esta historia de vida, pero ¿qué pasará si gana el rechazo?
–Nunca he creído que las constituciones resuelvan los problemas económico-sociales de los países. Si gana el apruebo habrá un periodo largo, muy largo, en que Chile seguirá tratando de resolver los problemas profundos que tiene. Uno de los mayores es la degradación del sistema político, de los partidos, que hoy son administradores del poder y no portadores de un ideal país, de un proyecto de sociedad. Ni el viejo ni el nuevo texto constitucional resuelven esos problemas centrales. La idea de generar una nueva constitución sirvió para canalizar el estallido social, pero no solucionó nada. Yo creo que fallamos. No lo logramos.
–¿Cómo votará Lagos?
–No sé lo que va a hacer Lagos. Sé que a él hay muchas cosas que le preocupan para no decir que no le gustan nada del texto, pero no sé si eso lo lleve a votar Rechazo.