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Actualizado el 2 de Noviembre de 2018

Wildo de la Nueva Ola: “Me imagino que los cabros que van a hacer un portonazo van en el auto escuchando a Bad Bunny”

Junto con comentar su evaluación respecto de los artistas actuales y recordar los éxitos de la Nueva Ola, Wildo marca postura política. "Yo no tengo nada de facho. Acepto todo esto y me he quedado callado, pero tenía ganas de responder", dice.

Por Johanna Watson
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Wildo está de regreso con su proyecto musical “Los Inolvidables de Siempre” que reúne a clásicos de la Nueva Ola como Germán Casas, Pollo Fuentes, Hermanos Zabaleta y Horacio Saavedra, en un show lleno de nostalgia que promete emocionar hasta las lágrimas. Quisimos saber en detalle de qué se trata esta nueva propuesta, pero también repasar su historia, sus éxitos y anécdotas como músico en el Chile pre y post dictadura. Conversamos en un conocido café santiaguino, de lo humano, de lo no tan humano y de música, que es lo divino.

-Desde siempre has estado vinculado al deporte, participaste en un equipo de fútbol que se llamaba “Por la Chupalla”.

-La Revista Ritmo, a fines de los 60, hizo un campeonato de fútbol con artistas que fue un boom. Era los domingos en la mañana, se hizo un año en el Gimnasio Nataniel y el otro en el Estadio Chile. La revista era la entrada para asistir al evento. Se repletaba, la gente llegaba a las cuatro de la mañana. Los nombres de los equipos eran chistosos, nosotros éramos “Por La Chupalla”. El primer año, en mi equipo jugábamos el Pollo Fuentes, Pedro Messone, que era llamativo para las mujeres, y yo. Al segundo año entró Buddy Richard. El principal era el Pollo, la mitad del Gimnasio Nataniel y del Estadio Chile, estaban las “chicas de amarillo”, con los pompones y todo eso.

-¿Quiénes estaban en los otros equipos?

-Los Quilapayún tenían un equipo, El Cura Hasbún también, se llamaba “Chancho En Misa”. Lo curioso de ese campeonato es que jugó gente de diferentes sectores. Eran como diez equipos, fue un fenómeno, salías con una contusión acústica del gimnasio por que mientras duraban los partidos, había un grito permanente.

El equipo más fuerte eran los “Si Me Aprietan Grito”, ahí estaba César Antonio Santis, ellos salieron campeones. Estaba Víctor Jara también, jugaba con Quilapayún. Aún no estaba tan politizado el tema, Víctor Jara era un tipo súper normal, yo creo que él se ha mitificado con el tiempo por la forma en que fue asesinado. A lo mejor, si no lo hubieran matado habría pasado más desapercibido. Sin querer, los que lo asesinaron, hicieron un tremendo nombre en el mundo. Porque Víctor Jara es conocido por lo que le pasó a un cantor por no estar de acuerdo con ideas políticas. Pero en esa época del campeonato, veíamos en la cancha a Víctor Jara y al Cura Hasbún, imagínate. Hoy día no le cabría la idea a nadie de que pudieran compartir algún evento un ícono de la derecha con Víctor Jara. Obviamente eran otros tiempos. A nadie le importaba, no teníamos el trauma político, a mí me daba lo mismo jugar con los Quilapayún o con los Quincheros. Hoy también me daría igual.

La dictadura de lejos

“Viví casi nueve años en México, me fui el año 73, doce días antes del Golpe. Tenía 24 años, fui a buscar una opción nueva de vida, a probar suerte con el canto. Me quería ir, vivir acá se hacía insostenible: no había nada, producto de lo que todos sabemos, le hicieron un boicot a Chile y las consecuencias las pagó el ser humano común y corriente”, recuerda Wildo.

Y agrega: “Me tocó vivir muy cercano al exilio, México fue de los primeros países que abrió sus puertas. La Tencha Bussi de Allende llegó a vivir para allá. Cuando llegué, salí con una chica que vivía en ‘La Unidad Modelo’, un lugar donde se le asignaron departamentos a los exiliados. Tuve mucho nexo con Pedro Vuskovic que había sido Ministro de Economía de Allende”.

