
A lago revuelto
La verdadera tensión, en cambio, estuvo entre Kast y Jara, que actuaron como si estuvieran en segunda vuelta. Él, con un discurso duro sobre seguridad, ironizó con el eslogan de la candidata comunista “gobernar con amor” y le enrostró su gestión como ministra del Trabajo: “no logró recuperar el empleo”, le dijo. Ella, más contenida, pero con filo, le devolvía cada golpe.