Presidente del Consejo Directivo del Servel cuestiona “origen democrático” de Convención
Andrés Tagle apuntó que contar con escaños reservados a determinados sectores “son trampas de la democracia, propias de las dictaduras”.
Andrés Tagle, presidente del Consejo Directivo del Servel, también quiso sumarse a la discusión constitucional, abogando por la igualdad de voto en las diversas elecciones, cuestionando por ejemplo, la legitimidad democrática de la Convención.
En una carta enviada a El Mercurio, titulada La Igualdad del Voto en la nueva Constitución, Tagle argumentó que “todos hemos tenido un solo voto en las elecciones en Chile. Ha valido lo mismo en los plebiscitos y en las elecciones donde se elige un candidato. Pero no ha valido lo mismo cuando se eligen las cámaras del Parlamento o para la Convención Constitucional, violando así un derecho humano esencial”.
En esta línea, recordó que el voto igualitario está contemplado en la actual Carta Magna y por el Pacto de San José de Costa Rica. “Consiste en algo tan simple como que el voto de los ciudadanos valga lo mismo”.
Sin embargo, el representante del Servel acusó que esta igualdad no ha sido respetada en nuestro país, apuntando que “el no valía lo mismo en el sistema binominal, donde todos los distritos elegían dos escaños, a pesar de grandes diferencias en habitantes (…) Con el nuevo sistema proporcional la desigualdad se mantuvo”.
“La Convención Constitucional también fue electa con desigualdades graves en el voto que ponen en duda su origen democrático. Se mantuvieron las desigualdades e inequidades de la Cámara”, agregó.
Andrés Tagle detalló que, por ejemplo, “se les otorgó a los pueblos originarios un 10,9% de los escaños en base a su población, pero solo votó por ellos un 4,3% del total de votantes efectivos. Un 44,4% de los votantes indígenas optó por votar por convencionales no indígenas. 44.547 votantes indígenas no mapuches eligieron 10 escaños, su voto valió 13,6 veces más que el del votante promedio de la RM. 55 electores yaganes eligieron un escaño, su voto valió más de mil veces que el de los votantes de los distritos de la RM”.
“Territorios sobrerrepresentados en escaños respecto de su población, escaños designados, asignados o reservados a determinados sectores o estamentos, son trampas a la democracia. Son subterfugios propios de las dictaduras para perpetuar su poder bajo la apariencia de elecciones democráticas”, recalcó.
Es por ello que, dado que “la nueva Constitución se fundamentó en la eliminación de las desigualdades, partamos entonces por eliminar la desigualdad del voto. El voto de todos los electores debe valer lo mismo para elegir el Parlamento, no importa la edad, el sexo, la raza, la religión, el lugar donde se vive, los estudios, la profesión, el origen, el pertenecer a un pueblo originario, ser afrodescendientes, germano descendientes o croatadescendientes”.
“La igualdad del voto debe contemplarse en la nueva Constitución, también que la distribución de los escaños del Parlamento a los territorios se haga periódicamente por un organismo independiente como el Servicio Electoral, repartiéndolos proporcionalmente según habitantes o electores usando una fórmula matemática, sin establecer máximos y con un mínimo no superior a uno”, apuntó,
A esto sumó que “solo en una segunda cámara, si la hay, podría considerarse con una mayor representación de las regiones. Además, las leyes que lo implementen deberían tener quorum especiales para que no dependa de una simple mayoría que pueda cambiar las reglas del juego democrático”.
Para cerrar, el presidente del Consejo Directivo del Servel añadió que es “perfectamente posible tener escaños para pueblos originarios y respetar al mismo tiempo la igualdad en el voto. Los electores indígenas pueden conformar voluntariamente un padrón separado y votar por sus representantes, pero el número de escaños que elijan debe ser proporcional a sus electores”.