Sufrir insomnio debilita el cerebro
Algunos agentes potencialmente neurotóxicos podrían afectar el funcionamiento neuronal e inclusive propiciar la muerte de neuronas.
Una investigación realizada en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa (UAM-I) reveló que la pérdida crónica de sueño puede provocar que ciertas moléculas neuorotóxicas que circulan por la sangre se transporten hasta el sistema nervioso central e interfieran con el funcionamiento de las neuronas.
La doctora Beatriz Gómez González, profesora-investigadora de la UAM-I y titular del proyecto científico, explicó que ese fenómeno se origina debido a una alteración en una parte del sistema nervioso central llamada barrera hematoencefálica, que es el componente encargado de proteger al cerebro de agentes potencialmente neurotóxicos.
A través de la inducción de pérdida de sueño sobre algunos animales, la especialista de la UAM-I y su grupo de colaboradores indujeron pérdida de sueño en algunos animales y corroboraron que entre más largo era el lapso de insomnio, las uniones de sus vasos sanguíneos cerebrales comenzaron a degradarse. “Los vasos sanguíneos ya no se encontraron tan estrechamente unidos, por lo que se observó que algunos elementos podrían atravesar esa barrera y llegar propiamente al tejido cerebral”, detalló la investigadora.
De ingresar al cerebro, algunos agentes potencialmente neurotóxicos podrían afectar el funcionamiento neuronal e inclusive propiciar la muerte de neuronas. Por ejemplo, señaló la especialista, un agente llamado glutamato monosódico que se encuentra en una amplia gama de alimentos procesados podría causar daños neuronales por sobreactividad de esas células (excitotoxicidad), aunque la gama de agentes con capacidad neurotóxica que circulan por la sangre es muy extensa.
Por otro lado, el grupo de investigación de la UAM-I estudia los riesgos que podrían originarse a consecuencia de la administración de algunos fármacos ante el incremento en la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, inducida por la pérdida crónica de sueño. La doctora Gómez González refirió que, con base en algunos estudios, se ha podido confirmar que algunos antihistamínicos de segunda generación permean en el tejido cerebral ante la manifestación de ese fenómeno.