-¿Cómo te enteraste del Golpe?

-Al principio había cierta incredulidad con lo que pasaba en Chile, los que vivíamos allá nos costaba creer. Pero hay imágenes que son súper fuertes para mí, como cuando vi en llamas La Moneda, lo vi en televisión a color. Ese día había una lista de espera de quinientas personas para llamar a Chile, había que llamar por operadora, inscribirse, era un lío. Yo quería saber qué pasaba acá, estaba toda mi familia, más una tía que me había criado que vivía en el centro.

-¿Volviste en ese período?

-Vine en dos oportunidades: el 76 y el 81. Para mí el 76 fue como ir a Irak. Vine al matrimonio de mi hermana. Fue súper dramático, yo venía de un país con libertad absoluta. Cuando llegué, lo encontré un país gris, tengo grabado el día que llegué. Salí a caminar y la situación era de guerra, el toque de queda, los militares en la calle, los fusiles, etc. Ahí me empezaron a contar cosas sobre lo que estaba pasando. La gente tenía miedo, me acuerdo que fui al estadio a ver la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Cruzeiros, y en el estadio me decían que no hablara muy fuerte, que no despotricara contra los carabineros. No podía creerlo.

No me dieron ganas de quedarme, te quiero ser súper honesto, en esa época me preguntaba por qué no había nacido en México, sentía que ese era mi país.

-Representaste a Chile en la OTI 83. ¿Cómo fue la experiencia?

-Me vine el 82 a Chile, empecé a aparecer en televisión, en Sábados Gigantes. Antonio Menchaca, un productor famoso en esa época de Sábados Gigantes, me sugirió que me metiera a la OTI. Lo gané y eso me reinsertó. En ese momento, el Festival era transmitido por todos los canales. Después participé en Martes 13, en el Festival de Viña y clasifiqué entre las primeras canciones. Pero la OTI fue lo más importante, me tocó en Washington, con toda la parafernalia del Estado Norteamericano.

-¿Recuerdas alguna anécdota?

-Esto nunca lo he contado: me invitó a almorzar una amiga a Vitacura. Cuando llego, estaba lleno de autos y policías. Adentro estaba el General Mendoza. Almorzamos en unos jardines atrás de la casa, yo andaba medio desarmado, chascón y todo, mi amiga me presenta “el es Wildo, mi amigo”. Sacaron una guitarra y canté. El General Mendoza me pregunta qué se me ofrece, le dije “mire, lo que quiero es que demos una buena imagen del país, con una delegación que sea respetada, quiero ir bien, como la gente”. Estaba ahí su edecán, lo llamó y le dijo “anota lo que Wildo quiere”. Entonces, le pedí que fuera Antonio Vodanovic, que fuéramos oficialmente recibidos por la Embajada en Estados Unidos, y que tuviéramos un viático importante. Yo siempre he sido despierto en esas cosas, pero pensé que era una cuestión protocolar no más, para sacarse el pillo, pero fue efectivo, al rato me confirmaron a Vodanovic en la delegación. Fue divertido, llegamos a Washington, y estaba el embajador que nos recibió fantástico.

Otra cosa que nunca he contado es que antes de irme a la OTI me llamó el director de TVN, que era un General, no me acuerdo el nombre, pero fue una llamada rarísima. Se me citó a una reunión con él y me dijo que tuviera cuidado con lo que iba a declarar. Y me advirtió que la transmisión iba a ser “diferecta” es decir, que venía desfasada como por cuatro minutos, entonces, si me mandaba alguna cagada, tenían tiempo de editar. El programa en esa época lo veían quinientos millones de personas en América, España, Portugal. Ellos temían que yo saliera y dijera “Libertad para el pueblo” alguna cosa así que podría haber sido, de hecho pasó con un grupo, Mr. Mister, que en Viña del Mar en plena dictadura leyeron un manifiesto.

-¿Y no sentiste un compromiso al aceptar esta ayuda del General?

