Piñera tras aprobación de acusación constitucional: “Está basada en hechos falsos”
El mandatario se mostró confiado con que el Senado desestimará el libelo, el que fue despachado desde la Cámara de Diputados tras una maratónica sesión.
El presidente Sebastián Piñera entregó su primera reacción tras la acusación constitucional en su contra que fue aprobada el martes por la sala de la Cámara de Diputados, la que se definió en una maratónica sesión protagonizada por el diputado Jaime Naranjo (PS).
Durante la ceremonia de presentación del Registro de Deudores Alimentarios, el mandatario respondió por el avance del libelo, que lo acusa de eventuales vulneraciones a la Constitución y las leyes por el caso Dominga y las publicaciones de los Pandora Papers.
“Estamos convencidos de que esta acusación no tiene ningún fundamento, ni en los hechos, ni en el derecho. Después de una detenida lectura, hemos concluido que la acusación está basada en hechos falsos o mañosamente relatados o en simples conjeturas y suposiciones y que no cumplen con las normas que regulan una acusación constitucional en nuestro Estado de Derecho“, expresó el jefe de Estado.
El presidente agregó que “los hechos fueron analizados e investigados profundamente por la Fiscalía, por un Juzgado de Garantías, por la Corte de Apelaciones e incluso en un recurso de casación por la Corte Suprema, y en todas esas instancias, en forma unánime, se decretó que no había ninguna irregularidad y se estableció mi total inocencia“.
Piñera apuntó además que en la aprobación de la acusación hay “un claro e injustificado interés electoral”, que responde al “clima enrarecido” que está viviendo el país desde hace un par de años.
El gobernante expresó además que “estamos muy confiados que el próximo martes el Senado, actuando como jurado y analizado en forma objetiva, racional y reflexiva los hechos, va a desechar totalmente la acusación“.
Durante este miércoles la Cámara Baja designó a Leonardo Soto (PS), Gabriel Silber (DC) y Gael Yeomans (CS) como los informantes del libelo ante el Senado, que tendrá al menos seis días para la votación.
La Cámara Alta necesita un quórum de 2/3 para aprobar la destitución del presidente, por lo que se requieren de 29 votos. La oposición tiene 24 representantes, por lo que se requieren de cinco respaldos desde la derecha.