El diagnóstico médico de Chile: está en trabajo de parto y no terminará el domingo
El psiquiatra Rodrigo Gillibrand dice que el ambiente polarizado y violento se debe en gran parte al binarismo del voto, que lleva a pensar en el otro como enemigo. Y cree que este ambiente no acabará luego de las votaciones del domingo.
Rodrigo Gillibrand, académico de la facultad de psiquiatría de la Universidad de Chile, analizó el estado de mental del país tras los violentos suceso ocurridos en los últimos días: la agresión al hermano del presidente por parte de delincuentes, el puñetazo del diputado de la Carrera en pleno hemiciclo, el atropello de ciclistas por el Apruebo por carretas del Rechazo y la actuación de Las Indetectables en el acto de cierre de Apruebo Transformar.
El médico afirma que esto se debe a una sobrecarga emocional y racional previa al plebiscito, donde los ánimos están influidos de manera constante por la discusión de la propuesta constitucional. “Yo creo que el tema está ubicuo en todos lados y la gente ha manifestado que está cansada de la situación, porque es un estrés que polariza y se transforma en situaciones violentas y lo vemos en distintas cosas, en las manifestaciones, en las discusiones políticas, en cosas que nos muestra que es difícil sostener más tiempo el clima electoral que está existiendo”, afirma.
Sobre las distintas agresiones y hechos de violencia que han ocurrido en el último tiempo, el psiquiatra cree que la causa se haya en el binarismo del voto, que no deja ventana para una tercera vía en la cual puedan encontrarse las opiniones contrapuestas.
“Tiene que ver con el tipo de elección que tenemos que es binaria en que el voto es polarizado. O es Apruebo o Rechazo, no hay otra opción, entonces pareciera que las personas cuando hay un abanderamiento por una razón u otra ve al otro como el enemigo. Si he sido víctima, tú eres el victimario. Entonces, si no piensas como yo, eres mi enemigo. Y al enemigo hay que vencerlo. Entonces creo que tiene que ver con la suerte del voto”, explica.
“Esta mañana pensaba por qué no existe un apruebo para reformar o un rechazo para un nuevo proceso. No existe un término medio en esta votación, e históricamente hemos sido un país polarizado y esto no ayuda. No estamos preparado para una votación en la que no salga un tercero, que en la teoría es un ente creativo que es una mezcla entre lo que ambos lados crean. Y creo que este proceso constitucional en un año no se logra sin que aparezca la violencia”, dice, estableciendo que el proceso constituyente que se ha vivido probablemente no se termine este domingo.
Políticos contribuyendo a la polarización
Sobre el rol que han jugado los líderes políticos en el asunto, Gillibran tiene certeza sobre que han existido ejemplo de legisladores y jefes de partido que han contribuido, por medio de un discurso violento, a mantener el ambiente polarizado y beligerante. “Hay lados políticos que contribuyen a esto, que son los extremos, que tienden a pensar que el otro siempre miente, o vemos declaraciones incendiaras, políticos que le pegan a otros, pero también existe un sector político importante que es conciliador pero no es visto, porque suele venir del Gobierno, pero ese discurso polariza inmediatamente porque se encasilla en un lado u otro y no se da el espacio para un diálogo”.
-Si Chile fuese una persona, ¿cómo la diagnosticaría?
-No podría diagnosticarla desde el punto de vista de la psiquiatría, porque podría ser insensible con quienes padecen alguna aflicción. Yo creo que la metáfora más apropiada es que Chile hoy es un país que está en trabajo de parto y este trabajo es prolongado. Este trabajo de parto no terminaría el lunes, porque esto puede ser una amenaza de parto prematuro y hay que dejar que llegué a término.