La despedida: Omar Labruna se va triste de Colo Colo y niega malos resultados

El entrenador argentino Omar Labruna dijo que se va “triste” de Colo Colo chileno, cuyos dirigentes lo despidieron anoche y negó haber tenido “malos resultados”, como argumentaron los directivos para justificar su salida.

Tras despedirse de la plantilla, Labruna compareció ante los periodistas para asegurar que en su ciclo de 257 días se lograron “buenos resultados” y quejarse de ser despedido “cuando el proceso estaba abierto”.

La campaña de Labruna en Colo Colo se resume en 36 partidos, 17 ganados, ocho empatados y once perdidos, con un rendimiento del 54,6 %.

Los puntos altos de su campaña fueron haber ganado la fase regular del Clausura 2012 y haber clasificado al equipo para la próxima Copa Sudamericana, “en la que me habría gustado dirigir”, dijo.

Pese a la llegada de varios refuerzos, el nivel del equipo decayó esta temporada y tras siete jornadas del torneo, Colo Colo está décimo, con diez puntos, a seis de los líderes, con tres victorias, un empate y tres derrotas.

“Me tocó llegar en un momento muy complicado, gracias a Dios pudimos encaminar una cosa muy grata, como ganar clásicos, clasificar a la Sudamericana, ganar la fase regular. Además, levantar el nivel individual y colectivo”, reflexionó Labruna, que llegó a Colo Colo desde Audax Italiano, el 29 de junio de 2012.

Labruna reemplazó en el banco albo a Luis Pérez, que estaba de forma provisional tras la salida de Ivo Basay, con un contrato que lo vinculaba al club hasta finales del primer semestre de 2013.

El despido de Labruna se olía en el aire desde hace varias semanas y el pasado lunes se comentó en los mentideros del fútbol de que había recibido un ultimátum: se iría si el equipo no ganaba al Ñublense el próximo fin de semana.

El prestigio también estaba socavado por asuntos extradeportivos, como una condena a dictar charlas a jóvenes en riesgo social tras mentir después de protagonizar un accidente de tránsito.

EL CHOQUE

El pasado 18 de noviembre, Labruna chocó su automóvil contra un taxi y pese a las declaraciones de testigos y la evidencia de cámaras de vigilancia, aseguró que quien conducía era su esposa, que realmente llegó al lugar diez minutos después del accidente.

Contra todas las evidencias, el entrenador mantuvo su versión durante una semana y posteriormente confesó que había mentido por temor a que el seguro no le pagara los daños y por su condición de extranjero.

“Hubiera querido cumplir el contrato. No soy de bajarme del barco, salvo que vea que no tengo las armas o no vea un plantel compenetrado, que no era el caso. Estábamos en un campeonato abierto, luchándolo”, reflexionó hoy el argentino.

“(La decisión de despedirlo) la aceptamos, pero no la compartimos. Hoy estoy triste, pero lo dimos todo. Me puse la camiseta desde el primer día. No nos dejaron terminar un proceso que creíamos estar capacitados para continuar”, añadió.

Criticó además a los dirigentes, que “no conocían los vestuarios, el semestre pasado cuando todo estaba de maravillas, había que presentarles a los jugadores”.

Junto con Labruna se fueron su ayudante de campo, Carlos Compagnucci y el preparador físico Jorge Fleitas, también argentinos.

Mientras los dirigentes buscan un nuevo técnico se harán cargo de la plantilla, lo entrenadores de la cantera Hugo González y Héctor Tapia, a quienes Labruna les deseó suerte.

Entre los eventuales sucesores, según la prensa, están José Luis Sierra, Fernando Vergara y el argentino Eduardo Berizzo, mientras fuentes del club descartaron a Nelson Acosta, que se promovió profusamente en los últimos días y trascendió que fue sondeado Claudio Borghi, pero dijo que no.