Biociudad: la nueva estrategia de Aguas Andinas para enfrentar el cambio climático en la RM
La propuesta considera una batería de proyectos, con pilares centrados en la búsqueda de nuevas fuentes, resiliencia, el mayor aprovechamiento de aguas subterráneas y soluciones basadas en la naturaleza, junto a un uso responsable del agua. Este plan involucra una inversión que supera los US$1.000 millones.
Aguas Andinas lanzó su nueva estrategia con soluciones concretas para hacer frente a los efectos del cambio climático a la que denominó Biociudad. Esta nueva hoja de ruta de la compañía incluye iniciativas que permitirán potenciar la seguridad hídrica para más de 8 millones de habitantes en la Región Metropolitana.
“Biociudad nace de la mano de la alianza público-privada, como un mecanismo más que beneficioso y potente para generar soluciones concretas para la ciudadanía. En ese sentido, esperamos ser un aliado de quienes deben tomar las decisiones que impactan positivamente la calidad de vida de los ciudadanos” declaró el presidente del directorio de Aguas Andinas, Felipe Larraín.
Biociudad estable cinco pilares de trabajo: búsqueda de nuevas fuentes de agua, resiliencia para la ciudad, mayor aprovechamiento de aguas subterráneas, la implementación de soluciones basadas en la naturaleza y el uso responsable.
Así Aguas Andinas busca consolidarse como un actor protagónico en la adaptación contra el cambio climático, gracias a una labor propositiva y activa que muestra su capacidad de anticipación, desarrollando soluciones a través de un plan de inversión que supera los US$ 1.000 millones y que integra los ecosistemas hídricos y las comunidades, ayudando a proteger el equilibrio de la naturaleza y la sostenibilidad de la cuenca.
“Buscamos potenciar un cambio que iniciamos hace más de 25 años con el saneamiento del 100% de las aguas servidas de la ciudad, que continuamos con el desarrollo de nuestras Biofactorías, el plan de resiliencia que elevó a 37 horas la autonomía de Santiago. El cambio climático es una exigencia constante y como compañía queremos ir siempre un paso adelante porque la ciudad y las personas lo merecen”, destacó Larraín.
En tanto que el gerente general de la compañía, Daniel Tugues, señaló que “con esta nueva iniciativa buscamos pasar del problema a las soluciones concretas, con foco en diversos pilares para ofrecer proyectos posibles de activar en este momento y de cara a los retos que tenemos en el presente. A través de Biociudad, estamos trabajando de manera planificada y con visión de futuro para que el cambio climático no cambie la vida en la ciudad”.
El evento de lanzamiento de Biociudad contó con la presencia de diversas autoridades, entre ellas, el ministro de Economía, Nicolás Grau; la ministra de Obras Públicas, Jessica López; las alcaldesas de Providencia y Ñuñoa, Evelyn Matthei y Emilia Ríos, respectivamente, el Superintendente de Servicios Sanitarios, Jorge Rivas, y el embajador de España, Rafael Garranzo.
“A pesar de que este fue un año más lluvioso, estamos en un contexto de cambio climático que nos obliga a trabajar con más fuerza. Asimismo, para enviar señales claras de eficiencia y reducción de consumos de agua en los grandes consumidores, estamos trabajando en una propuesta de tarificación que presentaremos al Congreso en los próximos meses. También, en la línea de promover la eficiencia hídrica, queremos resaltar la importancia de impulsar el reúso de aguas servidas, considerando que menos del 10% de las aguas servidas tratadas se reutilizan directamente”, afirmó la ministra de Obras Públicas.
Proyectos de Biociudad
Entre los proyectos de Biociudad destacan obras de ingeniería como el retorno de aguas en el río Maipo, que permitirá dar un doble uso al agua, mediante un ducto que transportará hasta 3.000 l/s de agua depurada desde la Biofactoría Mapocho Trebal al río Maipo para uso agrícola.
Otro proyecto es la captación y conducción alternativa del río Maipo, que busca conectar el embalse El Yeso con las plantas de producción de agua potable, que permitirá superar eventos de extrema turbiedad en los ríos, llevando la autonomía de Santiago al menos a 48 horas, y una batería de pozos y estanques ubicados en distintos sectores de la Región Metropolitana que aumentan la producción de agua potable desde fuentes subterráneas.
El nuevo mix de proyectos también buscará mejorar el rendimiento hidráulico de los más de 13.000 kilómetros de red de distribución de agua potable y las más de 2 millones de conexiones domiciliarias con los clientes mediante sus medidores de consumo, reduciendo la pérdida física que se genera por filtraciones, fraudes o diversas condiciones operativas y mejorando la confiabilidad y calidad de la medición de la producción y del consumo de los clientes, trabajo que se viene desarrollando desde 2017.
En paralelo, Aguas Andinas se encuentra trabajando junto a la autoridad en impulsar una discusión amplia que considere el sistema tarifario, que permita que el despliegue de obras e infraestructura necesarias para enfrentar el cambio climático se cubran de forma gradual a partir de un cierto nivel de consumos, una vez las obras entren en operación. Así, se apunta a promover un uso responsable del recurso, diferenciando el precio del agua a partir de un cierto umbral de consumo que no afecte los usos básicos del recurso hídrico.