No, lo tomé como una ayuda musical, un apoyo. Yo me comprometí a ser una persona correcta no más, lo que tenía que ser. Me dijeron que tuviera cuidado con las declaraciones, que había una campaña contra Chile en el exterior, y la verdad, lo que menos me interesaba era meterme en un tete. A mí me importaba lo artístico, y la verdad fue fantástico haber ido, no me arrepiento. Ese año que fui me tocó una OTI súper politizada, de hecho había algunos países que no iban a votar por Chile.

La Nueva Ola

-Fuiste admirador de la Nueva Ola y luego te convertiste en parte de ella. ¿Qué sentías cuando todo se estaba dando?

-Debo haber tenido unos diez años y mi mamá me llevó a la primera Fisa, que se hacía en Quinta Normal y vi cantar a Peter Rock. Una vez me tocó estar en una kermesse en el colegio de mi hermana y tocaron Los Ramblers, con Germán Casas, salí fascinado. Fue una época fantástica. Las canciones tienen esa magia, la emoción que a una persona le produce escuchar una canción, yo también la siento. Hay canciones de la Nueva Ola que son atemporales. Entrar a ser parte de ellos era increíble, a mí me pasó lo que le pasa a muchos jugadores de fútbol. Ellos, cuando tienen trece o catorce años, admiran a los que están jugando en primera división, y de repente, el chico cumple veinte años y se encuentra compartiendo el camarín con un jugador que admiró toda la vida, esto es lo mismo.

-¿A quién admirabas?

-Me emocionaba y me sigue emocionando la Cecilia, me dan ganas de abrazarla y todo eso. Cuando la veo, no cantar, si no que en persona, y es mi amiga y me quiere y yo la quiero, pero todavía me produce emoción verla. También me emociona sentir cantar a Miguel Zabaleta, y comparto con él escenario. Cuando canta Miguel, me produce una emoción tremenda porque cuando pegó la canción “Al pasar esa edad” yo tenía quince años y todo ese proceso que uno tiene que va pasando de niño a adolescente, que te enamoras de la vecina o de la chica que pasa, todo esa sensibilidad en esa época de la vida, mucho tiene que ver Miguel, él y Antonio eran los Red Juniors. Entonces, cada vez que escucho a Miguel, me acuerdo de cuando estaba pendejo.

El poder de la música

“Hay una cuestión importante en la música. La música tiene lo que no tiene la imagen, tiene la capacidad de transportar, hay música que me evoca hasta el aroma que había en un momento, hay como impactos que te quedan en la memoria. Yo puedo escuchar mil veces “A Tu Recuerdo” de los Red Juniors, la puedo escuchar ciento cincuenta mil veces y no me va a aburrir”, dice Wildo.

-¿Te sentiste en desventaja frente a los demás en algún momento?

-No, lo que sí me pasó es que cometí un error táctico, cuando volví a Chile el 83 y gané la OTI, me quise desvincular de la Nueva Ola. Tenía 36 años y decían “El cantante de la Nueva Ola” y no me gustaba ¿cachay?. Cometí un error, por que me distancié. Por mi lado tuve todos los hitos de la OTI, Martes 13, Viña, los éxitos que tuve solo, me graba José José, después empecé a producir, a La Sociedad, a Ariztía, yo no quería estar pegado en la Nueva Ola. Fue un error, me quedé sin querer en tierra de nadie.

El Pollo Fuentes, Germán Casas, Buddy Richard, son emblemas, los característicos, yo venía en la segunda línea, hoy en día tampoco soy la primera opción cuando piensan en un show par adultos, recién con esta cuestión de “Los Inolvidables de Siempre” ha cambiado la cosa. Yo lo comparo con una carrera de caballo, como que iba atrás y me metí entre los primeros lugares.

-El mexicano José José grabó “Como tú” un tema de tu autoría. Además grabaron temas tuyos Pandora y Los Ángeles Negros. ¿Qué significó esto para tu carrera?

