Un estudio realizado por la Universidad de Chile donde se entrevistaron a 400 personas, reveló que el Metro de Santiago alcanzó altos niveles de hacinamiento, llegando a la densidad de seis personas por metro cuadrado durante la hora punta, el doble de la cifra ideal.
Alejandro Tirachini, investigador de la casa de estudios, explica que esto se debe principalmente al Transantiago, ya que “los buses dan un estándar de servicio menor al metro y la gente se banca el hacinamiento por un tiempo de viaje menor y más confiable”.
Así, explicó que cuando se diseñó el sistema de transportes, no se tomó en cuenta el costo social, pese a que uno de los criterios era disminuir los tiempos de espera. “Con eso la flota quedó subestimada, con menos buses. Y eso tuvo como efecto también que se hizo conveniente sacarles asientos a los buses para aumentar su capacidad“, señaló Tirachini.
El estudio logró comprobar que los usuarios del tren subterráneo prefieren realizar traslados más largos a cambio de mayor comodidad, que equivale a viajar sentado.