“Se han equivocado”: presidente de la DC rechazó carta de ex timoneles por el plebiscito
Felipe Delpin se distanció del texto firmado por figuras como Eduardo Frei, Ignacio Walker y Carolina Goic, quienes pidieron al partido libertad de acción de cara al plebiscito.
El alcalde de La Granja afirmó que la definición del partido sobre el plebiscito se tomará en la junta nacional. AGENCIA UNO/ARCHIVO
El presidente de la DC, Felipe Delpin, rechazó la carta entregada por ex timoneles de la colectividad, en donde pidieron libertad de acción de cara al plebiscito de salida del 4 de septiembre.
En el texto, algunas figuras como Carolina Goic, Enrique Krauss, Alejandro Foxley, Ricardo Hormazábal, Fuad Chahin, Juan Carlos Latorre, Ignacio Walker y Andrés Zaldívar solicitaron a la mesa a dejar que cada militante tome su determinación de cara al proceso que definirá la vigencia del texto propuesto por la Convención Constitucional.
“La libertad de acción nos evitará mayores problemas y nos permitirá resolver nuestras diferencias antes de tres años, cuando el pueblo chileno juzgará en elecciones la conducta de actores políticos en tiempos tan duros y complejos”, señalaron en el texto.
El alcalde de La Granja señaló a radio Cooperativa que los ex líderes demócratacristianos “se han equivocado”, ya que una indefinición “sería un error gravísimo para la Democracia Cristiana, quedaríamos en la intrascendencia absoluta en el país”.
Delpin precisó que el tema será abordado en la junta nacional programada para el 6 de julio, donde se conocerá la posición oficial del partido.
“El debate va a ser muy interesante y vamos a tomar una decisión. Hoy día augurar que pueda haber un triunfo por el Apruebo o por el Rechazo no estoy en condiciones, pero sí puedo decir que veo una inclinación mayor hacia el Apruebo y eso lo deben estar viendo todos, incluidos los que piden libertad de acción”, agregó.
Junto con las palabras del jefe comunal, la directiva nacional del partido emitió una declaración en donde comentó que la debacle electoral sufrida durante los últimos años “se explica por una política procedimental, táctica, disfrazada de falso consenso, más preocupada de guardar falsos equilibrios, responder a intereses mezquinos, y obviar el debate franco, directo”.
