Regreso a clases: ¿Cómo lograr que las colaciones sean saludables?
Es importante que los snacks que los estudiantes lleven al colegio les aporten los nutrientes que necesitan durante la exigente jornada escolar.
Atrás están quedando las vacaciones y parte importante del regreso a clases es la alimentación de los escolares durante los recreos. Ante ello, es vital que las colaciones tengan una serie de características que las hagan saludables y no se transformen en un factor de riesgo para la salud.
El último Mapa Nutricional de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) correspondiente al perfil nacional de cinco cursos (primero medio, quinto y primero básico, kínder y prekínder) del sistema estatal, mostró que la prevalencia de obesidad alcanzó un 31%.
Los datos coinciden con el Índice de Riesgo de Obesidad Infantil Comunal del INTA, que reveló que el 50% de los niños a los 6 años tiene sobrepeso y de esos la mitad son obesos.
La importancia de revisar el etiquetado
Dada la gran cantidad de tiempo que pasan los escolares en los colegios, es importante cuidar las
colaciones, que son aquellos alimentos consumidos fuera de los tiempos principales de comida. Generalmente, se consumen en los horarios de recreos durante la jornada de clases.
“El objetivo de una colación saludable es complementar y cubrir los requerimientos de energía
que deben consumir los estudiantes, más aún cuando el desayuno no ha sido el adecuado, para así
aumentar su función cognitiva, concentración, destreza para resolver problemas, memorización y
procesamiento de la información”, explicó el pediatra y nutriólogo infantil, Francisco Moraga.
Los requisitos de los snacks saludables es que tengan un bajo contenido calórico y un alto aporte
de nutrientes para la salud. Para ello, se debe revisar el etiquetado nutricional de los alimentos y preferir aquellos que contienen menos de 130 calorías por porción, sin grasas trans y bajos en grasas totales y sodio.
Huevo, frutas y lácteos
“Es fundamental incluir alimentos naturales como, por ejemplo, frutas frescas, huevos, frutos secos, lácteos, entre otros, evitando agregar sal y azúcar”, agregó Moraga.
En el caso del huevo, aporta diversos nutrientes clave para los niños, como son las proteínas, fósforo y vitamina D, necesarios para el crecimiento y el desarrollo normales de los huesos y de su sistema
inmunitario. Además, es una fuente importante de hierro y vitamina B12, que contribuyen
al desarrollo cognitivo.
“El huevo es considerado el alimento más completo después de la leche materna. Contiene
proteínas, grasas, vitaminas y minerales como el hierro, necesarios para el crecimiento de los
niños. Además, tiene los nueve aminoácidos esenciales que las personas debemos ingerir a través de la
dieta”, complementó Moraga.
Las frutas y verduras, por su parte, son ricas en vitamina A y C, calcio, hierro y ácido fólico, lo que
puede promover la buena salud, fortalecer el sistema inmunológico del niño y ayudar a protegerlo
contra enfermedades, tanto ahora como en el futuro.
La leche y los productos lácteos también son relevantes ya que su ingesta diaria tiene una gran
importancia en esta fase de la vida, donde existen unas elevadas demandas de calcio. Este
componente es elemental para desarrollar unos huesos fuertes y sanos.
Por el contrario, las colaciones que hay que evitar son aquellas que tienen altos índices de sal/sodio, azúcares y las grasas saturadas cuyo consumo excesivo se traduce en riesgos importantes para la salud.
Por ejemplo, el aumento brusco de azúcar en la sangre obliga a la producción exagerada de insulina que favorece el sueño y afecta en el niño su capacidad de concentrarse en clases, impactando negativamente en el proceso de aprendizaje.