Hiperaula: una nueva sala de clases que cambia la manera de enseñar  

Más allá del salto hacia la digitalización que se vio acelerado producto de la pandemia del COVID-19, la Educación Superior vive días de cambios que hablan del desafío de mejorar la formación pedagógica, incorporando nuevas tecnologías y herramientas para que los futuros profesores puedan desenvolverse en el aula. 

“Hay acuerdo tanto en la comunidad nacional como internacional, especialmente en la OCDE y la Unesco, en que las universidades tenemos que cambiar la manera de enseñar, actualizar la formación inicial, y en ese sentido nosotros pusimos un foco muy importante en las prácticas pedagógicas, con el fin de que nuestros profesores cuenten con un conjunto de espacios que fomenten un trabajo colaborativo, y sobre esa experiencia compartida se genere el aprendizaje”, señaló Ana Luz Durán, decana de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián (USS), a EL DÍNAMO.

En esa línea, y tras adjudicarse -como Facultad de Educación- en 2019 un proyecto de Desarrollo Institucional de la mano del Ministerio de Educación (Mineduc), desde la USS comenzaron a trabajar en un plan cuyo objetivo general es mejorar la formación inicial de los futuros docentes que egresen del plantel, y bajo el cual una de las tareas es implementar las denominadas “hiperaulas” en las sedes donde se imparten carreras de Pedagogía, es decir, en Santiago, Concepción, Valdivia y De la Patagonia (en Puerto Montt).

“La hiperaula es un espacio de trabajo renovado, centrado en las demandas que tenemos hoy en día en la formación y en la docencia. Es un espacio con mobiliario flexible para que el profesor tenga la opción de armar diferentes grupos y modalidades de trabajo, diferentes formas de ordenar a los estudiantes y no solo siempre de la manera clásica; que sería todos mirándolo a él”, explicó Jessica Bastías, académica de la carrera de Educación Diferencial de la USS y encargada del proyecto de las Hiperaulas, a EL DÍNAMO

“La práctica hace al maestro”

Una sala de simulación (sala espejo) con un completo sistema de grabación, que permitirá recrear diversas situaciones a las que se enfrentarán los futuros profesores al ejercer en un colegio; tecnología de punta que hará posible la enseñanza híbrida y online; junto con mobiliario modular que permitirá organizar de distintas maneras una clase, son las principales características de las hiperaulas que se están implementando en la USS, primero en Santiago, y que luego se habilitarán en Concepción, Valdivia y Puerto Montt.

“En Santiago, por ejemplo, la hiperaula tiene tres grandes espacios, y estos pueden estar unidos o bien se pueden separar. Entonces, eventualmente podría haber tres profesores trabajando juntos, ya sea de una misma carrera o de varias carreras de la Facultad. Tienen la posibilidad de unirse y trabajar la co-docencia, que es algo que se quiere fomentar y se trabaja harto en los colegios”, agregó Jessica.

De esta manera, lo que se busca es que el estudiante se encuentre mucho más preparado a la hora de enfrentar las diferentes prácticas profesionales progresivas que abarca la carrera y, por ende, también su futuro laboral. Esto, al poder valerse de experiencias educativas innovadoras y a la vez más pertinentes a la realidad que se vive en los establecimientos educacionales.

“Se van a preparar mejor porque van a experimentar estrategias distintas de enseñanza, van a poder trabajar en grupos colaborativamente, van a poder ver a sus profesores usar tecnología que ellos van a encontrar en diferentes tipos de escuelas y van a poder ensayar, por lo que su formación va a estar enriquecida”, destacó la encargada del proyecto Hiperaulas.

Pero para que se explote todo el potencial de trabajo que representa una hiperaula, los académicos de las distintas carreras de la Facultad de Educación de U. San Sebastián también deberán liderar un cambio en cuanto a estrategias de enseñanza. Y ante este desafío, la misma Universidad ha desarrollado un diplomado sobre innovación en docencia en educación superior -con la colaboración incluso de académicos extranjeros, del cual en una primera instancia participarán 112 docentes.

“Esto implica cambiar las propias prácticas pedagógicas de nuestros profesores. Este diplomado permite a los académicos, incorporar nuevos elementos que les faciliten incorporar innovación y tecnología en el proceso formativo en base a un trabajo colaborativo. Nuestro objetivo final es formar mejores profesores, profesoras y educadores para que sean profesionales que logren mover resultados de aprendizaje”, concluyó Ana Luz Durán.