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Actualizado el 20 de Mayo de 2020

El desafío de aprender a leer sin tener clases presenciales: ¿qué pueden hacer los padres para ayudar a los niños que cursan primero básico?

Leerles cuentos de manera periódica, aunque sea por un lapso breve de tiempo, puede contribuir a generar el interés de los niños por la lectura, y por ende, motivarlos a introducirse en este proceso de aprendizaje.

Por Romina Douglas
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Sin duda, primero básico es uno de los cursos claves en la trayectoria de aprendizaje de las niñas y niños, ya que es que es precisamente en este nivel cuando se les enseña a leer y escribir. Pero, ¿qué pueden hacer los padres y/o apoderados para apoyar este proceso desde la casa? Considerando que aún no está claro cuándo se volverá a las clases presenciales.

Para Alejandra Arratia, directora ejecutiva de la Fundación Educación 2020, lo primero es comprender que “estamos en un escenario inédito y su impacto hay que mirarlo en perspectiva, y desde esa perspectiva nosotros planteamos que hay que ayudar a los niños, contenerlos socioemocionalmente, y así puedan sostener ciertas trayectorias de aprendizaje, pero entendiendo que no van a aprender lo mismo que habrían aprendido si hubiesen estado en la escuela”.

En esa misma línea, Arratia agregó que “probablemente esto implica que vamos a tener que mirar con mayor flexibilidad los años que vienen, y si los niños no aprenden a leer ahora en primero básico; aprenderán en segundo. Es importante quitarle un poco de presión y tensión”.

La importancia de promover el interés por la lectura

Para ayudar a los más pequeños con sus primeros pasos en la lectura, el Ministerio de Educación -a través de “Aprendo en Línea”- dispuso del software “Aprendiendo a leer con Bartolo“, donde se pueden encontrar diversas lecturas y actividades interactivas orientadas a los niños de primero, segundo y tercero básico.

Pero, además de este tipo de herramientas online, la directora de Educación 2020 recomienda acciones tan simples como puede ser leerles cuentos a los niños de manera periódica, aunque sea durante algunos minutos.

“Si uno pudiera, sería positivo poder ayudarlos leyéndoles cuentos y que los niños lo disfruten. Que los niños desarrollen el gusto por la lectura ya es un avance súper importante. Lo peor que podríamos hacer, que es lo que planteamos nosotros desde Educación 2020, es poner presión sobre los niños y generar de alguna manera tal nivel de estrés con no atrasarse, y que finalmente termine teniendo una experiencia negativa de este proceso”, destacó Arratia.

Asimismo, la representante de Educación 2020, planteó que lo ideal sería que el adulto que realice la lectura, lo haga con entusiasmo y matices, y que vaya involucrando al niño a través de preguntas que puedan despertar su interés. Por ejemplo, ¿de qué crees que se trata el libro? ¿qué piensas que vendrá después? ¿Qué crees que pasará con el personaje principal?

De igual manera, y en el marco de la vida cotidiana, es aconsejable ir “nombrándoles las cosas, de modo de ayudar a los niños a relatar una historia y a desarrollar el lenguaje y el vocabulario, todo lo que tiene que ver con la expresión de lenguaje”, agregó la directora ejecutiva de Educación 2020.

Por otro lado, y en relación al desarrollo de habilidades como contar y enumerar, la recomendación también sería llevarlas al día a día, por ejemplo, como podría ser contar las frutas o ver en cuántas partes pueden repartir un queque o algún otro alimento en función de las personas que viven en la casa.

“En el fondo, lo que ayude a los niños a desarrollar conceptos y a vincularlos con su vida cotidiana es muy relevante, más que ‘obligarlos’ a pasar una materia, sobre todo en este tiempo que es tan desafiante para ellos. Es importante que ellos puedan aproximarse al aprendizaje desde el gusto por aprender, y no desde el tener que cumplir con algo que me exigen, pero a lo cual no le ven ningún significado todavía”, afirmó Arratia.

Otros aprendizajes

Más allá de lo importante que es aprender a leer y escribir, también resulta fundamental aprovechar esta instancia para potenciar el desarrollo de habilidades socioemocionales.

“Este es un momento relevante y pertinente para ese tipo de aprendizajes. El ambiente está muy cargado de emociones, entonces, también sería positivo generar un espacio para que los niños aprendan a identificar y hablar respecto de sus emociones, a ponerle nombre a sus emociones, porque a veces los niños no saben cómo se llaman las emociones que sienten”, destacó la especialista.

Además, según Arratia, esta sería una buena instancia para contribuir a “los aprendizajes vinculados con la vida en comunidad, porque a pesar de la paradoja de que en este momento estamos quizás más separados que nunca al estar en cuarentena en muchas comunas, por otro lado los niños están sabiendo que se están cuidando por los otros, que estamos preocupados por las personas de mayor edad, que estamos cuidándonos por quienes tienen mayor riesgo”.

“Entonces, ahí hay una reflexión bonita de hacer sobre cómo entre todos ayudamos a cuidar a otros, lo que también tiene que ver con ir desarrollando competencias para la ciudadanía, para reconocer la dignidad de todas las personas, el respeto a todas las personas, y así rescatar aprendizajes significativos para los niños y niñas en este contexto tan complejo”, finalizó la directora de Educación 2020.

 

 

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