“Es bueno endeudarse”: los detalles del millonario crédito que pidió Viña del Mar para detener el déficit financiero de la municipalidad
El Concejo Municipal viñamarino aprobó un contrato de leaseback por más de $17 mil millones en favor del municipio. Durante la discusión, concejales cuestionaron las deudas que contraería la municipalidad para enfrentar el déficit dejado por Reginato, y la alcaldesa Ripamonti respondió que "los servicios públicos también tienden a la deuda".
“En nombre de Dios, la matria y la ciudad”. Con esas palabras, la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti (RD), comenzó la última sesión extraordinaria del Concejo Municipal, que tuvo lugar el pasado 6 de junio. El objetivo de la cita era ―en palabras de la jefa comunal― votar la adjudicación de un leaseback por $17.518 millones para el municipio con el fin de “detener el déficit financiero” de la Corporación Municipal, que proviene de las cuatro administraciones de Virginia Reginato (UDI).
Tras más de dos horas de reunión ―en la que intervinieron el administrador municipal, Erick Layana, y Ripamonti―, la concejal Antonia Scarella (ind-UDI) cuestionó la posibilidad de adquirir un crédito. “Tenemos un presupuesto de $140 mil millones de pesos, ¿por qué no hemos podido pagar estos $17 mil millones de pesos desde nuestro presupuesto municipal? Si ya tenemos $140 mil millones, esto es poco más de un 10%. ¿Por qué no nos hemos podido apretar el cinturón para pagar esa deuda y que no siga creciendo?”, señaló Scarella.
La edil de Viña del Mar añadió que “hoy son $17 mil millones de pesos, pero vamos a terminar pagando más de $22 mil o $23 mil millones de pesos”. La alcaldesa le respondió “nada”. “Pero si no es nada, ¿por qué no lo pagamos desde nuestras finanzas municipales?”, le replicó la concejal.
“Si esto fuera una casa, yo podría apretarme el bolsillo, dejar de comer y pagar eso […]. A diferencia de una casa privada o una organización, yo no puedo hacer eso. Es bueno endeudarse. Todas las organizaciones privadas [lo hacen]. Es cosa de que hable con don Gerard Pugh, al señor Ortúzar de la Sofofa, a cualquier empresa, a Luksic, [y le pregunte] cómo hace un mall. ¿Usted cree que sacan plata de su organización? No, piden un crédito, porque no es eficiente hacer eso”, aseguró Ripamonti.
La jefa comunal de Viña del Mar insistió: “Pregúntele a cualquier persona […] cómo hacen negocios, si sacan plata de su patrimonio. Piden créditos. Así se hacen los negocios”. Antonia Scarella le contestó que “este no es un negocio. Se lo recuerdo. Ellos piden créditos para negocios que van a dar rentabilidad, y que van a ingresar más dinero […]. Pero esto no es rentable”.
“Usted acaba de decir algo muy importante […]. Esto no tiene que ver con la rentabilidad. El déficit es el resultado de gastarse toda la plata. Nosotros al final del año, a diferencia de las empresas, no repartimos utilidades. Nosotros nos tenemos que gastar cada peso […]. Así funciona el servicio, y los servicios públicos también tienden a la deuda”, dijo la militante de Revolución Democrática en la sesión del Concejo.
El leaseback que aprobó el Concejo Municipal de Viña del Mar
Pese a la discusión ―que se viralizó en redes sociales―, el Concejo Municipal terminó por aprobar el crédito por ocho votos a favor y dos abstenciones ―de los concejales opositores Scarella y Jorge Martínez (UDI)―. Así, la entidad adjudicó al Banco Scotiabank Chile la operación con que el municipio espera saldar la serie de deudas que ―dicen― superan los $20 mil millones y se arrastran desde hace más de 16 años.
Además, entre sus objetivos está subsanar la deuda previsional con funcionarios de salud y educación de Viña del Mar, que asciende a $8.700 millones.
El método elegido fue el contrato de leaseback, un mecanismo de financiación usada comúnmente por empresas pero también por instituciones públicas. Se trata de un método que permite a un banco o institución financiera proporcionar recursos a las arcas de la organización, para solventar sus pasivos y obligaciones. Esto, a través de la venta de un activo fijo ―un inmueble, por ejemplo― a un tercero por un tiempo determinado.
Este tipo de contratos permiten inyectar dineros en forma rápida y seguir utilizando el activo aún después de venderlo, manteniendo la continuidad en el uso. La institución, por su parte, se obliga a devolver los dineros en un plazo señalado.
En este caso, la Municipalidad de Viña del Mar fijó el leaseback en un total de $17.517.806.100 por un periodo de hasta 10 años y puso a disposición de Scotiabank los dos inmuebles que albergan el Juzgado de Policía Local, el departamento de Aseo, la Dideco y otras dependencias municipales. El banco, en tanto, distribuirá el monto según el presupuesto de la corporación.
Desde el municipio indican a EL DÍNAMO que la iniciativa ―ejecutada tras una licitación pública― es una de las medidas del plan de normalización financiera impulsado por la administración Ripamonti. Esta estrategia ha incluido, además, una rebaja de un 90% en el gasto anual de la corporación municipal, pasando de un histórico de $5 mil millones a sólo $500 millones aproximadamente. Esto, explican, disminuyendo el gasto en horas extra y los contratos de altos montos.
