El legado de Leonor Oyarzún en su cumpleaños 102
En entrevista con EL DÍNAMO la familia de Patricio Aylwin recordó el trabajo de su matriarca y la huella que dejó mientras ejercía como primera dama en el retorno a la democracia.
Nacida el 10 de marzo de 1919 la primera dama y esposa del ex Presidente Patricio Aylwin, Leonor Oyarzún, cumplió 102 años acompañada de su círculo más íntimo, quienes durante toda la jornada asistirán a su domicilio cumpliendo turnos, distanciamiento social y otras medidas sanitarias.
La celebración debido al COVID-19, enfermedad que contrajo y superó con éxito en 2020, será distinta a las que acostumbraba cuando su casa ubicada en la calle Arturo Medina en Ñuñoa pasaba repleta de gente. Sobre todo porque la familia Aylwin es bastante numerosa y Leonor Oyarzún es madre de 5 hijos, abuela de 17 nietos y bisabuela de 16 bisnietos.
Durante el cumpleaños de la matriarca de los Aylwin su familia recordó algunos de los hitos más importantes de su vida como primera dama: el famoso almuerzo con el Presidente George Bush padre, donde no dejó entrar al Servicio Secreto de Estados Unidos, y el liderazgo que mostró en las fundaciones Integra y Prodemu durante el retorno a la democracia.
Su hijo, Francisco Aylwin Oyarzún, contó a EL DÍNAMO que hoy su madre sigue “muy conectada” con la realidad del país, goza de una excelente salud, pasa las tardes leyendo un poco y ve series en plataformas de streaming como Netflix.
Una vida “bastante normal”, de acuerdo a su hijo, que contrasta con lo sucedido en 1989 cuando Patricio Aylwin se impuso ante los otros candidatos presidenciales -Hernán Büchi y Francisco Errázuriz- tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Francisco Aylwin recuerda con claridad que un día después de los comicios se despertaron con un gran contingente policial afuera de su domicilio para resguardar la seguridad de toda la familia, lo que no fue bien recibido por Leonor Oyarzún.
“Hubo muchos carabineros y ella no quería salir, porque prefería andar sola por la calle e ir a la feria o al supermercado, pese a que era difícil porque su marido había ganado la elección. Mi padre habló con el general Rodolfo Stange para que fuera más normal todo y hubiera un número de escoltas más razonable”, aseguró.
La visita de Bush y el Informe Rettig
Si bien Leonor Oyarzún, pese a ser militante de la Democracia Cristiana (DC), nunca estuvo en la política activa, fue una pieza clave en los momentos más emocionantes y duros de los cuatro años que duró el Gobierno de Patricio Aylwin.
Por ejemplo, durante la visita del Presidente de Estados Unidos, George Bush, a Chile en diciembre de 1990, ella tuvo que recibir al mandatario norteamericano porque, de acuerdo, a Francisco Aylwin, “mi papá se dedicaba a la cosa política, pero la encargada del tema era mi mamá“.
“De hecho, el Servicio Secreto de Estados Unidos pidió entrar a la casa para probar la comida por temas de seguridad, pero mi mamá les dijo que no, porque ella lo había preparado todo”, contó el director de la Fundación Patricio Aylwin.
La visita del líder norteamericano a Chile no fue la única instancia donde Leonor Oyarzún debió entregar su apoyo a Patricio Aylwin, ya que, antes del discurso del Informe Rettig de 1991 elaborado por la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, el mandatario debió leer todos y cada uno de los casos de violaciones a los derechos humanos dados a conocer en el documento.
Por esos días, de acuerdo a Francisco Aylwin, “mi madre decía que mi papá terminaba muy acongojado, ella fue una compañera ejemplar, una persona muy sobria y ese fue el sello de los cuatro años”.
“Hace poco se cumplieron 30 años del discurso del Informe Rettig. Ella decía que se acordaba cómo lo pasó mi papá ese verano, él recibió el documento y se fue al sur al fundo de un amigo para encerrarse a leerlo y era desgarrador”, contó el hijo menor del matrimonio.
Nuevo rol de la primera dama
Además de acompañar permanentemente al ex Presidente Patricio Aylwin en sus giras y actividades políticas, Leonor Oyarzún desempeñó otra labor como primera dama gracias a sus estudios de orientadora familiar y juvenil.
Por ejemplo, creó organizaciones dedicadas a mejorar la calidad de vida de familias y mujeres vulnerables como la Fundación de la Familia y el Programa de Promoción de la Mujer (Prodemu).
Tomó la Fundación Nacional de Ayuda a la Comunidad (Funaco) -creada en dictadura- y la transformó en la Fundación Nacional para el Desarrollo Integral del Menor (Integra) para atender niños de sectores vulnerables.
Actualmente, la fundación tiene más de 1.000 jardines infantiles y salas cuna gratuitas donde se atienden unos 80 mil niños y niñas.
“Se abocó a lo que había que hacer en ese momento”, afirmó Francisco Aylwin.
“Veníamos del arcoíris de colores que eran las fundaciones que controlaba Lucía Hiriart. Allí fundaron dos organizaciones, una llamada Integra y Prodemu que les sirvió para abordar los temas de infancia (…) mi mamá junto a otras esposas de ministros y directoras impulsaron las temáticas de infancia y mujer. Cambiaron los centros de madres, los arcoíris del voluntariado, a una cosa más democrática”, relató.