Vuelve una vieja práctica letal: registran el primer caso del año de mutilación de aletas a tiburones
La Fundación Oceana explicó que cada kilo cuesta alrededor de 250 dólares y se exportan mayormente a China y Japón.
En 2015 no se registró ningún caso, pero el viernes pasado se reactivó una vieja práctica letal para los tiburones: el aleteo, lo cual significa que sus cazadores les cortan las aletas y luego los devuelven al mar, provocándoles la muerte.
El caso: un barco peruano fue detenido por pescar tiburones de forma ilegal a cientos de kilómetros de la costa de Tongoy, Región de Coquimbo. Ahí se constató que habían siete aletas de tiburón, lo que está prohibido en Chile desde 2011.
Sin embargo, la legislación no es tan drástica como parece: en el país las aletas solo se pueden sacar si se demuestra que se ha capturado el animal completo. “Como su sucede en el norte de Chile, se usa la carne, la piel y las aletas se pueden exportar, pero hay que hacerle un seguimiento para saber que son de una extracción sustentable”, indicó a La Tercera Maximiliano Bello, de la ONG Pew Charitable Trusts.
Desde la Fundación Oceana, explicaron que se trata de un producto altamente cotizado en el mercado asiático, principalmente en China y Japón. Cada kilo de aleta de tiburón cuesta alrededor de 250 dólares.
“Los precios de las aletas de tiburón son excesivamente elevados y los cuerpos, en cambio, tienen bajo valor. Por ello los pescadores comúnmente cortan las aletas -que representan sólo un 5% del peso del cuerpo del animal- y botan los cuerpos al mar, pues así procuran dejar espacio en las bodegas de los barcos pesqueros para almacenar especies de mayor valor económico, como el pez espada o los atunes”, explicó Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva interina de la fundación.