The Economist llama a votar Rechazo y califica al borrador como un “desastre fiscalmente irresponsable”
El medio definió al proyecto constitucional como “woke” e hizo un llamado a los chilenos a rechazar la propuesta surgida tras un año de trabajo de la Convención Constitucional.
La prestigiosa revista británica The Economist criticó duramente el proyecto constitucional e hizo un llamado a los chilenos a optar por la opción del Rechazo, en su más reciente editorial.
En un solo corto párrafo, el editorial recopila aquellos artículos que considera elogiables: el descentralismo, el que los pueblos originarios puedan enseñar su idioma en los colegios y que se permita la futura legislación del aborto y la eutanasia.
Un documento “absurdamente amplio”
Sin embargo, trata al resto del documento en muy duros términos. Lo tilda de absurdamente “amplio”, fiscalmente irresponsable y extremadamente progresista.
“El documento es ridículamente amplio. Dice que el Estado debe promover el patrimonio culinario y gastronómico de Chile y reconocer la espiritualidad como elemento esencial del ser humano. Todos tienen derecho al deporte. Los no-humanos también son incluidos: el Estado promoverá una educación basada en la empatía…por los animales“.
El borrador crea una cartera de derechos socio económicos que podría hacer estallar el presupuesto. Requiere el establecimiento de varios organismos nuevos, como un servicio nacional de salud y un sistema de atención desde la cuna hasta la tumba”.
“En general, el borrador es un lío confuso, lleno de lenguaje embrollado que más o menos garantiza décadas de disputas sobre lo que realmente significa. Se darían derechos a la naturaleza. El borrador menciona género 39 veces. Las sentencias judiciales, la policía y un sistema nacional de salud tendrán que operar con una perspectiva de género, pero que no define”, afirma The Economist.
“El borrador crea una cartera de derechos socio económicos que podría hacer estallar el presupuesto. Requiere el establecimiento de varios organismos nuevos, como un servicio nacional de salud y un sistema de atención desde la cuna hasta la tumba, sin pensar mucho en cómo se financiarían. El Estado supervisaría la provisión de vivienda, a la que dice que toda persona tiene derecho. La especulación inmobiliaria estaría prohibida. Lo mismo ocurriría con la educación con fines de lucro”, continúa.
En el documento se acusa al proyecto de debilitar el orden de los poderes del Estado y alterar los controles y balances que tienen entre cada uno. Además, agrega, considera que es un proyecto con demasiada ambigüedad.
Si bien reconoce que la actual Constitución está “lejos de ser perfecta. De hecho, ha sido enmendada más de 60 veces, es un parangón de claridad. Por lo mismo, afirma, a pesar de que rechazarla sería algo condenable para quienes iniciaron el estallido social, haría de Chile un país mucho más gobernable en el largo plazo”.