Embajador Benjamin en Twitter: "me han acusado de ser un 'maldito colonialista' o parte de la conspiración sionista"
Es el diplomático más opinante de la red. A través de @JonBenjamin19 dispara contra la homofobia, contra las barras bravas y hasta contra el PC y Camila Vallejo. En esta entrevista conocimos su verdadera relación con las redes sociales.
No puedes ingresar con celulares, menos con un notebook. Luego viene un detector de metales. Después, dos puertas de seguridad con código. Las medidas de seguridad para ingresar a la Embajada de Gran Bretaña parecen excesivas cuando Jon Benjamin, el mediático embajador británico, te invita a tomar asiento en su oficina para conversar sobre su relación con Twitter.
El diplomático, a través de su cuenta @JonBenjamin19, es opinante. Y no sólo de relaciones exteriores. Ha criticado al Partido Comunista chileno; ha apoyado la Ley Antidiscriminación; fue un improvisado corresponsal de prensa cuando publicó fotos de su reunión con Sebastián Piñera y Roger Waters y ha tratado de “hipócrita” a Camila Vallejo por sus declaraciones a favor de Fidel Castro.
Benjamin, con 26 de sus 50 años en diplomacia, asegura que ocupa la red social para “dar opiniones, políticas, hacer anuncios y compartir cosas graciosas” y que “mi fin es mezclar lo personal con lo profesional sin que se produzcan roces”.
Dice que no tiene asesores y que está atento a su cuenta “todo el rato, todo el día”, que tuitea por BlackBerry, “aunque a veces se pega” y que es “muy mañoso con la ortografía y me cuesta sacar las tildes. Muchas veces estoy en plena comprobación ortográfica y mando el tweet, sin querer, ¡y no entiendo por qué! Se va sin que esté listo ¿y qué botón apreté ahora?”.
-¿Lo han acusado de inferir en asuntos internos?
Me han acusado de muchísimas cosas: de ser un ‘maldito imperialista colonialista’ o parte de la conspiración global sionista. De ser pelotudo, de ser no sé qué. Existen muchas personas que por algún motivo trollean a los demás. Por qué, no sé. No quiero desperdiciar mi vida en pensar sus motivos.
-¿Cómo se logra ese equilibrio de entregar opiniones sobre política nacional sin interferir?
No expreso opiniones de la coyuntura política interna, pero por ejemplo si el PC manda condolencias al régimen que tiene por lejos el peor record de los DD.HH. en el mundo, Corea del Norte, tengo todo el derecho a opinar al respecto. No comento sobre la coyuntura interna en Chile, lo que pasa es que muchas veces me publican cartas, columnas los medios impresos y utilizo mediante un link para difundir y masificar más lo que ya me han publicado en otro formato. No son muchos los que me acusan de interferir, pero ¿qué es lo que quieren?, ¿que me ponga parco, fomísimo, aburridísimo, como lo son muchos embajadores de muchos países?
-¿Otros embajadores ocupan Twitter?
Son muy conservadores en su uso. Generalmente el servicio diplomático británico es mucho más avezado. La gran mayoría de nuestros embajadores, los que son cerca de 170 en el mundo, utiliza Twitter y Facebook. Es más, durante los tres o cuatro últimos años en la Conferencia anual de los embajadores, donde los embajadores británicos de todo el mundo se reunen en Londres con el Primer Ministro, hemos tenido un par de horas para conversar sobre las redes sociales con expertos. El año pasado fue uno de los mandamases de Google. Y no creo que ninguna otra Cancillería en el mundo haga eso.
-¿Existe algún instructivo del gobierno británico respecto a la relación que deben tener con redes sociales?
Sí, pero las del uso de nuestro sitio web, de Facebook, cualquier medio. No específicas para Twitter. Cómo no generar innecesariamente controversia, no contradecir la política del gobierno británico, porque soy empleado de ellos. No masificar cosas de mal gusto, como pornografía. No discrepa mucho en las reglas que fijan muchas autoridades. Es más bien de sentido común.
-¿Crees que las redes sociales han cambiado la forma de hacer política?
Sí, aunque menos que lo que algunos pretenden. Pero es mucho más fácil difundir información, hacer campañas. Me impresiona mucho positivamente, por ejemplo en la Primavera Árabe, donde represalias fueron difundidas rápidamente que anteriormente se mantenían en secreto. Cambia las maneras en que las noticias se difunden y cómo se producen las campañas políticas.
-¿Está de acuerdo con eso?
Es bueno, aporta a la transparencia y a la democracia, pero por otro lado, algunos auto denominados voceros de las redes sociales a veces pretenden un cambio político demasiado drástico. La manera en que se hace política, con políticos, elecciones, aún no ha cambiado tanto. Cuando Barak Obama fue elegido, yo vivía en New York, y fue impactante la manera en que movía y utilizaba las redes sociales, mientras que la campaña de John McCain, no se aferró tanto en la importancia de las redes sociales. Afecta la manera en que se hacen las campañas políticas, pero la campaña en sí y los argumentos, creo que no han cambiado tanto.