-Fue un pencazo por que la canción fue número uno, José José vino a un Martes 13, lo fui a buscar al hotel, porque es mi amigo hasta el día de hoy, y en el auto le mostré el tema “Como Tú”. Me dijo “pásamelo” y lo grabó. Cuando te graba un gallo de ese tamaño, es otra dimensión si la canción pega, empieza a tener versiones por todos lados, hasta hoy me sorprendo. Las Pandora también me grabaron en un álbum, Los Ángeles Negros hicieron “Quiera Dios” que es un tema mío con Buddy Richard y pegó fuerte también. Germaín grabó muchas de mis canciones. Pero el más importante fue lo de José José, por la magnitud del tema y después apareció en salsa, bolero, y varios estilos, hasta hace poco no sabía que la había grabado Rodrigo “El Potro”, que en Argentina era power.

-Representas a muchos artistas que tuvieron su apogeo en una época donde el negocio de la música funcionaba de otra manera. ¿Cómo ves con tu experiencia la actualidad de la industria musical en Chile?

-Hoy día las plataformas digitales son las que la llevan, una canción como “Despacito” tiene 300 millones no se cuánto de visitas, o sea, la música ahora tiene otra dinámica. Yo pensé por ejemplo que el reggaeton iba a ser una moda rápida, pero lleva instalado como 20 años. Ha tenido ciertas transformaciones. La música tiene mucho que ver con lo que está pasando con la gente, la sociedad.

Esa frescura que tenían las canciones de la Nueva Ola hoy no tendrían espacio. ¿Por qué? porque el mensaje de las canciones es distinto, yo tengo un hijo que tiene diecinueve años, que le gusta el trap.

-¿Y le gusta el reggaeton a tu hijo?

Es onda mas trap, es más Bad Bunny, hay una etapa en que los chicos empiezan a encontrar el reggaeton muy popular. Él está en esa, pero rapea bien. Bad Bunny, es un tipo con un mensaje súper agresivo, las canciones tienen momentos sociales, políticos, económicos. Me imagino que los cabros que van a asaltar, a hacer un portonazo, van en el auto escuchando a Bad Bunny.

-¿Cómo observas a los nuevos músicos o bandas que entran en el mercado nacional?

-Chile es un país de bandas más que de solistas. Desde ¨Los Ángeles Negros¨ en adelante, bandas que le cambiaron el ritmo a Hispano América. El último tiempo se ha producido un fenómeno especial que rompió el machismo que había, que decía que las mujeres no vendían y hoy día la principal es Mon Laferte que es chilena. Camila Gallardo, Francisca Valenzuela, son gallas con power, tienen un nicho potente. Creo que lo que pasa con Mon Laferte no pasaba desde Cecilia, escucha lo que te digo. Hay cantantes súper importantes en la historia de la música chilena, pero así de potentes, Mon Laferte y Cecilia.

-¿Qué piensas sobre la poca difusión que entregan las radios a los nuevos grupos o cantantes nacionales?

-Las radios pertenecen a conglomerados que obedecen a un directorio. Las canciones, antes las decidía un programador, hoy las decide un comité, entonces, hay poca difusión pese a este 20% que obliga a las radios a tocar productos nacionales. Desde que entró la empresa privada a las radios les interesa ver números azules, y si el raggaeton y todo este tema se los da, no hay más que hacer. Afortunadamente existen otros conductos como las plataformas digitales que son importantísimas.

-¿Cómo es el campo laboral en la industria musical cuando se han pasado los 60 años?

-Hoy día, a los gallos de la Nueva Ola típicos les va mucho mejor que cuando eran lolos. Hay 5 o 6 que se llevan todas las pegas y no cobran barato, tienen un excelente pasar, ninguno está afligido ni nada. Chile es un país de gente adulta, entonces, hay una necesidad de cubrir a cierto nivel de gente. Mientras existan los cantantes de la Nueva Ola, y mientras haya gente que los quiera ver esto va a seguir. En 30, 40 años más cuando ya no estemos físicamente, se va a recordar. El tango se hubiera terminado por que todos los cantantes de tango murieron, se murió Carlos Gardel y el tango siguió.

-Te das el tiempo de escuchar sobre las nuevas agrupaciones y cantantes chilenos? ¿Tienes algún predilecto/a? 

-Encuentro que Chile tiene baladistas extraordinarios, Andrés De León, Mario Guerrero, me gusta Manuel García aunque no es mi estilo. En los últimos años, los cantautores chilenos son como fomes entre comillas, son muy lánguidos, tienen poco cambio de ritmo. Pero a la gente le gusta Pablo Herrera, El Keko Yungue, Alberto Plaza, todo ese grupo son característicos de Chile. Manuel García es más avezado en sus letras.