Asimismo, señalan que ha crecido la recaudación en casi $29 mil millones, a través de nuevos mecanismos de cobranza. La corporación municipal, a su vez, ha repactado deudas tributarias, disminuido los costos de sus actividades, y ahorrado más de $1.800 millones en multas e intereses.
La disputa en el Concejo por las deudas que acarrearía la municipalidad
Tras la aprobación del leaseback, la alcaldesa Macarena Ripamonti valoró el resultado y expresó que “hoy arreglamos las previsiones. Eso supone que, progresivamente, vamos a tener una Corporación de vanguardia, adecuada, estable financieramente. Pasando la deuda más cara a ser resuelta por primera vez en 30 años. Para que nunca más vuelva a pasar lo mismo, para que nunca más los dineros de los servicios públicos de salud y educación se lo lleven las personas corruptas”.
“Las consecuencias de haber conseguido este logro significa la recuperación, por sobre todo, de la confianza de nuestra institución. Por casi 10 años, ninguna institución financiera prestó un centavo al municipio, porque no era digno de confianza. Y en 35 meses hemos logrado, a través de una planificación financiera y de ordenar la casa, recuperar esa confianza de las instituciones financieras”, relevó.
Sin embargo, las posiciones en el Concejo son diversas. Para el concejal Sandro Puebla (ind-PS), era necesario apoyar la propuesta de Ripamonti, pues “era la única forma de pagar la deudas de los trabajadores de salud y educación. Además, se van a generar importantes ahorros en intereses que hoy se están pagando”.
En conversación con EL DÍNAMO, Puebla agrega que “ya desde la administración anterior se intentó una operación financiera de este tipo. Ésta permitía pagar muchos menos intereses y multas que los que se pagan por deudas previsionales, generando un importante ahorro para la comuna. Sin embargo, en ese momento, ninguna institución financiera estuvo disponible para entregar ese dinero. Afortunadamente, ahora se logró, ya que la situación financiera se ha ido transparentando”.
Una opinión distinta tiene su par René Lues (DC) quien, a pesar de haber votado a favor del leaseback, tiene una serie de reparos. “Algunos concejales hemos sostenido que esto se pudo haber evitado. Nosotros ya desde 2022 estábamos diciendo que se pagaran los $4.500 millones de deuda previsional de inmediato con fondos municipales. Porque esa era la deuda más cara, ya que su monto aumenta cada año”, dice a EL DÍNAMO.
Lues plantea que “no haberlo hecho en 2022 generó en 2022, 2023 y 2024 $7 mil millones de pagos extra, entre intereses, multas y todo tipo de costas. Entonces, no hubiésemos tenido que pedir un leaseback, que genera una deuda por 10 años, en que pedimos $17 mil millones y terminaríamos pagando $25 mil millones”.
El concejal relata que “en la sesión se generó un debate en que yo alegué que quedaríamos con una deuda evitable. En ese segundo, la alcaldesa dijo que todas las organizaciones viven con deudas. También las entidades privadas”.
“Pero esa comparación es absurda, pues las entidades privadas adquieren deudas porque normalmente invierten y utilizan los dineros para generar más rentabilidad e inversión. En cambio, en el mundo público, lo que se busca es que no haya deuda ni déficit de ningún tipo. La eficiencia para la organización privada es maximizar las utilidades. Para la entidad pública es genera un presupuesto equilibrado, que no arrastre déficits. Las entidades públicas no viven con deudas”, enfatiza.
En conversación con EL DÍNAMO, la concejala Scarella comenta que “el leaseback es una operación riesgosa. No hubo mayor interés de los bancos en cuatro oportunidades. Y en esta quinta y última sólo un banco ―el mismo que opera las cuentas del municipio― se presentó. Por esta razón, sumado a que esta deuda generará un gran interés al municipio, me abstuve de la votación”.
La edil añade que “ya hemos traspasado más de $50 mil millones en últimos años a la corporación. Sin embargo, estos altísimos montos no fueron utilizados en primera instancia para pagar la deuda previsional cuando se pudo haber hecho perfectamente y como se debió haber hecho. En su defecto, se decidió gastar la plata en otros ítems e insistir en el endeudamiento del municipio a 10 años. Al parecer, y tal como dijo la alcaldesa, a esta administración eso le parece un buen negocio. Sin duda es una decisión equivocada. Lo primero, siempre, es reducir gastos, y así pagar las deudas, sobre todo si son caras, y no pagarlas con más deudas”.
“Aquí no se rebajaron gastos. Al contrario, se aumentaron, pagando además altos sueldos habiendo funcionarios que no recibían lo mínimo para trabajar tranquilos, el pago de sus cotizaciones. Me parece mal. Esto nos pasará la cuenta, y aún así seguiremos con deudas, ya que con este crédito no se considera el pago total de la deuda de la corporación”, sentencia Antonia Scarella.
Por lo pronto, el contrato entrará en vigor a partir del 1 de julio, permitiendo a la Municipalidad de Viña del Mar incrementar su patrimonio en forma anual.