Las dificultades económicas que enfrentan los clubes por la larga suspensión
Diversos cuadros de Primera División, Primera B y Segunda División Profesional han tenido pérdidas millonarias debido a la inactividad de más de un mes.
El fútbol profesional vive complicados momentos debido a la extensa suspensión de la actividad, la que se ha extendido por más de un mes, dejando a los clubes de Primera División, Primera B y Segunda División Profesional con graves dificultades económicas.
Los casi cinco fin de semana sin hacer rodar un balón en una cancha han pesado, especialmente en las cifras que manejan equipos pequeños, que deben pagar los sueldos de los jugadores y de otros trabajadores fundamentales para el funcionamiento de las instituciones.
La crisis ha dejado un par de ejemplos con cifras contundentes, las que muestran que la paralización ha implicado una pérdida importante para todos los actores del deporte.
Los viajes, pérdidas y otros gastos
Un caso emblemático de pérdida de dinero asociado a la suspensión de partidos fue el protagonizado por Cobreloa, equipo que tenía pendiente su duelo ante Magallanes desde la jornada del estallido.
La ANFP decidió programar el duelo para el 12 de noviembre, jornada en la que Unidad Social convocó a una huelga nacional que terminó en disturbios en varios puntos de Santiago. La tensa situación, agregada a problemas con personal a cargo del estadio Municipal de La Pintana, derivó en que el duelo se postergara.
Los más afectados con esto fueron los loínos, que viajaron desde Calama hasta la capital y se hospedaron en un hotel. Todos los gastos de la movilización del plantel alcanzaron los $17 millones, cifra que implica una gran pérdida tomando en cuenta que el equipo no jugó ningún minuto.
Otro aspecto complejo para las instituciones es el de los sponsors, que durante estos días no han tenido la visibilidad exigida para seguir respaldado a los clubes.
Por el momento no hay un número determinado por el retiro de este ítem, pero hay instituciones inquietas por la posible pérdida de respaldo financiero para continuar lo que queda del año.
La presión financiera sobre los equipos se complicaría aún más debido al alargue de los contratos de los jugadores provocado por las propias suspensiones. De hecho, este fue uno de los puntos de exigencia del Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) en su diálogo con los presidentes de clubes durante la semana pasada.
En las cifras globales, las cinco fechas de suspensión han significado que los equipos dejaron de recibir cerca de $3.300 millones, en un promedio de jornadas por $650 millones.
Más allá de las dificultades de los clubes con la suspensión, también se cuentan los problemas vividos por los propios jugadores. El capitán de la U, Johnny Herrera, afirmó que algunos de sus colegas de Primera B y Segunda División “se levantan a entrenar, corren dos o tres horas bajo el sol y después se van a trabajar de Uber porque si solo jugaran fútbol, no les alcanzaría para llegar a fin de mes”.