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Actualizado el 16 de Octubre de 2018

A la espera de la reforma: ¿Qué es integrar el sistema tributario?

Según señaló el ministro de Hacienda Felipe Larraín, sólo restarían "días" o incluso "horas" para el ingreso del proyecto de reforma tributaria que presentará el gobierno. Pese a esto, ya se conocen algunos ejes que tendrá la iniciativa.

Por Noemí Arcos
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Según señaló el ministro de Hacienda Felipe Larraín, sólo restarían “días” o incluso “horas” para el ingreso del proyecto de reforma tributaria que presentará el gobierno. Pese a esto, ya se conocen algunos ejes que tendrá la iniciativa.

Uno de los más importantes sería la reintegración del sistema tributario. Es decir, retornar al modelo utilizado en Chile hasta antes de la reforma implementada durante el gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet.

En concreto, el sistema integrado permite que luego que una empresa paga el impuesto de primera categoría por el total de la utilidades de un año, las ganancias restantes sólo son gravadas en caso que sean retiradas. Por el contrario, si son destinadas a reinversión o ahorro en la compañía, postergan sus impuestos. Esto, a diferencia de los trabajadores dependientes que tributan por el total de sus rentas.

Además, este sistema permite que dueños de empresas puedan rebajar sus impuestos incluidos en el global complementario, a través de lo cancelado por sus sociedades.

Para el diputado de Revolución Democrática, Giorgio Jackson, con este anuncio del gobierno se comienza a “resolver el puzzle tributario”, pero son “malas noticias para Chile”.

“Lo que anuncia el gobierno es que esto no será una modernización tributaria, sino una respuesta a lo que han venido pidiendo los empresarios: que sus empresas no paguen realmente impuestos, sino que el 100% lo puedan contar cómo crédito cuando a ellos les toque pagar impuestos. De eso hablamos cuando decimos reintegración tributaria: de retroceder en justicia tributaria porque sólo va a beneficiar a las empresas con mayores ganancias del país“, señaló el integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.

El sistema actual

Con la implementación de la reforma a partir de 2017, comenzó a operar un sistema “parcialmente integrado”, porque mantiene algunos mecanismos, como reconocer la totalidad de los impuestos ya pagados por la empresa. Además, los socios como personas individuales deben hacer un pago adicional posteriormente, descontando en un porcentaje de lo ya pagado.

Esta forma de pago de los impuestos es una de las características que hacen engorroso el sistema a juicio del abogado tributarista Matías Robertson.

Para él, una de las razones por las que se mantuvo este “doble paso” son los tratados de doble tributación que mantiene Chile con otros países: la llamada“cláusula Chile”.

Esto se refiere a que las empresas pagan la tasa de impuestos establecida en el país y no las tasas especiales que se mencionan en los acuerdos internacionales, condición que se mantiene mientras el país tenga un sistema integrado de tributación. De esta manera, si la reforma tributaria hubiese sido aplicada como venía en el proyecto hubiese “roto” la “cláusula Chile” en los acuerdos de doble tributación, explica Robertson.

En la práctica, eso hubiese significado que a las empresas extranjeras se les hubiese tenido que devolver dinero de los impuestos ya pagados en Chile.

Para Alejandro Alarcón, economista de la Universidad de Chile, un sistema integrado da más beneficios que costos porque permite identificar mejor cuáles son las fuentes de ingresos que hay que gravar, aplicando las cargas tributarias donde se originan las rentas.

Agrega Alarcón que la recaudación que tiene un sistema está asociada fundamentalmente a la actividad del país: “Cuando los niveles de actividad son bajos y los sistemas son complejos, se tiende a recaudar menos, no se entiende bien y las autoridades mismas no entienden bien lo que están cobrando y eso es lo que pasó con la reforma tributaria anterior, en la que la recaudación cayó a menos de la mitad de lo que se pensaba recaudar por los niveles de actividad y la complejidad”.

Por su parte, el socio de Robertson Catalán Abogados menciona además que la pregunta de fondo debe plantearse sobre qué se busca en el sistema tributario. Si la respuesta es mayor recaudación, una de las formas de lograrlo es a través de subir las tasas, porque efectivamente se subieron las tasas de pago de impuesto por la vía de tener un menor crédito.

Incluso comenta que otras propuestas son llevar la tasa máxima del global complementario más bajo de 35% pero las tasas de primera categoría más altas cercanas a un 30% y menciona el caso de Estados Unidos, en donde la administracion de Donald Trump bajó las tasas de impuestos y la recaudación general subió, sin que haya habido un peak de crecimiento económico.

“Hay estudios internacionales bastante comprobados que mencionan que no es la tasa lo que incide en la recaudación en un sistema, sino que la confianza que tiene la gente en ese sistema, de manera que no se busque evadir o eludir el pago de los impuestos. Mientras más sencillo y más simple sea un sistema, mayor es la confianza que tiene la gente en ese sistema y menor la disposición a eludir, tanto para las personas como para las empresas, por lo tanto, mayor es a la larga la recaudación”, comenta Robertson.

La implementación de la reforma tributaria, agrega, tuvo un efecto en el crecimiento económico de manera directa o indirecta, razón por la que la recaudación no fue la esperada.

“La tasa que se establezca no es relevante en la práctica, lo principal es el crecimiento económico, y por lo tanto el nivel de utilidades que tienen las empresas y la confianza en el sistema a través de la sencillez del sistema a implementar”, comenta el abogado tributario.

Otro de los ejes del proyecto del gobierno sería aclarar las normas antielusión con las que cuenta el Servicio de Impuestos Internos (SII).

Al respecto, Robertson asegura que su complejidad en la ejecución genera mucha incertidumbre para su utilización y que no se han aplicado en tres años de vigencia, basado en su propia experiencia como planificador tributario.

“Las herramientas que tiene ahora el SII no estarían siendo prácticas ni se estarían utilizando por su complejidad, con sanciones demasiado elevadas para ser aplicadas en situaciones de menor gravedad y reemplazando otras herramientas que servían para los mismo efectos de manera más sencilla”, asegura.

Robertson agrega que en vista a mejorar la recaudación se podrían implementar otras medidas, como por ejemplo, terminar con las devoluciones de excedentes de impuestos de primera categoría de manera de aumentar la recaudación equiparando de esta manera las condiciones de un trabajador dependiente con las de un socio de empresa.

Alarcón asegura, por su parte, que lo importante es que se aumente la recaudación del sistema y que se implementen tasas óptimas, “entendida como aquella que maximiza la recaudación fiscal y esa es una de las dimensiones más importantes de los impuestos, la dimensión de la equidad y la eficiencia. Lo que hay que incentivar son las inversiones de los pequeños para que un sistema tributario no se convierta en óbice de mayores niveles de actividad”.

En esta línea, asegura, las tasas de la anterior reforma tributaria no eran óptimas, ya que se disminuyó la recaudación e incidieron en los índices de actividad económica. “No hay dudas que la actividad bajó por la reforma tributaria. El país está en una trayectoria de crecimiento económico bastante aceptable, por lo tanto, estos cambios tienen que ver con el mejoramiento de la tasa estimada del 4% proyectado para este año”, comenta.

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