Fenómeno “NINI”: estudio revela las razones que llevan a los jóvenes chilenos a no estudiar ni trabajar
Vivir en un hogar sin acceso a las telecomunicaciones, estar embarazada o tener algún tipo de discapacidad, son algunas de las principales variables que inciden en este grupo, según una investigación que realizó el Laurete Center for Youth Studies de la Universidad Andrés Bello.
“NINI”, término que se comenzó a utilizar a fines de los 90’, hace referencia al segmento de jóvenes que no estudia ni trabaja, y en Chile éste se atribuye a cerca de 550 mil, entre 15 y 29 años. De estos, un 72% corresponde a mujeres y un 28% a hombres, quienes pertenecen mayoritariamente a los tres quintiles con menores ingresos del país, según lo reveló el estudio “Determinantes de la Decisión de No trabajar y No estudiar de los jóvenes en Chile” que lideró el académico e investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Juan Luis Correa, y que se presentó este jueves en el marco del lanzamiento del Laurete Center for Youth Studies (LCYS).
La investigación, con la que se inauguró el trabajo del LCYS y que tomó como base los resultados que arrojaron las encuestas Casen (1990- 2015) y Panel Casen (2007- 2009), analizó –por un lado- la evolución de la tasa de “NINI” desde 1990 a 2015, y por otro, las variables que inciden en que este grupo etario no trabaje ni estudie.
Con respecto al primer punto, se destaca que los “NINI” han disminuido un 13% en 25 años, ya que si en 1990 alcanzaban un 27%; en 2015 la cifra sólo fue de un 14%. Además, gracias a la mejora en las oportunidades de acceso a la educación, aumentó en un 18% el número de jóvenes (no NINI) que se encuentran estudiando, pasando de un 38% en 1990 a un 56% en 2015.
Sin embargo, la baja más amplia de “NINI” se asocia a los dos quintiles de mayores ingresos, desde donde se pasó de un 30% en 1990 a un 27% en 2015. En cambio, en los tres quintiles más pobres, el número de jóvenes que no estudian ni trabajan creció de un 70% (1990) a un 73% (2015).
Pero ¿A qué se deberá esto? De acuerdo a dicho estudio, las probabilidades de ser “NINI” se incrementan –principalmente- si se tiene entre 19 y 29 años (10,7%), si se es pareja del jefe de hogar (10,1%), si se vive en un hogar en el que no hay acceso a telecomunicaciones (8,1%), al estar embarazada (6,1%), tener algún tipo de discapacidad (3%), ser mujer (2,9%) y pertenecer al 10% de hogares con menores recursos (1,7%).
“Todos estos problemas sociales, que están dentro de lo que llamamos la pobreza multidimensional, al final son como murallas. Siempre pensamos que el futuro de la gente depende de sí misma, depende de su esfuerzo, de cuánto estudió y se dedicó, y que al final uno obtiene lo que se ganó. Y desde ese punto de vista lo que uno tiene que hacer es darle oportunidades, que el que quiera estudiar lo pueda hacer y que él quiera trabajar lo pueda hacer, y esa es la manera de que las personas progresen. Pero, siendo eso cierto, cuando uno se mete un poco más aparece que hay un montón de gente que no puede salir adelante por sí sola, cuyas posibilidades son mucho menores”, afirmó el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, quien también expuso durante el lanzamiento de este Centro.
Ante esta problemática, Mirko Salfate, director nacional del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), señaló a El Dínamo que “lo que estamos haciendo es armar una mesa técnica pública- privada que pueda vincular a todos los actores, no sólo académicos, sino que sobre todo de la sociedad civil y del sector privado que quieran y que estén trabajando en esto. Creo que hoy la deuda en este tema es gigantesca y tenemos primero que ponernos de acuerdo en analizar el fenómeno, detectar las buenas prácticas y a partir de ahí poder pilotear –en el corto o mediano plazo- para crear políticas públicas”.
En vista de ello, Mirko Salfate adelantó que “en la Encuesta Nacional de Juventud se está abriendo un módulo para poder avanzar cualitativamente en la descripción de este fenómeno. Y se está revisando la Casen 2017 para ver qué modificaciones se pueden hacer más adelante, también para poder tener mejores herramientas. Entonces, por un lado está mejorar la información y la capacidad de entender el fenómeno, y por otro, conectar a los que estén trabajando en este tema con el fin de crear políticas públicas”
En esta misma línea, se encuentra el denominado “Desafío NINI”, el cual apunta a disminuir en un 30% al 2020 la cifra de jóvenes que no estudian ni trabajan, y lo que posicionaría a Chile en un escenario más cercano al de los países desarrollados. “Si tomas los países desarrollados observas que en promedio la tasa de NINI está en torno al 8% y el 12%. Después están los países en desarrollo, en donde la tasa es bastante heterogénea, pero muy correlacionada a su ingreso per cápita principalmente. Chile está en una situación intermedia, muy de la mano de su ingreso per cápita.”, detalló Juan Luis Correa, académico e investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la UNAB.
El Laurete Center for Youth Studies (LCYS), iniciativa que surge de la alianza entre Laurete Intenational Universities y la Universidad Andrés Bello, busca aportar al bienestar de los jóvenes chilenos por medio de la realización de investigaciones frente a temáticas que –precisamente- afecten a este segmento de la población.