Roger Waters, Daniel Zamudio y movimiento estudiantil
-Estuvo con Roger Waters en el backstage en el Nacional…
Fui los dos días y el segundo día en el entretiempo compartimos con mi novia 20 minutos en el camarín con Roger Waters.
-¿Cómo terminó el episodio de Falkland-Malvinas con Roger Waters?
Él en un comienzo tenía la visión típica del anticolonialismo y le explicaba que no se trataba del clásico colonialismo porque existe cuando un pueblo está apoderado por otro pueblo contra su voluntad. Irónicamente a nuestro parecer entregarle los isleños a Argentina, sería el verdadero colonialismo, porque la gente no quiere pertencer a Argentina. Fui a verlo y conversamos una hora al respecto y cambió un poco su mentalidad. Lo que no tenía en cuenta al comienzo, encuentro yo, era el derecho de los isleños de opinar también. Lo que pasa es que, y no quiero expresarme con demasiado cinismo, pero cuando él expresó esa opinión tenía por delante 9 recitales seguidos en Buenos Aires y no se habían agotado las entradas.
-Asistió al funeral de Zamudio como una forma de apoyar la Ley Antidiscriminación. ¿Cuál es su opinión sobre ese proceso en Chile?
Como Chile es una democracia con una sociedad abierta, logra resolver esos temas. Pero existen estándares internacionales también. Existe cierto clacismo en Chile, una autodenomiada elite que a veces ve con desprecio a los demás y a mí también encuentro. Porque no correspondo con la imagen del típico embajador británico. Así que encuentro que Chile va en un buen camino pero falta mucho por hacer. La Ley está por aprobarse, en cuanto a Zamudio existe cierta homofobia en la sociedad, como en todas. Incluso unos trolls me han comentado “maldito maricón de no sé qué” suponiendo que soy gay, por defender la causa gay. Estoy en contra de toda forma de discriminación. Yo soy de ascendencia judía y reacciono igual frente a cualquier comentario antisemita. No creo que haya gran diferencia.
-En Chile, la gran mayoría de la clase política que se opone está fuertemente ligada a una derecha conservadora católica…
Sí , puede ser. En mi propio país hemos avanzado mucho en mucho más tiempo que Chile, que comenzó este camino en unos 20 años, que es poco tiempo para lograr convertirse en la sociedad más moderna del mundo. Está bien encaminado, sobre todo cuando se compara a Chile con los demás países sudamericanos, Chile está mucho más avanzado en muchos aspectos. Lo más importante es que exista un debate nacional. Uno nunca sabe hasta dónde va a llegar tal debate. Pero la existencia del debate es muy importante, más que lo que la gente aprecia.
-¿Qué opina del movimiento estudiantil, que ocupó las redes sociales para comentar el proceso y para convocar a las manifestaciones?
Es muy interesante verlo como extranjero. Son muchas las protestas sociales. Mayoritariamente estudiantiles, pero también por el tema de las represas y proyectos energéticos. Por un lado es una buena señal , porque en los países que se van desarrollando se van a producir movimientos. Creo que la ola de protestas en Chile también tiene que ver con esas desigualdades en la sociedad y eso no es algo meramente chileno, existe y ha existido en muchos países del mundo. En cuanto a la educación, lo que me llama la atención es que se enfoca 99 por ciento en la parte universitaria, que es importante, pero si la meta es desmantelar las desigualdades de a poco hay que hacer frente al problema educativo en el prekinder y en las escuelas básicas.
– Una de sus consignas, para superar esa desigualdad, es educación gratuita y de calidad en todos los niveles. ¿Está de acuerdo con eso?
Más allá de lo superficial, al final del día la gratuidad no existe. Alguien tiene que pagar. Los contribuyentes a través de sus impuestos, o el gobierno, pidiendo prestada la plata a no sé quién. Hay que tener cuidado con eso. Sí estoy a favor de que la máxima cantidad posible de gente tenga acceso, pero la gratuidad completa no existe. Alguien tiene que pagar. Ningún país en Europa tiene absoluta gratuidad. Los estudiantes tienen que aportar.
– Usted llegó con Bachelet pero le tocó Piñera…
Entregué mis credenciales a (Michelle) Bachelet cuando le faltaban tres meses de mandato. Pero pasa que yo fui denominado por el Primer Ministro anterior, Gordon Brown, laborista, y ahora sirvo al Primer Ministro David Cameron que es conservador. Existe una tradición en el Reino Unido de un ‘funcionarismo’ apolítico.
¿Puede hacer una comparación de la forma de hacer política entre ambos?
Es un buen ejemplo de lo que decíamos que no me voy a entrometer demasiado. Tengo realmente una súper buena relación con ambos y además encuentro un poco injusto con Bachelet, como yo como funcionario británico, ella es alta funcionaria de las Naciones Unidas, a ella no se le permite entrometerse en la política interna de su país y mucha gente olvida eso. Mi tarea es fundar buenas relaciones con quien forme el gobierno en Chile.
– Le voy a sacar una foto, haga como si tuiteara algo por el celular…
¿Cuál es el usuario de El Dínamo? Listo, ya los sigo 🙂