Rey Felipe VI dice que el XXI es también el siglo del medio ambiente
"El siglo XXI, es el siglo también del medio ambiente, que deberá ser aquel en el que los valores humanísticos y éticos que necesitamos recuperar y mantener, contribuyan a eliminar las discriminaciones", señaló el monarca que reemplazó oficialmente a su padre ayer.
Tras la firma de la abdicación de su padre Juan Carlos I este miércoles, el primer discurso el flamante nuevo rey de España, Felipe VI, dio pie para que se refiriera al medio ambiente y su valor.
“El siglo XXI, es el siglo también del medio ambiente, que deberá ser aquel en el que los valores humanísticos y éticos que necesitamos recuperar y mantener, contribuyan a eliminar las discriminaciones, afiancen el papel de la mujer y promuevan aún más la paz y la cooperación internacional”, dijo.
Asimismo el monarca aprovechó su alocución para asegurar que será un jefe de Estado “leal y dispuesto a escuchar” y apeló al acuerdo entre las fuerzas políticas en asuntos de “interés general” y a mirar hacia adelante para construir “juntos”, la España renovada del futuro.
A lo largo de 26 minutos, dirigiéndose a los parlamentarios e invitados manifestó que el bienestar de los ciudadanos -hombres y mujeres-, exige situar a España en el siglo XXI, en el nuevo mundo que emerge aceleradamente, en el siglo del conocimiento, la cultura y la educación.
“Tenemos ante nosotros el gran desafío de impulsar las nuevas tecnologías, la ciencia y la investigación, que son hoy las verdaderas energías creadoras de riqueza; el desafío de promover y fomentar la innovación, la capacidad creativa y la iniciativa emprendedora como actitudes necesarias para el desarrollo y el crecimiento”, ha afirmado.
Y sentenció que “todo ello es, a mi juicio – dijo el Rey- imprescindible para asegurar el progreso y la modernización de España y nos ayudará, sin duda, a ganar la batalla por la creación de empleo, que constituye hoy la principal preocupación de los españoles”.
Perfil verde y científico
El interés por el medio ambiente de Felipe no es nuevo. Proviene de un lado de la tradición familiar, ya que la familia alemana de su madre la reina Sofía posee especial sensibilidad al respecto, y su propia disposición, nacida durante una infancia en la que disfrutó del entorno “verde” donde se ubica el Palacio de la Zarzuela en el madrileño monte de El Pardo.
Este aprecio por lo medioambiental creció junto con sus estudios en una persona que, según el naturalista y ex secretario general de Medio Ambiente Borja Cardelús, “tiene curiosidad por todo”.
Buen ejemplo es el rodaje de la serie televisiva documental sobre la fauna ibérica La España salvaje, escrita y dirigida por el propio Cardelús en 1996 y para la cual el -entonces- Príncipe de Asturias aceptó ser presentador “en el mismo momento” en el que se le propuso.
De hecho, participó con intención de “remover la conciencia de los españoles” en favor de la conservación de la Naturaleza, con una actitud que según el productor ejecutivo, Miguel María Delgado, demostró que sus convicciones ecologistas “son profundas”.
El acercamiento progresivo al mundo natural relegó una afición de juventud, la caza, ya que poseía una carabina del calibre 22 con la que practicaba en compañía de su padre y de sus perros.
Es así como pese a su intensa agenda, se acerca a la naturaleza gracias a la práctica deportiva: a la montaña, a través del esquí, y al mar, a través de la vela, que practica asiduamente en las costas mallorquinas.
Esa proximidad al océano le llevó a seguir de cerca una de las peores catástrofes ecológicas que han afectado a España. Hablamos del derrame petrolero del buque Prestige tras hundirse en noviembre de 2002.
Felipe viajó a Galicia para seguir de cerca los trabajos de limpieza y visitó varias localidades afectadas entrevistándose con alcaldes, patronos mayores y presidentes de agrupaciones de las cofradías.
Por otro lado, en 1991 coincidió con otro príncipe muy apegado al medio ambiente, Carlos de Inglaterra, durante la clausura de las jornadas sobre El futuro del medioambiente urbano en Europa organizadas por la CE y el entonces Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
Allí defendió una reorientación de la planificación urbanística que garantizara “la habitabilidad e identidad de las ciudades europeas” ensalzando el Libro Verde editado a propósito como un “valioso documento” para mejorar la calidad de vida en las ciudades creando “mayores espacios verdes, menores niveles de ruido, un aire más limpio…”
La relación del medioambiente con el progreso y las tecnologías que lo posibilitan es otra de sus preocupaciones: ya en el colegio su asignatura favorita era Física y Química.
Este entusiasmo por los avances científicos y tecnológicos la confirmó Carlos Martínez Alonso, ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), al revelar cómo desde esta institución “le organizamos reuniones y seminarios para que tenga información” hablando durante horas con diferentes especialistas.
El pasado 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente y el todavía Príncipe fue protagonista encabezando el acto de entrega de los Premios Europa de Medio Ambiente a la Empresa 2014.
Aprovechó de nuevo para apoyar la preocupación medioambiental como “fuente de inspiración” y “generadora de empleo y riqueza” e insistió en “entender el patrimonio natural como un capital que integra el valor ambiental y el económico”.