Nomofobia: ¿Cuán dependientes somos del celular?

¿Te suena conocido?: Regresar en busca del celular cuando lo olvidamos al salir; resistirnos a apagarlo en cines, teatros e incluso aviones; chequear el mail o actualizaciones de redes sociales una y otra vez y acceder a información en cualquier momento y lugar. Estas pequeñas situaciones cotidianas, impensadas unos años atrás, nos demuestran cómo nuestra vida está profundamente atravesada por el uso del celular, más específicamente del smartphone.

Aunque las innovaciones tecnológicas tienen un correlato en el entorno social, algunas son mucho más evidentes y concretas para sus usuarios. El teléfono móvil es un buen ejemplo. Y es que se ha convertido en parte fundamental de nuestras vidas, modificando algunas formas de trabajar, divertirnos, comunicarnos o realizar transacciones; delineando nuevas normas para las relaciones y los intercambios sociales.

Es así como no es raro que aparezcan nuevas obsesiones o fobias relacionadas con la necesidad de estar conectado de forma constante e instantánea, esto se conoce como nomofobia. Este término comenzó a utilizarse hace algunos años para hacer referencia a la fobia a no tener el celular a la mano y proviene del inglés “no mobile phone phobia”.

El primer estudio sobre nomofobia, realizado hace cuatro años en Inglaterra, reveló que el 53% de la población sufría de esta condición. Más recientemente, la consultora inglesa SecurEnvoy reveló que esta cifra ha aumentado a 66% y no muestra signos de disminución.

Hablamos de una tendencia que sin duda se replica en Chile. Para muestra sólo un par de datos: datos de las mismas empresas de telefonía indican que a principios de 2012, la cifra de celulares superó los 22,7 millones en el año anterior. De esta manera, la penetración de este tipo de tecnologías en el mercado local alcanzó a 133%. Si en 2010 existía 1,16 celulares por habitante, el año pasado esa relación subió a 1,33.

Igualmente la firma Apple optó recientemente por instalar en Santiago sus cuarteles centrales a nivel de latinoamérica, argumentando que nuestro país lidera  la penetración de los smartphones y tiene el mayor desarrollo tecnológico en la región.

La tendencia a la adopción de smartphone se mantiene en alza y se espera un crecimiento exponencial en el corto plazo. Pero más allá del volumen de usuarios, lo que ya es evidente es que para éstos se ha convertido en parte integral de su vida cotidiana, un dispositivo que concentra toda su información y se ha vuelto indispensable.

Esta conexión instantánea y constante da lugar a nuevos comportamientos, hábitos y formas de comunicación, en definitiva, a un nuevo modo de vida que se presenta como dinámico y en constante transformación.