
Vargas Llosa fue un verdadero liberal, ni de izquierda ni de derecha, un irónico frente a la ignorancia de los dogmáticos y un enemigo acérrimo de la corrupción y de la compra de intelectuales y de medios que llevan adelante supuestas democracias.
Vivimos tiempos confusos acerca del significado de la democracia, de la libertad y también de las ideas. En tal sentido da lo mismo lo bueno o lo malo de la política, porque se imponen sesgos ideológicos exacerbados como hace décadas no sucedía, aún en la guerra fría.
Así como Jose "Pepe" Mujica marcó tendencia a nivel regional y hasta mundial por su estilo y por su filosofia, Luis Lacalle Pou alcanzó similares muestras de popularidad y relevancia más allá del Río de la Plata por su postura y conceptos sostenidos en la lógica del pragmatismo politico.
Conflictivo, díscolo, extremo, egocéntrico y auténtico, criticado por su excentricidades, su mal genio o por sus adicciones, el Maestro decidió regalarnos una obra mas para decirnos lo que pasa y lo que le pasa a él en este circo que es el mundo.
La libertad es la justicia en el sentido mas concreto de la palabra. Ser justos por igual debe ser una exigencia para que quienes gobiernan promuevan una libertad responsable.
La política como negocio condena a la sociedad a vivir pendiente de negocios y de los supuestos manejos de quienes están en el poder. Dirigir el Estado de un país es cosa seria, no de gerentes improvisados ni de outsiders iluminados.