Documental deja en evidencia una gran mentira en el rescate de los niños en caverna de Tailandia
El documental The Cave del británico Liam Cochrane dio cuenta de cómo se llevó a cabo realmente el operativo que fue seguido por todo el mundo.
Fue a mediados del año pasado cuando los ojos del mundo se volcaron a Tailandia, donde un grupo de 12 niños junto a su entrenador quedaron atrapados en la cueva inundada de Tham Luang Nang Non.
Después de diez días de búsqueda y tras confirmar que todos se encontraban con vida, se inició el operativo de rescate, el que se desarrolló con dificultad por las condiciones del lugar. Sin embargo, el optimismo era tal que se anunció que todos los menores saldrían buceando, luego de que los rescatistas les enseñaran a usar el equipamiento. Sin embargo, todo esto resultó ser una mentira.
Así lo reveló el documental The Cave del británico Liam Cochrane, el que reveló cómo se llevó a cabo realmente el operativo. “Si buceamos ahora, algunos podrían morir; pero si no buceamos, todos morirán y solo vamos a recoger 13 cuerpos”, señaló al respecto uno de los expertos que participó en el rescate, haciendo alusión a las condiciones de la caverna y que quedó en evidencia tras la muerte de Saman Gunan, un ex SEAL tailandés de 37 años, quien murió en el lugar en medio de los trabajos.
“Pensé que había cero posibilidades de éxito”, confesó Richard Harris, médico anestesiólogo que participó de las labores.
Es por eso que para llevar a cabo el operativo, es que se decidió que los niños debían ir sedados a la hora de sacarlos, pero ante el posible rechazo de sus familiares decidieron mentirles a todos y asegurar que los menores llevarían una manguera de aire atada a su cuerpo, junto a un profesional de rescate delante y otro atrás de ellos para que no estuvieran solos, consignó Publimetro.
Tras probar con tres jóvenes el operativo encubierto y ver cómo todo resultaba a la perfección, dieron inicio a la mentira. Primero les dieron un cóctel de pastillas como Xanax, Ketamina y Atropina, lo que permitió calmarlos y dormirlos, además de reducir la cantidad de saliva para evitar que se ahogaran. Con eso, les pegaron con silicona las mangueras con oxígeno en la boca, mientras un buzo cargaría a cada uno de ellos.
Lo demás, ya lo sabe todo el mundo. Todos lograron ser rescatados, fueron trasladados hasta un hospital donde estuvieron en cuarentena y evaluación médica.