Brusca caída en los nacimientos en Chile: casi el 20% de los partos en 2024 son de hijos de inmigrantes
De acuerdo a lo informado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), los nacimientos en Chile cayeron de 14.757 en junio de 2023 a sólo 10.561 en igual mes de este año.
Hasta el año 2015 los nacimientos mensuales en Chile promediaban los 20 mil, pero de acuerdo a lo revelado en los últimos días por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en junio pasado nacieron 10.561 guaguas en el país, frente a los 14.757 partos ocurridos en igual mes del año pasado.
Para saber qué implica esta caída de la natalidad para los chilenos y el desarrollo del país, EL DÍNAMO conversó con la directora (i) de la Escuela de Medicina de la Universidad Diego Portales, Nelly Alvarado, y el sociólogo y académico de la Universidad Central, Rodrigo Larraín.
Según apunta este último, la baja en la natalidad responde a factores sociales, culturales y económicos, y, adelanta, se va a mantener en el tiempo, “porque la gente empieza a pensar que para salir de subdesarrollo hay que tener menos niños, y de ahí que todos los países se embarcan en políticas de control de la natalidad. En Chile empezó a mediados de la década de los 60, cuando aparecen los anticonceptivos y se venden en farmacias y se reparten en los servicios de salud”.
Pero además el tema se complica porque, según alerta, “no sabemos cuántos somos en Chile. El censo todavía no termina y mucha gente reclama que nunca fue censada, así que no sabemos de qué calidad fue el proceso. Y el anterior censo, que se hizo en el gobierno del ex presidente Sebastián Piñera, no resultó. Entonces, no sabemos cuántos somos los habitantes de Chile”.
Mujeres empoderadas postergan la maternidad
En tanto, Nelly Alvarado señala que es muy importante visualizar este fenómeno no solamente desde la perspectiva demográfica, sino también social, de cómo están viviendo las personas el tema de la paternidad y la maternidad, así como las libertades individuales y la autorrealización. “Es decir, la mujer ha migrado de estar sometida en la casa, teniendo hijos y cocinándole al marido, a una mujer empoderada, estudiosa, trabajadora, que posterga la maternidad“, asegura.
Estamos viendo mujeres embarazadas mucho más tarde, mayores de 35 años, algo que antes no se veía. Por ejemplo, cuando estudié medicina y el embarazo era sobre los 30 años, hablábamos de gestante añosa”, complementa la experta en salud pública.
Una visión con la que concuerda Rodrigo Larraín, quien precisa que “lo que tenemos hoy en día es que muchas mujeres esperan estudiar, titularse, hacer un posgrado, trabajar y viajar antes de ser madres“.
Pero a la vez el sociólogo dice que “la gente se pregunta que si envejecemos como población, ¿quién va a trabajar? Entonces, algunos piensan en los extranjeros, que con ellos se renovará la población, pero eso no tiene mucho sentido, porque quienes llegan a residir en Chile terminan viviendo como chilenos, así que van a disminuir su natalidad. Además, los extranjeros de estratos más altos ya se comportan como chilenos y tienen pocos hijos“.
20% de los nacimientos en Chile son de mujeres migrantes
Nelly Alvarado entrega una perspectiva distinta sobre el tema y recalca que gran parte de la población migrante en Chile está constituida por personas en edad fértil.
De hecho, en 2017, casi el 6% de los partos eran de mujeres migrantes, mientras que en 2024 casi un 20% de los partos correspondieron a mujeres migrantes. “Es decir, estamos nutriéndonos de partos de la población migrante, porque o si no, claramente el número de población infantil proyectada sería mucho menor“, puntualizó.
No obstante, coincide con Larraín en cuanto a que es altamente probable que los hijos de padres extranjeros se adapten a la realidad del país, y si sus pares y amigos no están interesados en tener hijos, ellos tampoco lo estarán o tendrán uno o dos hijos como máximo.
Por eso, y ante la realidad de que muchas mujeres no quieren tener hijos, la médico cirujano manifestó que “habrá que tener alguna política de motivación con estímulos económicos y otros. No creo que lleguemos a eso todavía, pero está dentro de las posibilidades”.
Para Larraín, en tanto, “este es un zapato chino, una cuestión bien complicada, porque necesitamos gente joven que trabaje en el país. Chile tiene problemas de productividad más o menos grandes, así que no solo necesitamos tener más gente, sino que necesitamos mejorar la educación, porque si no vamos a bajar la riqueza del país de una manera significativa. O sea, vamos a ser viejos pobres todos, no solo los pobres“, concluye.