-¿Has escuchado Gepe?

-Si, lo encuentro espectacular, es el que más me ha gustado. Es percusionista, tiene una variedad de ritmos en sus canciones, ha usado el ritmo norteño, la parte entretenida del folclore de nosotros, porque tenemos un folclore que no se baila. Para bailar cueca o resbalosa tienes que hacer un curso, y él ha usado esto que se puede bailar. Me encanta, lo encuentro interesante.

-¿Qué opinas del Fondart?

-He escuchado comentarios negativos, que son beneficiados políticamente y cosas así. Si es un fondo que es para apoyar al arte bienvenido, ojalá que tenga la imparcialidad de ser para todos.

-Eres parte del elenco “Los Inolvidables de Siempre” donde junto a Pollo Fuentes, Hermanos Zabaleta, Germán Casas y Horacio Saavedra, se reúnen para brindar un show en conjunto.

-¨Los inolvidables de Siempre¨ es un proyecto que siempre imaginé. Yo transmití la idea a los demás y les pareció. Estoy súper orgulloso de haberle dado movimiento, existía la necesidad de hacer algo distinto, darle otro toque al asunto, ya la cuestión de la Nueva Ola que sale uno detrás del otro a cantar, está desgastado.

Lo de ahora está basado en un concierto de Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén y Miguel Ríos que se llama “El Gusto es Nuestro”. Nosotros cantamos 32 canciones en el show, y todas son éxitos. Queríamos ponerle smoking al tema, salir con una orquesta la raja, sonando la raja, con ingenieros en sonido, etc. Somos un staff de 25 personas. Llevamos cuatro funciones y la recepción ha sido fantástica, he visto gente llorando. Para la gente somos como los rock star de su época, te tiran cosas al escenario, te abrazan, la gente ama a los artistas de la Nueva Ola.

Por eso a mí me duele muchísimo leer en páginas del Arena Monticello donde ponen “estos eran los que hacían reír a Pinochet” ,“Pinochetistas”, “fachos”. Yo no tengo nada de facho. Acepto todo esto y me he quedado callado, pero tenía ganas de responder, cuando pensé en este proyecto, jamás pensé en lo de “fachos”. El hecho que cante con Antonio Zabaleta no significa que comulgue con él, ni que él comulgue con mis ideas. Horacio Saavedra es concejal de la UDI ¿qué voy a hacer? ir a decirle: “Maestro, cuando yo cante, usted no toque porque usted es de la UDI”. Yo tengo el derecho de elegir cómo ganarme el dinero y el sustento para mis hijos, o un doctor va a un hospital y al gallo que atiende le dice “¿y usted de qué partido es?”.

Yo nunca he aparecido en nada político, en la franja de nadie, ni dando declaraciones de nada. Según eso, si me ves al lado de Quilapayún soy de izquierda, lo sacas por conclusión. Yo no viví en la época de Pinochet aquí, ni lo conocí nunca en mi puta vida, ni me interesaba conocerlo y lo terminé odiando al viejo, no tengo nada que ver. Tú y yo podemos estar en desacuerdo en la cuestión política, pero no cuando está de por medio la vida de un ser humano, si tú me dijeras en este momento “cómo no mataron más comunistas” yo me paro y me voy.

-¿Por qué no incluyeron mujeres en esta agrupación?

-Invitamos a Marisa para este próximo 25, en el primero estuvo Gloria Simonetti y Ginette Acevedo. Quisiéramos actuar con Cecilia, pero está enferma. A Gloria Benavides tenemos pensado invitarla. Nosotros ya tenemos tres fechas más para el Monticello, todas para el otro año de abril a diciembre. Al de abril queremos llevar a Buddy Richard, para el de medio año a Gloria Benavides, y si estuviera bien en diciembre, Cecilia, sería un bombazo. Ella es power power, es impresionante el feedback que tiene con la gente, como ella no ha habido más.

Transcripciones: Johanna Watson y Andrés Gorostiza.

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