Sífilis supera al VIH como la infección de transmisión sexual predominante en Chile

El Ministerio de Salud (Minsal), en conjunto con la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), entregaron un balance sobre los diagnósticos de infecciones de transmisión sexual (ITS) realizados en Chile entre 2017 y 2021, los que mostraron un fuerte incremento de la sífilis, infección que se transformó en la predominante y que superó al VIH.

Según los antecedentes oficiales, durante el periodo de análisis hubo 70.660 casos notificados. De acuerdo al departamento de Epidemiología del Minsal, predomina la sífilis con cerca del 50%, seguido por VIH, con un 30%, y gonorrea con cerca de 15%. En cuarto y quinto lugar se encuentra hepatitis B y C respectivamente.

“Algunas infecciones de transmisión sexual pueden acompañarnos toda la vida en caso de adquirirlas, como el VIH, mientras que otras como la sífilis o la gonorrea son tremendamente frecuentes y afectan a una gran proporción de las personas de nuestro país, particularmente a población más joven“, expresó el subsecretario de Salud, Cristóbal Cuadrado.

Frente a esta situación, Minsal firmó un convenio con la AChM para la instalación de dispensadores de condones internos y externos, así como también lubricantes, que serán ubicados en comunas como Santiago, La Granja, Peñalolén, Estación Central y Maipú, entre otras.

El acuerdo también contempla asesorar y apoyar técnicamente, desde el Minsal, a los municipios de la asociación en acciones de promoción y prevención de las ITS desde la Atención Primaria de Salud.

¿Qué es la sífilis?

Según la descripción de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), la sífilis es una infección de transmisión sexual que “puede causar complicaciones a largo plazo o la muerte, si no se trata de manera adecuada“.

La enfermedad se contrae mediante el contacto directo con una llaga de sífilis durante las relaciones sexuales anales, vaginales u orales. Dichas llagas se pueden encontrar en el pene, la vagina, el ano, el recto o los labios y la boca.

En cuanto a los síntomas, la infección es catalogada como una “gran imitadora”, porque sus malestares son similares al de otras enfermedades. Las llagas suelen aparecer justo tras la infección, y se confunden con otro tipo de heridas o con pelos encarnados que no producen dolor. A esto se suma un sarpullido masivo en una varias partes del cuerpo. También existe la sífilis ocular, que afecta a los ojos y que en casos extremos causa ceguera permanente.

En sus fases más avanzadas, la infección contempla varios síntomas como dificultad para coordinar los movimientos musculares, parálisis (no poder mover ciertas partes del cuerpo), entumecimiento, ceguera y demencia (trastorno mental). En una etapa final y sin tratamiento, la enfermedad daña los órganos internos y puede causar la muerte.

La sífilis, a diferencia de otras IST, tiene cura y es tratada con antibióticos recetados por un médico. Sin embargo, las secuelas causadas por la enfermedad no son reversibles. Además, quienes se hayan recuperado tras una infección siguen corriendo el riesgo de contraerla nuevamente.

El método principal para evitar la infección es el uso de condones de látex durante las relaciones sexuales, porque evitan el contacto directo con las llagas. Aun así hay zonas en donde el preservativo no llega, por lo que la enfermedad todavía tendría opción de transmitirse si se concretan los contactos con las heridas.

La enfermedad puede afectar a cualquier persona, sin distinción de edad, sexo u orientación sexual, por lo que es clave someterse a los exámenes correspondientes cuando existe una sospecha de transmisión.